Ya lo dice la Mishná…quien salva un alma es como si salvara un mundo entero. Por eso Israel se sale de sí para festejar la liberación de una de las secuestradas por Hamas, la joven soldada Ori Magidish, este domingo por la noche, un gran logro de las Fuerzas de Defensa de Israel participantes en el operativo terrestre dentro de la Franja de Gaza.
Sin olvidar ni por un minuto que ella era una de casi 240 secuestrados confirmados hasta ahora, la mayoría civiles, su salvación es percibida como un mundo entero.
Evidentemente el servicio de Seguridad encargado de la lucha anti terrorista logró obtener valiosa información de Inteligencia que permitió que los soldados lleguen directamente a ella y la salven de manos de los terroristas.
“Al fin un poco de luz”, era el comentario generalizado de los periodistas que daban la noticia este lunes por la tarde en los distintos medios de comunicación israelíes. “Es la primera vez en más de tres semanas que te paso la batuta de la transmisión con una sonrisa”, dijo el veterano Oded Ben Ami del canal 12 a su colega la periodista Keren Martziano, cuando finalizó su turno de varias horas al frente de la programación corrida sobre la guerra.
El cronista del canal enviado a Kiryat Gat, la ciudad en la que vive Ori con su familia, transmitió desde la entrada de la casa, rodeado de vecinos que irradiaban enorme felicidad, traían grlobos , bailaban y saltaban de alegría. La tía de Ori hablaba llorando agradeciendo al pueblo de Israel por su apoyo y a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel por haberla salvado. Y el periodista que la entrevistaba, la abrazaba compartiendo la felicidad.
Aquí hay varios elementos que vale la pena comentar.
No sorprende la gran alegría que tantos sienten, en medio de semanas tan oscuras de preocupación por el cruento resultado del asalto terrorista de Hamas con más de 1400 muertos, miles de heridos y casi 240 secuestrados, además de tanta destrucción . Pero además, la sensación general en Israel es que un hijo salvado es visto en gran medida como hijo de todos.
No significa que aquí todos se aman y abrazan, que no haya discusiones y peleas. Claro que también en la sociedad israelí hay disputas, tensiones, diferencias . Y no me refiero a las fuertes discusiones de los 9 meses de serias protestas contra el plan de reforma judicial, sino a fenómenos comunes en la vida diaria. Pero al mismo tiempo hay sí una solidaridad que no siempre es común en todos lados. Una sensación de “juntos” que es muy fuerte. Y que a nuestro criterio, se manifiesta claramente en el hecho que cuando en Israel hay guerra, en lugar de buscar adónde escaparse, los israelíes por doquier buscan enseguida cómo volver a casa. También los jóvenes que están paseando por distintos lares y que al enterarse lo que ocurre en el país, buscan aviones para regresar a Israel y sumarse al esfuerzo para defenderlo, aún antes que los convoquen, sabiendo en algunos casos que ponen en riesgo su propia vida
A este fenómeno, en lo que respecta a la soldada liberada, se agrega el orgullo de saber que fueron soldados de Tzahal quienes la devolvieron a los brazos de su familia. Y en ello influye también poder destacar que mientras hay en el mundo quienes acusan a Israel de querer “aniquilar a los palestinos”, queda en claro que además de su declarado objetivo de terminar con la infraestructura armada terrorista de Hamas, la meta del ataque es también recuperar a los secuestrados, la mayoría civiles, entre ellos decenas de menores y numerosos niños y bebés, así como ancianos. Se trata de aprovechar la mediación de Catar para lograr la liberación de todos, pero evidentemente, paralelamente a ello hay intentos en el terreno de salvarlos.
La esperanza es que haya otras liberaciones en camino.
La alegría por el hecho que Tzahal logró salvar a Ori, es enorme en sí misma. Pero lamentablemente no puede cambiar lo irreversible, como la confirmación este lunes de la muerte de otras dos jovencitas que habían sido secuestradas en el festival musical de Reim. Fueron identificadas y ello al menos quitó a sus familias la angustia de lo incertidumbre. Pero les agregó lo terrible del peor desenlace ya confirmado.