Las protestas en Israel contra el plan de reforma judicial del gobierno son un fenómeno sociológico sin precedentes en la sociedad israelí. Si bien ha habido también dos manifestaciones multitudinarias a favor de la reforma-la primera en Jerusalem y la más reciente en Tel Aviv, además de alguna que otra concentración más pequeña- sólo las que se llevan a cabo criticando la reforma se han convertido en un fenómeno recurrente . Se realizan ya 31 semanas consecutivas y atraen a numerosos ciudadanos de distintas edades, ciudades, orígenes y sectores, que llegan “armados” con banderas de Israel .
En el camino, de todos modos, suele haber alguna muestra clara de que el otro lado no da el brazo a torcer. Días atrás apenas entramos a Tel Aviv, vimos un enorme cartel en el que agradecían al ministro de Justicia Yariv Levin y al jefe de la comisión de asuntos constitucionales de la kneset Simja Rotman, la votación del lunes a favor de la cancelación del argumento de la irrazonabilidad.
Hay elementos que se repiten en prácticamente todas las manifestaciones.
Se nos ocurrió que puede ser interesante mostrárselos a los lectores, en base a imágenes que recabamos el sábado último en Tel Aviv, en la ya tradicional manifestación que se realiza siempre al terminar el Shabat, en la calle Kaplan. Cabe señalar que hay otros numerosos puntos del país que también son escenarios de manifestaciones. Pero Kaplan es sin duda el considerado más multitudinario. Nos consta que llegan allí numerosos ciudadanos que residen bastante lejos de la gran ciudad considerada el centro de Israel.
El primer fenómeno es ver cómo las calles se van llenando de gente en camino a la manifestación, ya una hora antes de su comienzo. Israelíes con la bandera en la mano, avanzan por doquier en camino a Kaplan.
Y a medida que uno se adentra en Kaplan, se torna más tupido.Y hay distintas formas de marcar presencia. Aquí vemos un elemento refrescante: jóvenes participando en una protesta ciudadana en forma pacífica. Estos son del movimiento juvenil Hashomer Hatzair.
Hay un grupo más jovencito aún, la protesta azul claro, o celeste en realidad, que no se pierde ninguna semana en Kaplan.
Algo notorio es que siempre hay familias enteras y numerosos niños.
Y carteles originales, como éste, que recordaba que la cancelación de la razonabilidad fue aprobada por 64 votos a favor (toda la coalición) y 0 en contra, porque la oposición decidió no participar.
Las manifestaciones suelen comenzar con el himno nacional, aunque a veces se cambia el orden y se lo canta al final
Pone la piel de gallina cantar el himno nacional de Israel "Hatikva", la esperanza, en la manifestación democrática en tel aviv pic.twitter.com/tgoYmK2vPh
— Jana Beris (@JanaBeris1) July 29, 2023
.
Hay cantos ya típicos…y el infaltable grito por la Democracia.
Un fenómeno bastante impactante es la nómina generalmente interesante de oradores en todas las manifestaciones, a menudo de primera línea, y en muchas ocasiones, figuras que desempeñaron roles oficiales siendo Biniamin Netanyahu el Primer Ministro. El sábado pasado, el ex Gobernador del Banco Central de Israel Profesor Yaakov Frenkel fue el primer orador, y fue tajante, llamando a Netanyahu a frenar la reforma.
No siempre los participantes permanecen en el lugar durante todas las horas de la manifestación. A veces las piernas ya no sostienen . Hay que tomar en cuenta que además de las horas parados, la caminata de regreso al coche suele ser larga,por la dificultad para encontrar estacionamiento. Cerca de Kaplan, se torna imposible.
A la vuelta, nuevamente, esas singulares escenas de la gente cubriendo la calle con la bandera de Israel al hombro.
Así, sucesivamente, ya más de 30 semanas.Cambian los oradores, a veces los estilos, pero el formato de las manifestaciones, que fue moldeándose, es ya una marca israelí elogiada ampliamente en democracias occidentales que destacan el espíritu democrático ejemplar de la sociedad israelí.
Una aclaracion que quizás sea innecesaria, pero nos parece oportuno agregar: es legítimo discrepar con las manifestaciones y considerar que critican injustamente al gobierno. Y es legítimo que quienes discrepan con el gobierno, salgan a protestar.