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Vidas Uruguayas en Israel: Profesor (Emérito) Alberto Spektorovski

En Alberto Spektorovski se combinan varios mundos, el amor por la investigación académica y el estudio de las Ciencias Políticas, por el movimiento juvenil Macabi Tzair en el que creció, por su compañera de vida Liliana, por la vida en Israel con todos sus desafíos y el aporte práctico que ha tenido a la paz, al ser artífice en el proceso que puso fin a la violencia de ETA en España.

Podríamos llenar este número con sus historias. En esta primera entrega, abordamos la parte personal. En unos días, el resto.

Primero, lo que nos escribió Alberto cuando le pedimos datos para su “ficha” de presentación.

 

“Tengo 70 años justos.  Llegué a Israel en 1973 como olé jadásh (nuevo inmigrante) de Macabi Tzair.  Mi familia directa era mi padre Luis que vino de Polonia, mi madre Susana, nacida en Uruguay, y mi hermana Marta que aún vive en Uruguay con toda su familia.   En Uruguay mis recuerdos me llevan a la niñez en el barrio Reducto y a la escuela México en la calle General Flores. Mi liceo fue el número 17 que era el Miranda viejo en la calle ex Sierra.  Alcancé a cursar el  preparatorios en el IAVA.   

 Tuve una experiencia interesante en Estados Unidos como estudiante de intercambio en 1968, a los 16 años.   Si no fuera por la época que me tocó vivir quizás obviaría destacar esto. Pero con la perspectiva histórica, con los ojos de hoy día, recordar que estudié en un secundario en la ciudad de Flint Michigan en los fines del 60 , una época de racismo galopante, de movilizaciones contra la guerra de Vietnam, del asesinato de Martin Luther King y Robert Kennedy,  hoy día me hace temblar.   Hasta diría que si queremos entender hoy el movimiento que siguió a Trump , la vida de Flint en aquella década te lo explica.  Toda la ciudad trabajaba en General Motors, todos tenían sueldos respetables, y eran los móviles  de la industria americana.   La transformación económica y cultural de Estados Unidos, se la pueden explicar en un cara a cara los que quedaron desocupados de Flint que en gran parte pasaron a ser la masa crítica de los votantes del partido Republicano, de su ala Trumpista.

Mirando con perspectiva histórica viví  una de las épocas mas dramáticas de la época moderna de Estados Unidos, y sin entender nada ya que con 16 años no me daba completamente cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, puedo decir hoy que me marcó.  Siempre me quedó un interés inmenso por los Estados Unidos.  Si en esa época hubiese tenido 20 años, seguro que hubiese desembarcado en Woodstock o en las manifestaciones pacifistas que marcaron la época.

Luego de mi retorno a Uruguay, mi vida, como la de muchos jovenes judíos de mi edad, pasó a ser la Tnuat  Noar (el movimiento juvenil) en mi caso la de Macabi.  A través de Macabi llegue al Majon de Madrijim (Instituto de líderees jóvenes) en 1970, que también fue una experiencia inolvidable y finalmente mi aliá, la radicación en Israel en 1973.   Como se pueden imaginar, mucho tiempo para estudiar, no tenía”.

Fútbol en Macabi

 

P: Alberto, tengo que comenzar quitándome una duda de toda la vida….porque yo fui a Macabi cuando vos ya estabas en Israel, y siempre oía de “Charrúa”…¿de dónde salió ese apodo?

R: Ni yo me acuerdo bien del asunto porque desde que me conozco me apodaron así mis amigos más directos y especialmente en la Tnuá.   Algo tenía que ver con una clase de gimnasia de la Asociación Cristiana de Jóvenes a la que yo iba. Y después un poco quedó por mis características un tanto rebeldes.  Me parece que era eso, pero no lo podría precisar. Aún hoy mismo mis amigos más íntimos se refieren a  mi así.  

 

P: Y ahora en serio…¿te parece que presentarte ante todo como experto en Ciencias Políticas es lo que más te caracteriza? La presentación ¿debe pasar por allí?

R: Sí.  Soy profesor de Ciencias Políticas ahora Emérito, en la Universidad de Tel Aviv, en el marco de lo que se denomina Políticas Comparadas y Teoría Política.   Mis publicaciones se centran en las doctrinas de la Derecha Radical, pensamiento de la revolución conservadora tanto en la década de 1930, como en la actualidad.   Mis investigaciones en un principio se focalizaban en el nacionalismo argentino, y luego con el tiempo en el nacionalismo resurgente de Europa. Quizás fui uno de los primeros en detectar el comienzo de la ideología de la Nouvelle Droite (Nueva derecha)  francesa que llevó adelante lo que yo denominé como el multiculturalismo exclusionista de la Derecha.   

P: ¿Y cómo lo ves plasmado en la realidad política actual?

R: Hoy en día esas doctrinas están muy propagadas, influyeron en Alexander Dugin ideólogo de la invasión de Rusia a Ucrania  y son seguidas muy de cerca por una gran cantidad de investigadores.     Mis influencias en estas investigaciones fueron marcadas por mi mentor el Prof Zeev Sternhell experto mundial sobre el fascismo francés.  Podría decir que a él le debo mi carrera en la Universidad de Tel Aviv y mucho más.   A través de  Sternhell,  llegué a conocer a profesores americanos como Stanley Payne, o al español Juan Linz que también fue mentor en mi tesis doctoral.

P: Y eso que me decías que por toda tu actividad juvenil, evidentemente no tenías mucho tiempo para estudiar.

R: Así es.  Hasta mi doctorado, no podría decir que fui un estudiante muy aplicado.    Nunca tuve una gran interés por la disciplina académica de Ciencias Políticas , pero los seminarios de Zeev Sternhell me cambiaron la vida intelectual, sin ninguna duda.  Ultimamente publiqué un libro sobre Europa y el desafío del Islam " From Multiculturalism to democratic discrimination" (University of Michigan Press) y edité otro sobre el escritor francés Michelle Houellebecq. Ambos trabajos tocan directa e indirectamente el problema con la diversidad, y con el resurgir del nacionalismo populista.   En conclusión, mis investigaciones siempre estuvieron ligadas al estudio del fascismo y del conservadurismo político.   

P: Entiendo que no mera teoría….

R: Bueno…cuando lo empecé el tema  era esotérico. Pura historia.  Hoy  estamos viviendo un resurgimiento de la revolución conservadora  en Europa y en los Estados Unidos.   Muchos profesores liberales como Timothy Snyder esperan que la resistencia Ucraniana a Rusia hoy día, sirva para revivir un liberalismo alicaído en el mundo desarrollado.   Veremos.  Tema duro , y se verá.   Sigo este proceso con muchísima preocupación, justamente por conocer cómo se dio en el pasado.   Y como todos los que estamos en esto,  tratamos de balancear entre la tesis que nos dice que no hay que olvidarse de la historia porque si no estamos condenados a repetirla, y por el otro lado la idea de Marx que la historia se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa .  

La influencia de Macabi Tzair

P: ¿ Qué te dejó la vida tnuatí, en el movimiento juvenil, o sea Macabi Tzair? ¿Es una buena marca para toda la vida?

R: Por supuesto. Me marcó a tal punto que podría decir que mis amigos de los 12 , 13, 14  años , o sea los amigos de la tnuá, siguen siendo hoy amigos como si no hubiese pasado el tiempo.  Tanto los que están en Israel como los que se quedaron en Uruguay o emigraron a otros lugares. Fuera de eso ,lo lógico: el  proceso tnuatí es el que me trajo a Israel. Indudablemente, la tnuá influyó en mi decisión de hacer aliá.

Con sus compañeros de kvutzá en Macabi Tzair. Alberto es el tercero de la derecha, en la fila de adelante.

 

La integración a Israel

P: ¿Cómo fue tu proceso de integración a Israel?

R: Difícil.   Era un Israel difícil el de los 70.   También vivimos épocas dramáticas. La guerra de Iom Kipur, con todas sus consecuencias dolorosas. Luego la vida en el centro estudiantil de Reznik en el Monte Scopus en Jerusalem.  La Jerusalem de aquellos años era encantadora por un lado. Muy secular, muy militante, una experiencia inolvidable. Por otro lado las carencias materiales se hacían notar en todo.  Ni comparación con el Israel de hoy.  Un Israel de hoy día en donde no falta nada, que no tiene nada que envidiar a ningún país desarrollado en el mundo. En aquellos momentos, la experiencia era sumamente interesante pero muy difícil.

P: ¿Era lo que esperabas? Uno puede venir con un ideal y escracharse con la realidad, que siempre es más compleja.

R: La verdad que si bien fui a Macabi y vivimos los ideales sionistas, en realidad cuando llegué a Israel ya no tenía tantos ideales.  No tenía demasiada expectativas acerca de un Israel ideal; un Israel  justo, luz de los pueblos.   La verdad que nunca creí eso y nunca le puse demasiadas expectativas a esos ideales.   Siempre entendí la política de Israel como la lucha por la existencia contra viento y marea, y cuando se actúa así, hay poco cintura para ser luz de los pueblos.   

P: Buena descripción…pero de todos modos-al menos así fue en mi caso- creo que se puede venir con ideales sin creer que Israel es ideal, perfecto. 

R: Cierto. Te diré que en cuanto a la vida como estudiante y olé jadash, tampoco le deposité  demasiadas expectativas.  En esos años sin ninguna duda pasamos una  época de carencias pero de muchísimas vivencias de todo tipo. Era una Jerusalem muy diferente a la de hoy día y sumamente interesante.

Sin demasiada sofisticación lo que hacíamos era sobrevivir, y vivir entre amigos disfrutando el día a día entre estudios, encuentros,  fiestas. Mucha camaradería  y comunicación.  Recordemos: el whatsup, la laptop y el Smartphone no solo que no existían…ni los imaginábamos. Así que  lo que quedaba era hablar y comunicarse cara a cara.   

 

Actividad política, parte integral de la sociedad

 

P: Pero tu actividad ¿era solamente social o también tuviste intervención política?

R: En esa época, como una gran cantidad de jóvenes, participé políticamente. Un poco por aventura otro poco por un poco de conciencia social fui atraído por el movimiento de los Panteras Negras formado por israelíes oriundos de los países árabes, que hizo historia en la década del 70.  Participé junto a Saadia Marziano, Charlie  Biton, Kohavi Shemesh entre otros en las actividades del grupo.  

P: Esa no la tenía…impresionante….Eso significa que fuiste parte integral de un movimiento que marcó mucho en la sociedad israelí.

R: Me río hoy día, por lo que pensábamos en esos momentos los que éramos activistas de una nueva izquierda  crítica del partido Laborista y también del Likud.  Pensábamos que la protesta étnica mizrají, o sea de los judíos orientales,  podía ser canalizada por la nueva izquierda.   Qué utópicos éramos. El que canalizó la protesta mizrají fue Menajem Begin, y hoy día la canaliza el ultra conservador Bibi Netayiahu.

P: Impresionante….cómo se fijan actuaciones por estereotipos, no siempre analizando el contenido.

R: El intento de juntar a la izquierda pacifista, que buscaba un arreglo con los palestinos en base al concepto de dos estados para dos pueblos, nunca se instaló en los corazones de las clases populares de los israelíes mizrajim, o sea de origen oriental, los oriundos de los países árabes.  En conclusión Begin y Bibi entendieron el asunto. Compañeros de estudios de esos días, como Tzahi Hanegbi e Israel Katz ,ex ministros del Likud, y probable futuros ministros,  lo entendieron todo.   Nosotros en la izquierda muchísimos  menos.      

 

La nueva etapa: Tel Aviv

P: Empezaste en Jerusalem, pero luego tu vida dio un giro .

R: Así es. Desde el punto de vista vivencial la Jerusalem de aquellos años invitaba a esa clase de militancia social.  Pero llegó  un momento que me cansé y emigré literalmente a otro país: Tel Aviv.    Seguí haciendo mi doctorado en la Universidad de Jerusalem  a la cual viajaba dos días por semana pero pasé a vivir otra vivencia en Tel Aviv.  

P: ¿Cómo lo viviste?

R: No sé como se dio, quizás con por un poco de casualidad, pero casi de entrada tuve  encuentros diarios con la bohemia de Tel Aviv especialmente con Arik Einstein , Moni Mushonov,  Shemtov Levi, Shlomo Idov.

Con Arik Einstein, una relación que pocos israelíes nativos tuvieron

 

P: Impresionante…grandes cantantes, actores…

R: Así es. Con Arik fue un encantamiento mutuo a raíz de la pasión mutua por el fútbol.  Nos reuníamos con él y muchos amigos más, en la casa del periodista Miki Gurdus.

P: ¡No me digas!  Estuve en su casa en Sderot Hen en Tel Aviv, para entrevistarlo sobre su trabajo como quien escuchaba  todas las transmisiones del mundo árabe. Impresionante. Recuerdo que fue a los  comienzos de la así llamada primavera árabe.

Miki Gurdus, radioescucha de la radio israelí, rodeado de cables y aparatos que le permitiían captar transmisiones del mundo todo, también de fútbol

 

R:  Era impresionante lo que él hacía. En esa época no había televisión en cables como hoy día. Miki Gurdus  tenía los medios de conectarse a satélites por su trabajo en la radio nacional.  Allá en su casa nos reuníamos a ver los partidos de la liga italiana, española, los mundiales, etc.    Las charlas telefónicas con Arik Einstein eran casi a diario.  El encanto de las banalidades.  En la época que escribía mi doctorado, esas conversaciones con Arik me daban respiro. Siempre terminaba con una sonrisa.    

P: Sana envidia me hacés sentir. Creo que eso alcanza para confirmar  tu buena integración a Israel.

R: Puede ser (sonrisa).

P: Hoy, mirando hacia atrás…y quizás más que nada mirando hacia adelante ¿Sentís que tomaste una buena decisión cuando emprendiste viaje a radicarte en Israel?

R. Por supuesto.

Uruguay e Israel, dos mundos simultáneos

P: ¿ Sentís que vivís combinando dos mundos, Israel y Uruguay? Viajás bastante, invitado por la universidad ORT a conferencias sobre temas de actualidad israelí. Pero además, seguramente tenés muchos amigos allí y quizás también familia. ¿Cómo combinás todo?

 

Disertando en la Universidad ORT en Montevideo

 

R: Tocaste un punto interesante.  Venir a Israel en ningún momento me desligó del Uruguay.  Cuando me vine a Israel era la época que viajar era todo un problema. Con el tiempo, como es lógico suponer, hasta el momento de la pandemia, nos dimos cuenta que viajar era fácil y lo aproveché al máximo. No solo con respecto a Uruguay. Pasé mucho tiempo en la universidad de Yale en la que  hice mi post doctorado, estuve un tiempo en la Universidad de Wisconsin en Madison , y en South Bent en la Universidad de Notre Dame.  Por  último dicté clase en  Columbia University en New York .  Podría decir que en materia de identidad, la mía estaba compartida y sin conflictos entre Israel y Uruguay y con el tiempo se le agregó New York.

P: Tres mundos…no es sencillo

R: En los tres lugares literalmente me siento en casa, súper cómodo.   Hace unos años publiqué en España un artículo no académico sobre un personaje hipotético que obviamente era yo, oscilando entre las tres identidades. El personaje creció en la Montevideo republicana, vivió en la Jerusalem conflictiva y finalmente en la New York multicultural que canalizaba a todas las identidades juntas.  Lo atractivo de New York es eso, en la esquina de Broadway y la 101 estamos en Tel Aviv. Reunión de israelíes, se habla hebreo se ve la televisión de Israel, se discuten los problemas de Israel.  Y ni que hablar lo que es la riqueza de la vida judía en New York al margen y no necesariamente coincidente con la vida de los israelíes en New York. Podría decir sin temor que New York es una ciudad judía. No me cabe duda de que es la   ciudad del mundo en donde los judíos se sienten más a gusto, y eso sin desmerecer a Israel.      Al mismo tiempo, ciertos lugares de New Jersey, es como entrar literalmente a algún bar del barrio Sur de Montevideo.   Y se pasa de un lugar y de una experiencia a otra con total naturalidad, sin conflictos ni pánicos. Solo New York puede lograr eso.   Y tengo que agregar un lugar más  en el que me siento en casa, y donde me adoptaron, que es Euskadi,  el país vasco.  

 

P: Es que no podía ser de otra manera. Justamente es otro tema que incluiremos en esta entrevista… vos ayudaste a lograr la paz allí, a terminar con el terrorismo de ETA.

R: Es cierto. Como me dijo el ex Lehendakarri  (Presidente del gobierno vasco) José Ibarretxe después de nuestra labor por la paz en la región: “Sos un hijo predilecto  de Euskadi”  Y me lo tomo muy en serio.  Me siento en casa en Bilbao.  Pero en definitiva, nada de eso me confunde.   Sigo siendo sionista, quizás un poco post moderno, con varias identidades pero sionista al fin.  Cuando servía en las reservas del ejército de Israel hace ya muchos años, siempre me hacía esa pregunta hipotética. Serviría o le dedicaría días de mi vida a otro ejército del mundo.? Y la respuesta era negativa.  Con ello, dije todo.

P: ¿Qué llevás siempre contigo de Uruguay?

R: Los que me conocen saben que disfruto todo el Uruguay. Los amigos ,mi familia,  la gente , la música.  Pero quien me conoce de cerca o no tan de cerca sabe que hay pocas cosas que me emocionen mas,  que ver a la Celeste jugar.  Para mi esa clase  de banalidades si lo queremos llamar así, me producen mucha emoción.    

P : Esperemos que se cumpla dentro de poco el sueño y venga la Celeste a un amistoso con Israel antes del Mundial en Catar. ¿Qué te parece le haría bien a Uruguay de Israel?

R: En principio te diría que nada.  Cada uno con su idiosincrasia y su encanto. Pero si me empujás un poco, te diría que un poco de la dinámica de Israel le vendría bien a Uruguay, y a la inversa un poco de la “lentitud” de Uruguay le vendría bien a esta sociedad israelí tan acelerada.

 

 

P: Quisiera  terminar esta parte con algo más de tono personal sobre tu vida hoy….¿qué destacarías?

R: La linda vida que tengo con mi compañera de vida,   la pintora Liliana Livneh que como digo siempre, le pone colores a mi vida. Y obviamente  con toda nuestra  familia y fundamentalmente las nietas Dafna y Aviv. Deseo ya un encuentro con los nietos de mi hermana en un momento cercano.

Alberto  y Liliana

 

P: Hermoso . Al fin de cuentas, eso es el centro de la vida. Mil gracias por tu tiempo.

R: Gracias a vos por tu interés.

 

 

Ana Jerozolimski
(01 Junio 2022 , 06:05)

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