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No. 145
Shemini-Pará
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 25/03 18:31
Demás localidades ver en www.jabad.org.uy
KOSHER POR DENTRO
Por Tali Loewenthal
Todas las enseñanzas de la Torá se aplican en varios niveles. Las leyes de kashrut detalladas en el libro de Levítico no son una excepción. Primero está la dimensión práctica, los animales, pájaros y peces que podemos comer. Pero luego hay también una dimensión espiritual personal en las leyes de kashrut, una enseñanza para cada uno sobre su camino a través de la vida. La idea de que algunos animales son kosher, que literalmente significa "apto" y adecuado, y otros no, nos dice algo acerca de nosotros mismos.
Dentro de cada uno de nosotros hay un aspecto divino, llamado el Alma Divina, que está concentrado en la espiritualidad y la bondad altruista. El Alma Divina se expresa raramente en nuestras vidas. ¿Cuán frecuentemente estamos dedicados a algo espiritual? Después de todo, la hermosa atmósfera del Shabat expresada en la mesa del viernes por la noche con las velas encendidas es una vez a la semana. Más al frente de los deseos, pensamientos y acciones de todos los días está el Alma Animal.
El Alma Animal nos impulsa a estar preocupados por el lado material de la vida, como la búsqueda del placer, y una variedad de formas de excitación. Nuestra formación, la sociedad alrededor nuestro, y nosotros mismos entrenamos al Alma Animal para que se comporte en forma "civilizada", al igual que como muchos animales pueden ser domesticados. El desafío que permanece, sin embargo, es si podemos entrenar al Alma Animal para que se comporte en forma kosher.
Los animales kosher se definen por tener pezuñas partidas y ser rumiantes.
Las enseñanzas jasídicas trasladan estos dos conceptos en cualidades personales. Las pezuñas representan nuestro punto más bajo, el nivel en el que nos apoyamos en el suelo. Sin embargo, las pezuñas tienen que estar partidas. Esto significa que aun nuestro punto de experiencia más bajo y terrenal tiene que estar imbuido de santidad. La diferencia entre lo espiritual y lo material esta en la partición de la pezuña. Pero al seguir las enseñanzas de la Torá, podemos combinar ambos.
Consideremos a la comida por ejemplo. Por supuesto que queremos que nuestra comida este bien preparada y sea sabrosa. Nuestras "pezuñas gastronómicas" están firmemente en la tierra. ¿Pero es todo lo que queremos? Por supuesto que no. Y aquí es donde entra la partición. Preocupándonos por estar seguros que la comida esta de acuerdo a las leyes de kashrut y otros aspectos del ideal judío, estamos creando una partición en la pezuña. Las enseñanzas jasídicas dicen que a través de la partición brilla una radiación espiritual.
¿Y qué hay con respecto a ser rumiante? Quizás pueda adivinar. Ser rumiante sugiere pensar sobre algo, rumiar... Es una característica diferenciadora del comportamiento espiritual sano. "La mente gobierna sobre el corazón" es un dicho antiguo judío que describe nuestro poder para usar nuestras mentes para nuestro beneficio espiritual más grande. A través del pensamiento cuidadoso, en vez de seguir lo que nos piden nuestras emociones, alcanzamos un sentido genuino de dirección. Nuestra mente nos ayuda a clarificar las mejores formas de sentir y comportarnos.
Por lo tanto, a través de tener pezuñas partidas y ser rumiantes, por dentro, logramos mantenernos kosher no solo en nuestra cocina sino también en nuestra vida. ¡Disfrútelo!
CUANDO AHARÓN ES SUPERIOR A MOISÉS
"En el octavo día, Moisés llamó a Aarón y sus hijos." (Vaikrá 9:1)
Debido a las limitaciones de nuestras mentes humanas finitas, no podemos lograr la consciencia Divina máxima por nosotros mismos. Por lo tanto, D-os reveló Divinidad de una forma que podamos captar al darnos la Torá. Una vez que se logró esto, el próximo paso fue preparar al mundo para absorber la Divinidad que está inherente en la Torá, porque sin preparación de nuestra parte, la revelación Divina no puede ser absorbida en nuestro ser, y consecuentemente no podrá elevarnos de ninguna forma significativa o permanente.
D-os nos dio la Torá a través de Moisés, pero fue Aarón el que hizo que la sociedad fuera receptiva a la Divinidad inspirando a la gente a aspirar hacia una vida espiritual. Fue, entonces, Aarón quien completó el proceso de revelación Divina iniciado por Moisés. Los ritos que hizo Moisés en la instalación del Tabernáculo no revelaron la presencia de D-os; recién los que hizo Aharón lo lograron.
Todos deseamos sentir la presencia de D-os en nuestras vidas. Para que esto ocurra debemos imitar a Aarón: “amar la paz y perseguir la paz; amar a las criaturas y acercarlas a la Torá.”
Likutei Sijot, vol. 7, págs. 298-299.
Levítico (Vaikrá) 9:1 – 11:47
La tercera sección del libro de Levítico comienza con la descripción del octavo (Sheminí en Hebreo) y último día de los rituales de instalación. A continuación describe los animales que están permitidos para el consumo judío.
Parashá Pará
En preparación para la festividad de Pesaj, cuando cada judío tenía que estar en un estado de pureza ritual, se agrega a la lectura semanal la sección Pará (Numeros 19). La sección Pará nos cuenta las leyes de la vaca pelirroja con la cual se purificaba a quienes estaban impuros ritualmente.
SER UN HOMBRE RICO
Berel nunca tuvo la ambición de ser rico. Cuando rezaba a D-os, no pedía riquezas. Pedía salud, satisfacción de los hijos, que D-os le diera más inteligencia para entender la Torá. Gracias a D-os tenía una buena esposa, hermosos hijos, y ganaba un modesto sustento. ¿Qué más necesitaba?
Berel vivía en una pequeña aldea llamada Jasnik, no lejos de Chernobyl, que era una ciudad pequeña pero tenía un gran Rebe, Rabí Mordejai Chernobyler. Cuando viajaba a Chernobyl para recibir estímulo espiritual, entregaba al Rebe dinero para Caridad.
Cierto día, la aldea de Jasnik hervía de excitación. El Rebe venía en una de sus visitas. Berel estaba especialmente conmocionado pues el Rebe solía albergarse en su casa. Pero Berel pronto se vio desilusionado. El Rebe no estaría en su casa esta vez. Más aún, el Rebe dijo que Berel no debía aparecer ante él. El Rebe había dejado bien en claro que nada le haría cambiar de idea. Salvo que Berel traiga 2.000 rublos para Tzedaká.
Berel estaba muy triste. El Rebe conocía su situación económica. Aun de vender su casa con todo lo que había en ella, no podría juntar la suma que esperaba de él. ¿Qué había hecho para merecer semejante castigo? Por una vez en su vida deseó haber sido un hombre rico, y por primera vez en su vida rezó ahora con todo su corazón para que D-os le permitiera traer al Rebe los 2.000 rublos para Tzedaká.
El Rebe vino y se fue. Cierto tiempo después la excitación volvió a apoderarse de Jasnik, pero esta vez era más bien pánico. Un batallón militar de asalto pasaba por la aldea y sus habitantes recibieron la orden de albergar a los soldados en sus casas. Ya era de noche cuando algunos soldados llegaron a la casa de Berel y anunciaron que pasarían allí la noche. Consigo traían un pesado cofre que introdujeron en la casa y depositaron en uno de los armarios.
Los soldados estaban muy cansados y pronto dormían profundamente. Sin embargo, en medio de la noche sonó una alarma. Los soldados, todavía medio dormidos, abandonaron la casa con mucha prisa y partieron junto a sus camaradas. Pero al otro día, un comando compuesto por unos veinte soldados regresó a la aldea y comenzó a registrar casa por casa, buscando alguna cosa olvidada por los soldados cuando respondieron a la alarma. Pasaron varias veces delante de la casa de Berel pero nunca entraron para revisarla. Luego de varias horas de búsqueda inútil, la tropa se fue.
Pasaron varios meses. Berel casi había olvidado del cofre. Pero como nadie lo reclamaba, decidió mirar qué había en su interior. Se sorprendió al encontrarlo lleno de dinero, en billetes y monedas, y cayó en la cuenta de que evidentemente se trataba del tesoro del batallón intruso. Inmediatamente contó 2.000 rublos y sin avisar a nadie partió hacia Chernobyl. Muy alegre, se presentó ante el Rebe y colocó el dinero sobre su mesa. "¿De dónde sacaste el dinero, Berel?", preguntó el Rebe. Berel le contó.
Entonces el Rebe le dijo: "Verás, Berel, ésta es la verdad de la historia. Del Cielo me habían revelado que serías puesto a prueba con riquezas. El único obstáculo era que tú jamás habías rezado por ellas. Pero del Cielo querían escuchar de ti al menos una pequeña plegaria, que expresara tu deseo de ser rico. De modo que decidí ayudarte. El resto ya lo sabes. Sin embargo, Berel, recuerda que la riqueza puede ser una prueba más severa que la pobreza. Cuídate de ser merecedor de la confianza que D-os depositó en ti".
PREPARATIVOS PARA PESAJ
Jametz significa “grano fermentado”. En Pesaj, no solo no comemos jametz, sino que ni siquiera debemos tenerlo. Si una comida o bebida contiene incluso un vestigio de trigo, cebada, centeno, espelta, avena o sus derivados, y no fue cuidada para que no leude o fermente, es jametz. Lo que significa que cualquier comida o bebida procesada hoy se puede asumir que es jametz a menos que se haya certificado que no lo es.
El problema es que nuestras casas están llenas de esto. Es por esto que nos embarcamos en una limpieza completa y en una misión de búsqueda y destrucción durante las semanas anteriores a Pesaj. Limpiamos todas y cada una de las áreas donde pueda entrar comida (no se moleste con los lugares donde no entra nunca comida). Movemos los muebles, horno y heladera; buscamos debajo de los sofás; limpiamos sillas, armarios y bibliotecas. También la oficina, los bolsillos de la campera y el auto.
El mayor trabajo es, por supuesto, la cocina. Después de limpiarla, use papel de aluminio o papel para cubrir todas las superficies que puedan entrar en contacto con la comida.
Lo mejor es tener vajilla y utensilios de cocina separados para ser usados en Pesaj. Si esto no es posible, algunas cosas de la cocina se pueden hacer kosher para Pesaj.
La Venta
Ahora estará pensando, “¿Qué hago con mi exclusiva botella de whisky de 30 años?”. Para estas cosas hay una alternativa: asegúrese simplemente que no le pertenecen a usted durante Pesaj.
Tome el jametz que quiere salvar, la comida, bebidas y utensilios usados durante el año (y no kasherizados para Pesaj), y guárdelos en un armario o cuarto que cerrará con llave o sellará. Luego, autorice a un rabino con experiencia a hacer una venta legalmente vinculante tanto de acuerdo a la ley judía como a la civil. El venderá todo su jametz justo antes de Pesaj, y lo comprará de nuevo tan pronto como termine la festividad. La noche en que termina Pesaj, luego que el rabino haya recomprado su jametz, ya puede abrir esa botella de whisky para hacer lejaim.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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