Mundo Judío

MiSinai

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No. 142
Pekudei
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 04/03  19.00
Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

EL EXAMEN FINAL

Por Yossy Goldman

Transparencia y responsabilidad, esas son las palabras de moda para los dirigentes de las corporaciones del siglo 21. Sin duda que toda persona derecha y honorable le da la bienvenida a todo esfuerzo genuino por detener la corrupción y la deshonestidad en cualquier esfera de la sociedad, tanto sea empresarial, gubernamental o personal. ¿Pero es este realmente un fenómeno nuevo? ¿Nuestra generación es la primera de la historia preocupada por tales asuntos?

En la lectura de la Torá de esta semana aprendemos que hace mucho, en los días de Moshé, se realizó una contabilidad transparente y una auditoría detallada de las donaciones hechas por los israelitas para la campaña de construcción del Santuario y sus útiles sagrados. Las contribuciones de oro, plata y cobre fueron todas pesadas y totalizadas, de forma que nadie pudiese poner en duda la integridad de Moshé y su equipo. De hecho, los comentaristas deducen de este episodio que aquellas personas a cargo de fondos de caridad comunitaria deberían también considerarse responsables. Todos necesitamos ser “inocentes a los ojos de D-os y del hombre.”

Pirke Avot nos recuerda que consideremos que un día todos deberemos enfrentar la auditoría final. Cada uno de nosotros se presentará ante el tribunal celestial para dar un din vejeshbon, “un justificación y contabilidad completa” de cómo hemos vivido nuestras vidas.

Es fascinante notar que de alguna manera el Talmud (Shabat 31a) fue capaz de llegar a saber las preguntas que se nos van a hacer por ese tribunal supremo. ¿Sabe cuál va a ser la primer pregunta? Sorpresa, no va a ser “¿Creíste en D-os?” o “¿Ayunaste en Iom Kipur?”. Crealo o no, la primer pregunta de ese último examen es: “¿Fuiste honrado en los negocios?” No cuan religioso fuiste con D-os, sino como te condujiste en tus asuntos de negocios. ¿Fuiste honesto y justo con la gente?

La segunda pregunta, sin embargo, va al corazón de nuestra judeidad. “¿Te hiciste tiempos fijos para el estudio de la Torá?” Parece ser que familiarizarse con la Torá y ser un judío conocedor es la llave que abre las puertas a todo lo demás en la vida judía.

¿No es una anomalía que en nuestros tiempos muchas de las mentes legales más brillantes, fiscales, abogados y jueces, no hayan abierto nunca una sola página del Talmud, la enciclopedia clásica de ley judía? ¿O que muchos de nuestros mejores médicos desconozcan completamente los escritos de Maimónides, el gran rabino y médico del siglo 12, sobre medicina? ¿O que nuestros más brillantes empresarios sean ignorantes del Judaísmo e incluso analfabetos?

Cuando se cruza con la luz roja, la ignorancia de la ley no sirve de excusa. Ningún policía de tránsito va a aceptar la excusa de que el conductor no sabía que eso era ilegal. En nuestros días, con tantas oportunidades nuevas disponibles para el estudio de la Torá, la ignorancia del Judaísmo no tiene sentido. Si el Talmud fue alguna vez un libro cerrado, hoy en día está disponible en español y también hay maestros con los que aprender. Las oportunidades de estudio judías abundan en toda comunidad. Y si uno está apartado geográficamente, Internet hace maravillas. ¡Puede encontrarse incluso un rabino virtual!

Asegurémonos que cuando el Policía del Cielo nos detenga para “hacernos unas preguntas”, todos seamos capaces de responder afirmativamente.

EL DENOMINADOR COMÚN

"[Los artesanos] hicieron las piedras de onix ... grabadas con los nombres de los hijos de Israel [Jacob]." (Shemot 39:6)

Algunos de los hijos de Jacob se destacaban por sus roles de liderazgo: Judá fue el padre de la dinastía real de David, Levi fue el padre de los sacerdotes, y José fue seleccionado para liderar a la familia luego de la muerte de Jacob. Sin embargo, los nombres de los hijos de Jacob estaban grabados en las dos piedras del Efod en el orden de su nacimiento, en vez de en orden de importancia o prestigio. Esto subraya su factor común y unificador, el hecho de que todos eran hijos de Jacob.

Jacob fue el único patriarca cuyos hijos se mantuvieron fieles a la misión Divina e ideología que comenzó Abraham. Todos los hijos de Jacob aprendieron cómo canalizar sus diferencias y fortalezas individuales hacia la perpetuación del judaísmo. Esta unidad hizo que sus nombres inscritos fueran una fuente de mérito para nosotros dado que el sumo sacerdote entraba al Tabernáculo para representarnos ante D-os. Así como los padres están felices de complacer los deseos de sus hijos cuando todos ellos cooperan cariñosamente entre sí, D-os está más dispuesto a llenarnos con Su beneficencia cuando seguimos en los pasos de los hijos de Jacob y nos unimos en nuestra devoción a los ideales del judaísmo.

Likutei Sijot, vol. 36, págs. 146-152.

 

Éxodo (Shemot) 35:1 – 38:20

La décima sección del libro de Éxodo comienza con Moisés bajando del Monte Sinaí por tercera y última vez e inmediatamente congrega (Vaiakhel en Hebreo) al pueblo judío. Moisés les informa que D-os los ha perdonado por el pecado del Becerro de Oro y les ha instruido que construyan un Tabernáculo como señal de su perdón.

UNA TEFILÁ EN KHARKOV

Por Shmuel Marcus

Viví en Kharkov, Ucrania durante un año cuando tenía veinte años. Era uno de cuatro estudiantes Rabínicos jóvenes de la leshivá de Jabad en Brooklyn que se pasaron un año en la moderna Unión Soviética. No estábamos angustiados. Después de todo, ¿de qué preocuparse? El Comunismo había terminado, y yo tenía guantes para el invierno.

La antigua sinagoga coral en Kharkov se encuentra en el número 12 de la Calle de Pushkinskaya. En 1940 resistió y fue testigo de la ocupación nazi y luego de su retirada, sus oraciones no fueron respondidas. Después de la guerra, se convirtió en un centro de deportes, sus sagradas paredes sólo podían llorar.

En 1992, el Shul fue devuelto a sus dueños. Esa noche de viernes, los judíos del lugar vinieron a orar en la oscuridad, los creyentes bailaron en el frío. Era nuestra de nuevo.

Hoy, el 12 de la Calle de Pushkinskaya es una Sinagoga que funciona. En Shabat, el Shul está lleno de hombres y mujeres, canciones y Plegarias. Los niños en camisas blancas y corbatas pequeñas corren para besar la Torá. Pero el 12 de la Calle de Pushkinskaya no es un Shul ordinario.

Estoy sentado al frente del hombre anciano con sombrero marrón. Las plegarias tienen lugar y luego el rabino hace Kidush. Todos esperan conseguir un plato de comida y una pequeña Jalá. Un hombre cerca de mí, primero da unas lengüetadas a la Jalá y luego la desliza en su bolsillo, respirando un poco más pesado, empieza a comer, ¿Será para después? ¿O para su esposa y sus niños? No me atrevo a preguntar.

Tres filas detrás mío, una mujer saca un frasco vacío limpio de su bolsa. No se avergüenza, no está sola. Todos en el salón hacen silencio, las bolsas se abren, los frascos se cierran.

Un día, un hombre mayor entró en el Shul. En una mano sostenía un bastón de madera, la otra, estuvo de pronto sobre mi hombro.

- "¿Puedes rezar?", susurró.

- "Sí", contesté.

- "¿Puedo mirar?"

Oré en hebreo y él estaba de pie a mi lado, escuchando cada palabra.

Terminé un capítulo y me rogó que siguiera. Entonces, me preguntó: "¿Ese párrafo lo rezaste por mí?"

El Gran Rabino de Levov fue asesinado en la Primera Guerra Mundial. Su hijo Nojum tenía sólo ocho años. Nojum empezó a recitarme el Alef Bet (alfabeto hebreo) que recordaba.

Sólo unas letras Sagradas y sagrados recuerdos sobrevivieron al comunismo.

Muchos años después, en el antiguo Shul en Kharkov, Nojum me agradece con lágrimas en sus ojos. Pues, finalmente vio a su padre orar de nuevo.

LA  ALEGRÍA

“¡Sirvan a D-os con alegría!”, canta el Salmista.

La alegría es fundamental en la conexión con D-os. El hecho de estar contento cuando uno hace una mitzvá demuestra que uno disfruta de esta conexión, de este increíble privilegio de servir al Infinito Autor de Todas las Cosas. Y de hecho, el Arizal, maestro kabalista del siglo XVI, una vez afirmó que a él se le habían abierto las puertas de la sabiduría y la inspiración divina solamente como recompensa por hacer las mitzvot con desbordante alegría.

No solo las mitzvot, sino todo lo que uno hace, comer, dormir, comerciar, e incluso entretenerse, puede ser parte de la forma en que uno se conecta con D-os. Lo único que hace falta es tener las debidas intenciones.

Por lo tanto, “sirvan a D-os con alegría” se aplica a todos los momentos y todas las situaciones.

Cuando uno está contento, los trabajos más difíciles son un juego de niños; los adversarios más poderosos se conquistan sin problemas. Pero si uno está triste y deprimido, entonces hasta los desafíos más simples de la vida resultan imposibles de enfrentar. El triunfo en la continua batalla contra las tentaciones y el egoísmo, y hasta el simple hecho de hacer las cosas bien, dependen en gran medida de mantenerse radiante y optimista.

Meditación para la Felicidad:

1. Imagínate que te dan la oportunidad de recibir en tu humilde hogar al Jefe de Estado de tu país. Trata de hacerte una idea de lo feliz y lo emocionado que te sentirías ante tal honor.

2. Reflexiona acerca de la insondable grandeza de D-os.

3. Toma otro momento más para pensar en lo pequeño y lo insignificante que eres en comparación.

4. Ahora, considera cuánto Él te ama y te valora.

5. Piensa que cada vez que haces una mitzvá, estás haciendo que Él resida aquí junto a nosotros en nuestro mundo… ¡y tienes el honor de recibirlo en tu casa!

6. Deja que un sentido de propósito en la vida aligere tus pasos mientras te diriges a tus ocupaciones cotidianas.

Y más:

1. Sé consciente de que todo lo que ocurre es parte del plan de D-os y que D-os está al mando.

2. Comprende que de D-os no puede surgir ningún mal, pues Él es absolutamente bueno.

3. Siéntete seguro en el conocimiento de que todo es exactamente como tiene que ser y que hay Alguien que te está cuidando.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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