El Rabino Mendel Moskovitz, que se halla al frente de una importante comunidad judía en Kharkiv, la segunda ciudad mas grande de Ucrania, a la que entraron este domingo tropas rusas, está en medio de la guerra, pero irradia buen ánimo y confianza en que el drama actual termine bien.
“Los rusos entraron hoy a Kharkiv pero se les combate y se mantiene el buen espíritu, también en la comunidad”, relató tras aclarar que si oye explosiones tendrá que bajar al sótano y allí no hay cobertura, por lo cual probablemente será necesario interrumpir súbitamente la conexión.
Esta fue la rueda de prensa más corta en la que hayamos participado, ya que pocos minutos después de comenzar-con el rabino hablando mientras se movía sin cesar en la habitación- tuvo que disculparse: “Hay estalllidos, voy a tener que bajar”, señaló. De todos modos, estuvo dispuesto a responder a nuestra pregunta sobre cuál es el peor escenario que imagina.
Se sonrió y dijo que como judío creyente, él concibe únicamente buenos escenarios y considera que tal como dice la tradición jasídica, “si uno piensa bien, todo estará bien”. Exhortó pues a todos los que se preocupan por ellos a rezar por ellos y a pensar positivamente a fin de que todo termine bien.
Contó que la comunidad judía de Kharkiv asciende a aproximadamente 20.000 judíos y que en estos momentos 200 están refugiándose en la sinagoga. “Ahora están recibiendo un plato de sopa. Lamentamos no tener más espacio para recibir más gente”, señaló.
La conexión se llevó a cabo por iniciativa de la organización Media Central, cuya coordinadora Tal explicó de antemano lo problemático de la situación y la posibilidad que el plan se alterara debido a la emergencia.
Tal como se suponía, la hora pactada no se pudo cumplir por la situación en la que se halla el rabino al frente de su comunidad, mientras la ciudad es escenario de guerra. Pero finalmente apareció en pantalla, alcanzó a contar que sus padres se instalaron a trabajar en la comunidad hace 32 años, cuando el país aún eran parte de la Unión Soviética. Hoy es él quien tiene la responsabilidad sobre sus hombros.
“Tenemos aquí todo lo necesario, víveres y lo esencial,para una semana”, explicó. Con una sonrisa que interpretamos como de doble sentido, agregó. “Y luego, todo esto terminará”.
Reiteró su pedido que se ore por ellos y que todos imaginen únicamente buenos escenarios.
