Cuando nos dirigimos a Fanny Trylesinski, actualmente Cónsul de Uruguay en Valencia, España, para preguntarle si puede compartir con nosotros sus recuerdos de su tía recién fallecida, la famosísima y muy querida actriz Henny Trayles, sugirió abordar la nota de otra forma: a través de la historia de inmigración de su familia. De inmediato nos entusiasmó la idea. Historias de inmigración suelen incluir muchos elementos emotivos que van mucho más allá de si mismas.
Esta es la historia.
P: Fanny ¿por dónde empieza la historia de Henny, tu tía?
R: Nació en junio de 1937 en el seno de una familia de muy buen pasar que vivía en un suburbio de Hamburgo, Altona. Mi abuelo era sastre de hombres y mi abuela lo ayudaba. Henny era mucho menor que sus hermanos: Joaquín, mi padre, y Alfredo, el mayor de los tres.
P: ¿Cuándo y cómo llegaron a Uruguay?
R: Cuando mi padre tenía 9 años, su hermano ya tenía 11 y Henny solamente 1 año . Los cuentos que siempre oí eran muy parciales. Es que los eventos por los que vinieron fueron tales que los hicieron de alguna manera tratar de ocultar la historia. O mejor dicho, de no querer nunca hablar demasiado sobre lo que había pasado. Entonces, quedaron pequeños retazos que con el tiempo uno intenta ir juntando.
P: Te referís, así entiendo, al trauma que supuso tener que dejar todo, cambiar de vida.
R: Así es. Una de las historias que oí fue que uno de los clientes de mi abuelo, que era un hombre con un alto cargo en el régimen alemán, le dijo directamente: “Abraham, andate con tu familia porque las cosas vienen muy mal para ustedes”.
P: Suerte que lo escuchó. Y ahí empezó la saga.
R: Exacto. Esa familia de 5 personas que vivía en Altona en un buen apartamento, se tuvo que ir a un lugar pequeñísimo en el que permaneció durante un año mientras mi abuelo conseguía los papeles para irse a Uruguay.
P: O sea, de antemano el plan era llegar a Uruguay.
R: Así es. Como bien sabemos, no muchos países estaban dispuestos a aceptar judíos. Pero nuestro Uruguay batllista, amplio y liberal , sí recibió judíos.
P: Con eso empezó pues la nueva etapa, pero el proceso fue duro seguramente.
R: Sin duda alguna. Es que se vienen a Uruguay tras haber perdido todo, en una situación económica muy deplorable. Uno de los cuentos que se oía en la familia era que mientras mi abuela estaba con sus tres hijos en el puerto, mi abuelo seguía corriendo buscando papeles. Y fijate qué fecha…se subieron al barco el 29 de octubre de 1938, o sea 10 días antes del Kristallnacht, la Noche de los Cristales Rotos.
P: Antesala de la Shoá…muy fuerte.
R: Así es. Ellos vinieron a Uruguay y en Europa quedó familia. Quedaron los abuelos de mi padre, que mueren asesinados por los nazis, y otros miembros de la familia de los que nunca supimos nada más.
P: ¿Cómo fue el comienzo en Uruguay?
R: Se instalaron en la Ciudad Vieja, en un departamento en la calle 25 de Mayo frente al Palacio Taranco. Mi abuelo empezó a trabajar de sastre. Al principio pasaron muchas penurias. Mi padre y mi tío no hablaban el idioma, y no pudieron ir enseguida a la escuela.
P: Y Henny era muy chiquita para entender lo que estaban viviendo.
R: Por supuesto. Yo creo que lo que Henny puede haber vivido eran los coletazos de esa situación crítica.
P: No algo que pudiera recordar como vivido por ella.
R: Exacto. Mi padre siempre me contaba lo que fue dejar su vida muy acomodada en Hamburgo y pasar a un Montevideo que al principio era algo totalmente distinto para ellos. Fue un gran shock. Esto, aunque en los últimos tiempos en Alemania ya la venían pasando mal, los niños en la calle los perseguían, los insultaban y les tiraban piedras. El último año vivieron encerrados.
P: El régimen nazi , como bien sabemos, demonizaba a los judíos ya mucho antes del estallido de la guerra como tal.
R: Así es, desde mucho tiempo antes. Te cuento que mi abuelo falleció a los 16 años de llegar a Uruguay. Mi abuela quedó viuda y cada uno trata de avanzar en la vida como puede. Mi tía Henny empezó el camino de la actuación. Ella era la luz de los ojos de su madre, mi abuela, que también tenía una veta artística.

El éxito de la tía Henny
P: Así que Henny empezó de jovencita…y como bien sabemos, su éxito fue rotundo.
R: Sin duda ella emprendió una carrera muy exitosa tanto en Uruguay como en Argentina, de gran trayectoria pública. Para nosotros ella fue una presencia fugaz en Uruguay . Yo recuerdo bien esa sensación especial de ser sobrina de alguien muy famoso. Todos la conocían de Telecataplum y otros programas. Realmente trabajaba mucho. Empezaron los viajes de ella a Buenos Aires, donde como es sabido luego se radicó y vivió la mayor parte de su vida. Un tiempo después, a la edad de 59 años, muy joven por cierto, falleció mi abuela así que Henny quedó sin padres a una edad muy joven. Poco después se mudó a Buenos Aires.
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P: ¿Cuándo la veían?
R: A mí me consta que quería mucho a sus hermanos, mi papá Joaquín y mi tío Alfredo, que más adelante se mudó a Perú. Cuando podían se reunían. No es que había encuentros muy asiduos, pero podía participar por ejemplo en un Seder de Pesaj.
P: Y era todo un revuelo seguramente.
R: Por supuesto. Realmente Henny era un personaje muy importante en la familia.
P: Como comentamos antes de la entrevista, yo conocí a tus padres porque vivían en el mismo edificio de mis adorados tíos César y Hela, de bendita memoria todos ellos. Y mi prima Fanny me contó que cuando venía Henny a visitar a su hermano Joaquín y su cuñada Ethel, eso era como recibir al jet set internacional en el edificio.
R: (risa) ¡Sin duda alguna!
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Reencuentro con el pasado
P: Ya comentamos antes que por lo chica que era, ella no podía recordar personalmente esa vivencia de dejarlo todo en Alemania, pasar penurias y recién después lograr avanzar en la nueva vida en Uruguay. ¿Tenés idea cómo vio ella después, en base a las historias familiares, aquel capítulo en la vida de su familia?
R: Lo que te puedo contar es que en los años 90 había un programa especial de las ciudades alemanas para invitar a los sobrevivientes a visitar lo que habían sido sus lugares natales. Pues llegó una invitación también a mis padres y mis tíos. Henny, por lo que ya comentamos, enseguida quiso ir. Mi viejo nunca había querido ir, aunque mi madre le insistía. No quería saber de nada. Es interesante porque él, aunque mucho mayor que Henny, también era un niño cuando huyeron de Alemania. Pero Henny habló con mi tío Alfredo y entre los dos convencieron a mi padre para ir a visitar su ciudad natal. Pues allí marcharon : mi tío Alfredo, mi papá y mi mamá y Henny, y pasaron sensacional. Los anfitriones los trataron muy bien, los llevaron a todos lados, incluso consiguerion la dirección en la que habían vivido de niños.
P: Impresionante.
R: Algo que me parece a mí muy llamativo es que cuando fueron a Hamburgo, no pidieron, o nadie les ofreció o a nadie se le ocurrió, ver los archivos familiares que podía haber allí. Y la primera persona de la familia que tuvo contacto con los archivos fue mi hija. Vive hace unos 10 años en Berlín. Pues en el 2019 ella buscó y abrió esos archivos y vio cosas de la familia que todos desconocían.
P: ¿Por ejemplo?
R: Que cuando terminó la guerra, mi abuela hizo gestiones para averiguar qué había pasado con sus padres. De su madre no se sabe nada, pero del padre, o sea mi bisabuelo, sí. Pudo tener la información de cuándo fue deportado, a qué campo de concentración y cuándo y dónde había muerto.
P: Me imagino el estremecimiento de recibir esa información.
R: Así es. Te diré que un problema para ubicar datos era que los nazis habían declarado apátridas a los judíos hijos de nacidos en Polonia, aunque ellos mismos hayan nacido en Alemania. Y los expulsaban.
P: Conozco personalmente otros casos. Así era en efecto.
R: Pues mi abuela averiguó las circunstancias de la muerte de su papá pero nunca supimos eso, no lo contó en la familia, hasta que Yad Vashem, la institución central de recordación de la Shoá, colocó sus archivos online. Y decidí buscar. Recordaba que mi papá siempre hablaba de su abuelo que trabajaba en una empresa tabacalera alemana y viajaba por trabajo a Londres. Yo tenía el nombre , así que lo busqué y lo encontré. Fue muy impactante. Pero cuando mi hija fue a los archivos en el 2019 se enteró que en realidad mi abuela sabía todo eso ya desde los años 60. Nunca lo contó. Creo que eso muestra mucho el impacto que todo aquello causó también en los que alcanzaron a salvarse. Era algo que te mueve todo. Me parece tremendo, marca a fuego muchas cosas, aún cuando todos los actores de la historia ya estén desaparecidos. Por todo el trauma que vivieron, mis abuelos no hablaban del tema.
P: Mucha gente reaccionó así.
R: Claro…El hecho que mi padre no supiera cuál había sido el destino de su abuelo, porque su mamá se lo ocultó, te indica que era una parte de la vida de la que no querían hablar…
P: Llegaron de niños a Uruguay, así que imagino que la pregunta está de más, pero igual la formulo. ¿Te parece que tu papá y tu tío mayor crecieron con el sentimiento o la percepción de ser inmigrantes?
R: No, para nada. Se sentían totalmente uruguayos.
Henny y el judaísmo
P: ¿Sabés cómo vivía Henny su condición judía?
R: Es una pregunta difícil porque ella era muy esotérica en materia de religión. No sé cuál era el efecto que había tenido sobre ella el trauma de su familia, aunque ella no lo podía recordar.
P: No me refiero a la parte religiosa necesariamente sino a la identidad, a su origen.
R: Ah, era lo más normal para ella. Tenía muy claro su origen y lo asumía con total naturalidad.
P: El haber acortado su apellido a Trayles no era para ocultarlo …
R: En absoluto. Era simplemente por comodidad. Recuerdo que la última vez que vino a Uruguay fue al Hogar Israelita a hacer unos espectáculos para los abuelos. Y en Buenos Aires también tenía contacto con la comunidad en ese sentido. No sé cómo era con el tema religioso pero nunca renegó de su origen, en absoluto.
P: Aparte, siempre decimos que el humor cumplió un gran papel en la historia judía.
R: Es cierto. Ella tuvo aquella presentación que no recuerdo si era unipersonal o bipersonal, “Cómo ser una idishe mame”, que fue realmente glorioso. Era verdaderamente muy bueno. Todas las facetas las tomaba con mucho humor. Dicho sea de paso, ya que hablamos de su carrera y también de su familia, te cuento que el personaje de alemana que ella hacía lo tomó prestado de su madre porque ella, mi abuela, nunca logró aprender bien el español a pesar de haber vivido mucho tiempo en Uruguay. Era totalmente atravesada para hablar, metía palabras en alemán en el medio, tenía un acento fortísimo y Henny imitaba pues a su madre en el personaje de alemana.
P: Genial. La familia aportó pues con la inspiración.
R: Así es. Y en el personaje de Agripita ella imita a mi hermana menor que era chiquita y como tenía vegetaciones hablaba con la nariz tapada. Henny tomó eso de hablar con la nariz tapada para ese personaje.
A modo de resumen
P: Quedaron pues muchos recuerdos Fanny, que es lindo elevar ahora en su memoria.
R: Así es. Nunca olvidaré que yo me sentía la sobrina de una tía famosa porque realmente lo era, y mucho. Estábamos todos totalmente orgullosos de ella porque era muy buena. Nunca olvidaré cómo la mirábamos siempre que aparecía en televisión. Era sagrado.
P: Mil gracias Fanny por compartir todo esto conmigo y con los lectores.
R: Gracias a ti Ana por el interés.