Cuando la realidad supera la ficción
Esta no es una noticia de último momento sino una de esas historias que deben ser contadas aunque nos hayan quedado en el tintero durante algunos meses.
Cerca de fin de octubre 2021 falleció en Israel, a la edad de 90 años, el Padre Gregor Pawlowski, que había nacido como Jacob Tzvi Griner, hijo de Mendel y Miriam, en el pueblo de Zamosc, en la zona de Lublin, judío que tras su salvación de los nazis vivió en el seno del Cristianismo, y que ya años antes de morir preparó la lápida que deseaba se coloque sobre su tumba, en un cementerio judío de Polonia, aunque aún oficiaba como sacerdote.

Nos enteramos del tema por una entrevista que el periodista israelí Kalman Libeskind realizó en la radio pública israelí Kan al Rabino Shalom Malul , director de la Yeshiva (instituto de estudios rabínicos superiores) Amit en la ciudad israelí de Ashdod, quien según fue presentado, era su amigo personal. El rabino Malul guía grupos a Polonia y en uno de sus viajes se topó con una lápida poco común: pronta para ser usada cuando quien la construyó deje el mundo terrenal. Era la lápida de Jacob Tzvi Griner en la que él mismo relataba su historia, antes de morir, firmando con sus dos nombres. Ineludiblemente, el tema le despertó gran curiosidad, buscó a Gregor/Jacob, logró ubicarlo y entre ambos se desarrolló, según contó, una gran amistad.
Este fue el relato del rabino:
“Jacob Tzvi nació en 1931 en Polonia en el seno de una familia religiosa. Pero la guerra provocó un vuelco en su vida normal, al igual que en la vida de todos los judíos de Europa. La vida en el ghetto, la separación de su padre, hasta que en 1942 los judíos fueron llevados de un pueblo a otro para luego enviarlos a los campamentos de la muerte”, contó Malul, agregando que a los padres y hermanas de Jacob Tzvi los nazis los mataron disparándoles junto a una fosa. En otras fuentes leímos que el padre había muerto ya antes en los trabajos forzados, un día especialmente oscuro del que nunca volvió.
Su hermano mayor Haim, de 14 años, ya había logrado escapar y en determinado momento,con 8 años, también Jacob Tzvi lo consiguió.
Según el rabino Malul, se escondió entre los polacos hasta que llegó a una iglesia bajo la identidad falsa de Gregor Pawlowski. En otra fuente, aparecen otros matices que quizás sean meramente circunstanciales. Lo seguro es que vivió bajo una identidad falsa como cristiano, habiendo conseguido incluso un documento de bautismo.
Pasó por diversos orfanatos, logró terminar la escuela y de jovencito fue al Seminario de sacerdocio en Lublin. De acuerdo a una nota en la página de “Saint James Vicariate”, cuando comenzó sus estudios en el Seminario, solamente una monja sabía que era judío y cuando estaba en el segundo año de estudios contó al Rector su verdad. El Rector no vio impedimento ninguno para que continúe sus estudios y el 20 de abril de 1958, Gregor fue ordenado sacerdote.

La revelación pública y la aliá
Tras años de desempeñarse como sacerdote en diferentes pueblos en la diócesis de Lublin, Gregor publicó en 1966 en un periódico católico de Cracovia, de alcance nacional, un artículo con motivo del festivo aniversario de 1.000 años de Cristianismo en Polonia, y allí contó su historia personal. Según cuenta la página Catholic.co.il, el artículo llegó hasta Israel donde lo leyeron parientes de Haim, el hermano mayor de Jacob Tzvi, que tras escapar de los nazis había logrado llegar a la tierra de Israel. Haim comprendió de inmediato que se trataba de su hermano.
En 1970 Gregor /Jacob decidió que deseaba instalarse en Israel y fue enviado por la Iglesia como párroco en Iafo, sirviendo especialmente a los fieles de origen polaco. Según la mencionada página web, cuando le preguntaron por qué había tomado esa decisión, respondió: “Mi lugar es aquí, en el seno del pueblo judío. Sentí un llamado para venir y servir a los cristianos viviendo en mi país”. Y al preguntársele por qué le había resultado importante contar su historia, respondió: “No quería vivir en una mentira. No quiero negar mis raíces, a mi madre, mi padre, mi pueblo. Quiero ser auténtico. Tengo una patria, Polonia, y pertenezco al pueblo polaco.Sin embargo, tengo una nación que viene primero: el pueblo judío. Fue circuncidado a los 8 días de nacer y pertenezco”. Y agregó: “Pertenezco tanto a Polonia como a Israel. No puedo hablar contra los polacos porque me salvaron y no puedo hablar contra los judíos porque soy uno de ellos”.
El monumento por sus familiares asesinados y la lápida que preparó para su propia muerte
Antes de partir hacia Israel, Gregor erigió un monumento en recuerdo de sus padres y hermanas, cerca del cementerio de Izbica a corta distancia del cual habían sido asesinados.
En el memorial, escribió en polaco y hebreo:
Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo
(Job 19:25)
En la eterna memoria de nuestros queridos padres
Mendel hijo de Zeev y Miriam hija de Isaac Griner, de bendita memoria
Y nuestras hermanas Shindel y Sarah de bendita memoria
Y también de todos los judíos asesinados y sepultados en este cementerio
En el mes de Kislev del 5203
Por los asesinos nazis, profanadores de los Mandamientos de Dios
Con gratitud a Dios por haber sido salvados
Establecemos este monumento
Padre Gregor Pawlowski
Jacob Zvi Griner – Polonia
Hayim Griner - Israel
Su propia despedida
Cerca de las tumbas de la fosa, Gregor también preparó un sitio para su propia sepultura. En la lápida escribió en hebreo y polaco:
Padre Gregor Pawlowski
Jacob Zvi Griner
Hijo de Mendel y Miriam de bendita memoria
Abandoné a mi familia
Para salvar mi vida durante la Shoá
Ellos vinieron a llevarnos para exterminarnos
He salvado mi vida y la he consagrado
Al servicio de Dios y la humanidad
Les he devuelto este lugar
En el que fueron asesinados por la santificación del nombre de Dios
Que sus almas queden entrelazadas en la vida eterna
Una despedida singular
Según el Rabino Malul, “su corazón estuvo siempre con el pueblo judío aunque su cuerpo vivía en el Cristianismo”.
Al fallecer el Padre Gregor, nacido como Jacob Tzvi, se le despidió en una ceremonia cristiana junto a la Iglesia, a la que asistieron también judíos al parecer familiares y conocidos suyos.

Luego su cuerpo fue trasladado al cementerio judío de Lublin en Polonia. El 3 de noviembre fue sepultado donde él había solicitado.
El sacerdote judío, como algunos lo llamaban, combinó durante años una vida como cristiano con prácticas y por cierto sentimientos judíos. Según el Rabino Malul, dirigía las misas cristianas, pero ayunaba en silencio en Iom Kipur y no comía “jametz” en Pesaj (comida prohibida, leudada, en la Pascua judía). El rabino Malul contó en la entrevista radial que una vez , pensando que quizás lo llame de atrevido, le sugirió colocar una mezuzá a la entrada de su casa. Él aceptó y le pidió a Malul que la coloque, a lo que él respondió que mejor la coloque él mismo. “Le puse mi kipá en su cabeza y él dijo la bendición y fijó la mezuzá y yo puedo afirmar que me emocioné y me sentí orgulloso, preguntándome de dónde saca Jacob Tzvi Griner, el Padre Pawlowski, su fortaleza”.
“Vivía entre dos mundos. Era un cristiano orgulloso pero su decisión más valiente y significativa fue pedir que se le sepulte como judío. Y todos sus amigos en la Iglesia sabían que el día de su muerte, retornaba al pueblo judío”.
Compró de antemano el lugar para su tumba en la localidad de Izbica cerca de la fosa en la que fueron muertos sus familiares y amigos. Preparó su lápida y allí escribió que durante años estuvo en misión de Dios y del hombre y que “ahora volví a mi pueblo, vuelvo a ser judío”, de acuerdo a lo relatado por el Rabino Shalom Malul.
En el testamento, pidió que se diga Kadish (la oración judía por los muertos) junto a su tumba, en presencia de un minián (el mínimo de 10 hombres necesario en el judaísmo para rezar juntos).
Es importante destacar que la Iglesia respetó absolutamente su solicitud.
De un lado, en la ceremonia al aire libre fuera de la iglesia de Iafo, había judíos rezando por el alma de Jacob Tzvi Griner, y del otro, sacerdotes que habían conocido y respetado al Padre Gregor Pawlowski.
Bendita sea su memoria.