Cultura

Reconociendo a tres mujeres ejemplares por su aporte a la cultura nacional

La Dirección Nacional de Cultura galardona a tres uruguayas con la Medalla Delmira Agustini

La Profesora Lisa Block de Behar, Beatriz Massons y Clara Ost, son las tres uruguayas elegidas para recibir este jueves 16 de diciembre la “Medalla Delmira Agustini”, una distinción honorífica con la que el país reconoce a quienes han contribuido de modo excepcional a la cultura y las artes.

La entrega será de manos del Ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira y la directora  nacional de Cultura Mariana Wainstein, este jueves 16 a las 11.00 horas en el Museo de Artes Decorativas-Palacio Tranco.

Para tener una idea de la dimensión de la distinción en cuestión, además de los nombres de las galardonadas de este año, es oportuno también recordar a otras figuras que la han recibido desde la institución de la misma en el 2013:

Estela Medina, Daniel Vidart, China Zorrilla, Julio Bocca, Ida Vitale, Octavio Podestá, Roberto Fontana, Walter Reyno, Ruben Rada, Antonio Larreta, Jaime Roos, Carlos Maggi, Circe Maia, Cristina Peri Rossi, Thomas Lowy, Igor Yebra y María Julia Caamaño.

Dado que esta información la estamos publicando en el portal Semanariohebreojai, nos permitimos destacar un dato interesante respecto a las galardonadas de este año: que dos de ellas-la Profesora Lisa Block de Behar y Clara Ost-son uruguayas judías.

Preguntamos a la Dirección Nacional de Cultura por qué fueron elegidas estas tres mujeres destacadas, para recibir este  año el galardón.

En cuanto a la Profesora Lisa Block de Behar, destacan su gran trayectoria como lingüista, especialista en Teoría teoría literaria y literatura comparada. Y no menos que eso, la incidencia que ha tenido “en varias generaciones de estudiantes a los que ha influenciado”. Señalan también que “a partir de su trabajo de investigación y digitalización, su proyecto Anáforas es fundamental para la cultura uruguaya porque representa un rescate de nuestro pasado intelectual”.

Sobre Beatriz Massons nos dicen: “Recibe la Medalla porque en 1954 fundó junto al inolvidable Taco Larreta, Club de Teatro, institución pionera del movimiento teatral independiente uruguayo.  Porque desde muy joven se destacó como una actriz de impresionantes dotes expresivas, sumadas a un profundo rigor intelectual en la elección de repertorio. Porque todos sus colegas la reconocen como una referente nacional y mundial en calidad interpretativa y pasión por el arte escénico”.

Recordando que ella recibirá la Medalla en artes escénicas “por su brillante trayectoria de más de seis décadas” , agregan: “Porque además de haber legado a la cultura uruguaya composiciones legendarias, en títulos como Rencor hacia el pasado, La señorita Julia, Hamlet, El hombre elefante, Perdidos en Yonkers, La señora Klein y Las Reinas, fue docente de actuación por más de 30 años, habiendo formado a varias generaciones de teatristas uruguayos que hoy la veneran con emoción”.

Y sobre Clara Ost, pasando al arte y la pintura, la Dirección Nacional de Cultura nos explica que recibirá la Medalla “por su dedicación al coleccionismo y en especial  por apoyar al  desarrollo de artistas contemporáneos de nuestro país”. Agrega que “además de la colección, junto a su marido Carlos Engelman, crearon un espacio abierto al público en Montevideo, que exhibe toda su colección y permite no solo compartirla, sino también albergar actividades de distinta índole como conferencias, encuentros, debates, etc”.

Clara Ost y su esposo Carlos Engelman, recientemente fallecido

 

Esperamos poder compartir en los próximos días entrevistas con las galardonadas, pero mientras tanto, les contamos algo sobre su quehacer, aunque es por cierto muy resumido, en base a información que nos hizo llegar la Dirección Nacional de Cultura.

Lisa Block de Behar

Lisa Block de Behar es profesora, investigadora y lingüista, con una importante reputación a nivel internacional.

En 1960 obtuvo el título de Profesora en Idioma Español, en el Instituto de Profesores Artigas (IPA), donde luego fue docente de Teoría Literaria y de Lingüística.

En 1983 obtuvo el doctorado en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París con una tesis sobre la retórica del silencio, bajo la tutoría de Gérard Genette. Su tesis, publicada en México bajo el título Una retórica del silencio, obtuvo el premio Xavier Villaurrutia en 1984 en la categoría ensayo.

Fue designada Académica de Número de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, fue catedrática de Semiótica y Teoría de la Interpretación en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Facultad de Información y Comunicación de Udelar, carrera de la cual fue directora. Actualmente, es catedrática de Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación en dicha facultad y responsable del proyecto Anáforas, un portal que reúne bibliotecas digitales dedicadas a la prensa periódica y al rescate de autores nacionales.

Ha publicado y prologado obras de  Emir Rodríguez Monegal, Adolfo Bioy Casares, Jorge Luis Borges y Haroldo de Campos.

En 2011 fue nombrada Profesora Emérita del Instituto de Profesores Artigas. Y en 2018, la Universidad de la República le otorgó el título de Doctor Honoris Causa, máxima distinción honorífica de la institución.

 

Beatriz Massons

Clara Beatriz Massons Pinto, conocida como Beatriz Massons, nació en San José, el 7 de setiembre de 1933.  Siendo una niña, su tío, el poeta y dramaturgo Ernesto Pinto, le sugiere que estudie en la Escuela Nacional de Declamación. Cumplidos apenas veinte años, funda junto a su amigo Antonio “Taco” Larreta Club de Teatro, institución pionera del teatro independiente nacional.

Allí es dirigida en 1954 es por el legendario Pepe Estruch, en obras de Lope de Vega y José Bergamín. Desde entonces, encarna personajes inolvidables de autores universales como Shakespeare, Bernard Shaw, O´Neill, Brecht, Pirandello, Colette, Osborne, Priestley, D´Annunzio, Chayefsky, Pinter, Coward, Orton, Sartre, de Beauvoir, y dramaturgos uruguayos como Enrique Guarnero, Alberto Paredes, Hiber Conteris, Ana Magnabosco, Eduardo Sarlós, Jacobo Langsner y Ricardo Prieto.  

Actuó con el teatro El Galpón y fue becada a Inglaterra, Francia e Italia, donde su magnetismo y técnica interpretativa atrajo a la industria nucleada en Cinecittá.

Recibió premios de Casa del Teatro en 1959 y 1964. Fue cinco veces nominada al premio Florencio de la crítica especializada, que obtuvo en dos oportunidades: en 1967 por “La señorita Julia” de August Strindberg y en 1988 por la comedia “Adelante y Atrás” de Michael Frayn.

En 1981, adaptó, dirigió y protagonizó “Manual para divorciadas”, sobre un libro de Fanny Puyesky, que se convirtió en una de las comedias más exitosas del teatro uruguayo del siglo XX.   Desde 1982 dirigió su propio Taller de Actuación en el Teatro del Centro, Dr. Carlos A. Scheck, por más de 30 años.

 

Resultó memorable su actuación en la primera versión que se estrenó en el país de “Perdidos en Yonkers” de Neil Simon, de 1992, bajo la dirección de David Hammond.

En 2005 actúa en la película uruguaya de Álvaro Buela “Alma mater”, realizando una composición intensa, de una naturalidad absoluta. En 2007 subió a escena junto a Taco Larreta en el espectáculo “Secreto a dos voces”.

Le entregará la Medalla Delmira Agustini el coordinador del INAE Álvaro Ahunchain, que tuvo el privilegio de dirigirla en dos oportunidades, con su propia pieza “La culpa” y con “Paternoster” de Jacobo Langsner.

 

Clara Ost

Clara Ost nació en Montevideo en 1940. Sus padres, judíos polacos, llegaron al Uruguay en 1937.  En su juventud, Clara fue alumna de María Freire en sus clases de historia del arte en preparartorios de arquitectura, luego de Fernando García Esteban en Facultad de Humanidades y Ciencias.

En 1962 se casó con el médico Carlos Engelman, nacido en los años 30 en Villa Clara (Entre Ríos, Argentina). En un primer momento a Clara le interesó el geometrismo, sobre todo los trabajos de María Freiré y José Costigliolo, con quienes establecieron una gran amistad. La primera obra que adquieren, es una escultura de Freire en la Feria de Arte y Artesanía en la Plaza de Cagancha.

Luego, co¬noció a Hugo Longa, con cuya familia, de origen salteño, Carlos Engelman había estado rela¬cionada. De ahí en adelante se orienta¬rán hacia los artistas más jóvenes; Ernesto Vila, Carlos Musso, Marcelo Legrand, Femando López Lage, Eduardo Cardozo, J.J. Núñez, Hugo Nantes, Carlos Barea, Alvaro Pemper, Virginia Patrone, Carlos Seveso, Lacy Duarte, Gustavo Nakle, Mariví Ugolino, María Minetti y algunos nombres ya consagrados como Germán Cabrera, Nerses Ounanián y Eduardo Yepes.

El matrimonio dedicaba su escaso tiempo libre a visitar de forma sistemática talleres de artistas, tanto de jóvenes emergentes como  figuras destacadas; generando vínculos muy cercanos y de amistad con varios de ellos.

El domicilio de los Engelman-Ost resultó chico para hospedar la creciente cantidad de cuadros y esculturas, mu¬chos de ellos de gran formato. Así que  una vieja casona en la calle Rondeau, donde tuvieron el consultorio profesional, se convirtió en la sede de la  colección en 1994. Se adecuó un espacio y logrando  un resultado in¬sólito para Montevideo: crearon un lugar para la contemplación y disfrute del arte contemporáneo. Es la primera vez que un coleccionista particular de Uruguay pone a disposi¬ción del público un acervo que, como en este caso, está constituido por un núcleo de artistas con amplia representación de sus trabajos. Porque lo que les interesó al matrimonio Engelman-Ost es el seguimiento de sus artistas preferidos, antes que tener un muestrario histórico del arte nacio¬nal. El propósito de este nuevo lugar fue ofrecer un espacio vivo y dinámico, acogedor y dialogan¬te, apto para conferencias y cursos, ex¬posiciones temporarias y charlas infor¬males.

Según Clara “Coleccionar es como respirar, vivir, correr o comer, o sea algo totalmente natural. En algún momento surgió el impulso y empecé a comprar obras que tenían algo de especial y que significaban algo para mi marido y para mí. Pasó de manera más bien intuitiva, sin meta y sin tener idea adónde nos llevaría y qué resultaría de todo eso. No podíamos prever que algún día nos llamarían coleccionistas a raíz de lo que habíamos juntado en el correr del tiempo. Las obras adquiridas son para nosotros una compañía en nuestro trayecto por la vida. En cierto modo, una colección refleja lo que las personas esperan del lugar donde viven”. Sin dudas,  la Colección Engelman-Ost es un ejemplo formidable de apoyo al arte nacional y una muestra de amor por la cultura y las artes visuales de nuestro país.

Ana Jerozolimski
(12 Diciembre 2021 , 08:11)

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