El Director de B´nai B´rith para América Latina será el orador central en el acto de la Noche de los Cristales Rotos
Este martes 9 de noviembre se llevará cabo el ya tradicional acto recordatorio de La Noche de los Cristales Rotos, antesala de la Shoá. El Dr. Eduardo Kohn será esta vez el orador central. Todo aquel que lo lee en distintas tribunas, sabe que vale la pena escucharlo. Aquí le pedimos abordar el tema aún antes de su oratoria.Son palabras de condena y advertencia.
P: Eduardo, por primera vez, tú serás el orador central en el acto de la Noche de los Cristales, tradición de años en B´nai B´rith, que se realizará esta vez el 9 de noviembre en Bait Jadash. Es un acto que tiene gran convocatoria, siempre. Aunque la pandemia continúa incidiendo en este tipo de cosas, seguro que la primera plana nacional y comunitaria estará presente. Pero más allá de ese aspecto ¿qué te inspira tener esta responsabilidad?
R: Sin duda, es un desafío muy importante dar un mensaje en este acto de memoria, reflexión y activismo permanente por marcar a fuego toda discriminación y en particular el antisemitismo. Aún con un aforo limitado a un máximo de 250 personas (aunque también se verá por streaming) tendremos el honor de recibir al Presidente de la República, a la Vicepresidenta, autoridades nacionales y de todos los sectores políticos y sociales. Desde 1983 hasta hoy tenemos atesorada cada exposición de gobernantes e intelectuales de nuestro país , de América Latina, de Europa, de Estados Unidos que han logrado a través de sus mensajes hacer de este evento un hito en la agenda política del país para trasmitir por todos los medios que estamos recordando el preludio de la Shoá, la barbarie posterior, pero que también resulta crucial no pestañar siquiera hoy en día ante ideas y sentimientos de odio similares. Esperamos estar a la altura.
P: ¿Tenes claro ya cuál será tu mensaje central? Sabemos que la Noche de los Cristales Rotos, Kristallanacht, en noviembre de 1938, fue la antesala de la Shoá. Un anuncio especialmente duro, más que muchos otros que ya se habían dado, sobre los años oscuros que estaban por venir. La pregunta es si cuál es el énfasis que hay que poner hoy, a más de 80 años de aquellos eventos.
R: Hace más de 30 años un periodista le preguntó a Primo Levi al salir de una visita histórica a Auschwitz donde padeció el Holocausto y pudo sobrevivir, si pensaba que era posible otra Shoá, y él no sólo dijo que podría ser sino que veía con dolor que además se podía tener que sufrir la negación de los hechos. Su predicción de la negación se cumplió y persiste hasta hoy. Y en el podio de NNUU Irán ha amenazado cuantas veces quiso con la destrucción de Israel. Además de conocer qué pasó, además de la memoria imprescindible, debemos insistir en las tenebrosidades del presente, en el hecho que no puede existir más en la historia una política de apaciguamiento que enterró a Chamberlain, y que las democracias no pueden titubear ante los totalitarismos, que los hay y muchos.
P: Han sido numerosos los artículos de tu pluma, siempre interesante y de alto nivel, sobre el tema del antisemitismo. Pero no son meras reseñas históricas sino advertencias. ¿Es justo decir que el mundo no ha aprendido nada como a veces comentamos cuando nos topamos con un incidente antisemita?
R: El mundo aprendió y el pueblo judío también. Los judíos ya no callamos más, enfrentamos el odio antisemita y demandamos a las democracias a que lo hagan también. Los autoritarismos tienen una clara tendencia a discriminar y el antisemitismo está entre sus metas. Lo que aprendieron las democracias lo deben aplicar con más rigor. Y eso falta vergonzosamente en el ámbito internacional. Que el Embajador de Israel en NNU rompa un informe del Consejo de DDHH por antisemita como sucedió hace pocos días, significa una alerta de que todos estamos en peligro.
Latinoamérica y el antisemitismo
P: ¿Cómo ves la situación en América Latina, que conocés tan bien?
R: Las redes sociales son un arma muy fuerte de antisemitismo. Además de ello, hay expresiones y acciones desde lo político que son alarmantes. El régimen que existe en Venezuela practica antisemitismo de Estado hace décadas con impunidad. Cuba igual. Candidatos a la Presidencia en Colombia y Chile se expresan violando todos los numerales de la definición de antisemitismo del IHRA que sus propios países han adoptado. Las teorías conspirativas sobre Covid y las vacunas, son usadas en las redes por grupos que se hacen llamar antivacunas pero que no son más que nazis desaforados. Es muy importante que OEA haya designado a un Comisionado para monitorear el antisemitismo en la región. Es una señal de que las democracias ven los peligros, y una advertencia a las dictaduras y a los extremistas que hay un alerta.
P: ¿Cuál es tu evaluación de la situación en Uruguay? Siempre dijimos que Uruguay no es un país antisemita, lo sabemos, pero que eso no significa que no haya antisemitas a nivel individual. ¿Dirías que hay suficiente conciencia sobre la necesidad de combatir el fenómeno, aunque no sea generalizado, por bien no sólo de los judíos sino de la sociedad en general?
R: Nunca es suficiente la educación necesaria para luchar contra la discriminación, el odio al otro, el antisemitismo. Uruguay ha sufrido crímenes de odio. El último, el asesinato de David Fremd(Z´L) por un asesino que dijo que recibió “un llamado de Alá”. Pero tres décadas antes, tu padre (Z´L) se salvó, pero hubo dos víctimas fatales a manos de ese otro asesino que se proclamó nazi.
P: Así es…Paladino. Aún recuerdo cuando tocó el timbre en casa…y cuando al día siguiente salió en el diario que él mismo dijo que había ido a matar a Jerozolimski pero no lo encontró.
R: Exacto. O sea, no estamos libres en nuestro país de la crueldad del que odia. Con la pandemia estamos padeciendo continuas agresiones por redes incitando al odio antisemita, hubo agravios brutales contra un miembro del GACH por ser judío, hay agravios bestiales contra periodistas judíos. La sociedad y los partidos políticos los repudian, pero las tragedias que han causado los asesinos que mencioné, demuestran que siempre queda mucho por hacer.
P: En Argentina acaban de disfrazarse de Hitler y Eva Braun. Aunque tenemos que advertir y reaccionar ¿no te parece claro que el problema no siempre es antisemitismo sino una preocupante ignorancia?
R: Argentina tiene una frecuencia de hechos antisemitas sin comparación en la región. Dos brutales atentados terroristas, la presencia impune de criminales nazis después de la Shoá, y hoy en día, hay incidentes constantes de agresiones por redes, personales, etc. Claro que hay ignorancia, pero si dos atentados terroristas quedan impunes, y el Fiscal de una de las causas, judío, es asesinado un día antes de anunciar denuncias muy fuertes, el peligro mayor no es la ignorancia sino los que no siendo ignorantes, con sus hechos incalificables, la alientan, la amparan, y a la larga terminan incitando por acción u omisión los hechos que se van sumando.
P: ¿Dirías que el antisemitismo se nutre del conflicto entre Israel y los palestinos? ¿Lo usa, lo distorsiona?
R: La definición de antisemitismo del IHRA que ha sido adoptada por Europa, Estados Unidos, Australia, Canadá y varios países de América Latina demuestra lo expresado en la pregunta. Y la forma en que actúan varios países de América Latina en los organismos de NNUU ayuda a incitar al antisemitismo.
Una visión personal
P: Creo que para cada uno, el recuerdo de la Shoá puede tener un nombre y apellido, un rostro, una historia, algo más personal que los 6 millones, aunque cada uno de ellos era una historia. ¿También a ti te pasa?
R: Me pasa todo el tiempo que escribo o hablo sobre Shoá y antisemitismo. Yo no conocí a mis abuelos paternos, ni a una tía ni a un primo y otros primos porque los húngaros los entregaron a los nazis que los llevaron a Auschwitz. Mientras los sacaban de su casa vieron como los vecinos de ese pueblo en el que habían vivido desde que nacieron entraban a saquear todo. Eso lo supe porque dos tíos, hermanos de mi padre, sobrevivieron. Siempre los imagino en el vagón de ganado, llegando a Auschwitz, la selección, la cámara de gas. La angustia de no tener ni idea qué pueden haber pensado ante algo que seguro ni soñaron en sus peores pesadillas. Vuelvo a Primo Levi cuando dice que por supuesto que hubo monstruos, pero la mayoría de los perpetradores eran hombres comunes. Los vecinos de mi familia eran gente común, los nazis que los subieron al tren eran gente común. Tan común como las hienas.
P: ¿Hay algo que agregar o destacar sobre este tema, que yo no te haya planteado?
R: El agradecimiento a tu generosidad por abrirme las páginas del Semanario.
P: Es un honor, realmente. Gracias Eduardo.
R: A ti.