El Éxodo, Parte II - Abrazando los Desafíos Espirituales - Un Soldado Solitario - Los Últimos Días de Pesaj
No. 303
Pesaj
Horario de velas en Montevideo
18 de abril 17.58
EL ÉXODO, PARTE II
Por Yanki Tauber
Algunas personas experimentan la libertad navegando en canoa por un lago prístino en la naturaleza virgen. Yo me siento libre cuando se me acaban las excusas.
Hay algo que deseo con todas mis fuerzas hacer. Pero también no quiero hacerlo. Así que culpo a mi esposa, a mis hijos, a mi edad, a mi juventud, a mi infancia, a mi portero y a mi jefe. Funciona por un tiempo —un día, un mes, un año— pero finalmente, inevitablemente, llega el punto en que no quedan excusas.
¡Qué alivio! Respiro hondo y lleno de energía. Siento veinticinco kilos menos. Ahora solo estoy yo y yo en el ring: mi yo interior y mi yo exterior, mi yo motivado y mi yo inerte, y que gane el mejor.
En la lectura de la Torá, Bo, leemos cómo la última de las Diez Plagas finalmente quebró el espíritu de los egipcios y, tras cuatro generaciones de esclavitud, los Hijos de Israel salieron triunfantes de Egipto, con matzá cociéndose al sol.
¿Es hora de que empiecen a aparecer los créditos? No exactamente. En su lugar, vemos un fotograma que dice "Siete días después" y la escena inicial de la lectura de la Torá, Beshalaj. Los israelitas caminan serenamente por el desierto cuando, al mirar por encima del hombro, ven a los egipcios persiguiéndolos. Parece que salir de Egipto no va a funcionar. Primero tendremos que dividir el mar antes de poder avanzar hacia el Sinaí.
¿Qué está pasando? ¿Acaso los egipcios no han sido derrotados decisivamente, sus dioses han sido demostrados como inútiles y su orgulloso faraón ha sido humillado por completo? ¿No ha venido corriendo en pijama en plena noche, literalmente rogándoles a Moisés y Aarón que saquen a su pueblo de su tierra lo antes posible? ¿Quién es, entonces, este poderoso Faraón que se materializa como un espejismo en el desierto, pisándonos los talones con un ejército de carros de guerra y jinetes?
La enseñanza jasídica explica que, de hecho, hay dos etapas distintas en la búsqueda humana de la libertad. Por eso tenemos Bo y Beshalaj. Por eso tenemos el primer y el último día de Pésaj. Por eso tenemos el Éxodo de Egipto y "El Éxodo, Parte II": la Partición del Mar.
Hay dos tipos de esclavitud. Hay una esclavitud en la que las cadenas que atan nuestras almas son impuestas externamente, como cuando tu jefe te despide, tu casero te sube el alquiler y tu suegra se invita sola a pasar el fin de semana. Luego está la esclavitud interna que proviene de nuestras propias ataduras autoimpuestas: nuestra ira, nuestra vanidad, nuestra pereza, nuestra avaricia.
Es fácil creernos libres cuando superamos una limitación externa. Nos impacta y sorprende descubrir que el Faraón nos persigue tras escapar de su Egipto. Pero el Faraón que vemos acercándose a nosotros en el desierto es un Faraón que trajimos de Egipto con nosotros. Nos hemos liberado del Egipto que nos encerraba desde fuera, pero aún no hemos trascendido el Egipto que llevamos dentro.
Para lograrlo, tenemos que abrir nuestro mar interior, penetrando en las profundidades de quiénes y qué somos para descubrir nuestro yo más auténtico.
ABRAZANDO LOS DESAFÍOS ESPIRITUALES
"El Faraón se acercó." (Shemot 14:10)
El Midrash ofrece otra interpretación: Al perseguirlos el Faraón llevó a los judíos más cerca de D-os, como lo evidencia su clamor hacia Él cuando vieron al ejército egipcio aproximarse. Es así que frecuentemente es la oposición la que despierta nuestras más profundas reservas de energía.
Cuando nos enfrentamos con un desafío, debemos verlo como una oportunidad para el crecimiento espiritual en vez de intentar evitarlo. El confort y la complacencia pueden hacer que perdamos de vista nuestras prioridades, debilitando nuestro sentido de urgencia en nuestra misión Divina. Las adversidades físicas o espirituales nos pueden sacudir de esta indiferencia, socavando nuestra seguridad y dándonos la oportunidad de avanzar en nuestra relación con D-os cuando nos abrirnos paso a través del obstáculo.
Torá Or ad loc.; Séfer HaMaamarim 5721, págs. 257-8; Sijot Kódesh 5721, págs. 62-3, 5726, págs. 209-210.
En el séptimo día de Pesaj leemos cómo en este día el mar se dividió a los Hijos de Israel y se ahogaron los egipcios que los perseguían, y la "Canción en el Mar", cantada por el pueblo en su liberación (Éxodo 13: 17-15: 26 ;).
En el octavo día leemos Deuteronomio 15: 19-16: 17. Al igual que la lectura para el segundo día, se cataloga el ciclo anual de fiestas, sus celebraciones especiales, y las ofertas presentadas en estas ocasiones en el Templo de Jerusalén.
La conexión especial del octavo día con la redención futura se refleja en la Haftará (lectura de los profetas) para este día (Isaías 10: 32-12: 6).
UN SOLDADO SOLITARIO
La Federación de Comunidades judías del CIS está a la vanguardia del renacimiento de la vida judía que tiene lugar actualmente en la ex Unión Soviética. Más de 1,000 emisarios del Lubavitcher Rebe sirven como rabinos en 454 ciudades a lo largo de quince países en la ex Unión Soviética.
Yuri era un solitario soldado judío en una aislada base del ejército en la República de Bashkiria, Rusia. Una noche, estaba sentado en el cuarto de recreación con sus compañeros, relajándose y mirando la televisión, después de un largo día de entrenamiento y maniobras.
El show que estaban viendo fue interrumpido por una propaganda. Yuri reconoció la melodía de "Daieinu". Para su sorpresa, vio un anuncio del Seder público de Pasja - Pesaj. El Rabino Dan Krichevsky, emisario del Lubavitcher Rebe y representante de FJC en Ufa, informaba a los judíos de la próxima fiesta de Pesaj y hacerles saber que la matzá estaba disponible para cualquiera que lo necesitara.
Yuri memorizó el número de teléfono que apareció en la pantalla y llamó al Centro de la Comunidad judía en Ufa, la capital de Bashkiria. Yuri le dijo al rabino que él deseaba recibir una caja de matzá. El rabino estuvo de acuerdo. Y aunque esto implicaba que la matzá fuera enviada con un mensajero especial del ejército, el Rabino Krichevsky se aseguró de que fuera correctamente enviada.
Yuri estaba encantado. Pero su alegría se volvió aprehensión cuando se preguntó sobre cuál sería la reacción de sus compañeros- soldados, que eran rusos Ortodoxos o musulmanes, cuando lo vieran comer matzá. En particular, Yuri se preocupó por su comandante, un pendenciero oficial de carrera que le había hecho vivir momentos duros a Yuri desde que había puesto el pie en la base.
Pesaj llegó. Aunque cenaba normalmente junto con sus compañeros en el salón, esa noche se sentó apartado. El comandante se acercó a Yuri con una mirada llena de preguntas. Yuri estaba seguro que recibiría su "porción" - por comer separadamente o por comer matzá, o por ambas. Pero lo que recibió del comandante fue algo que Yuri jamás hubiera esperado.
"¿Por qué estás comiendo esto?" empezó. Y entonces, en voz baja, el comandante continuó casi en un cuchicheo: "Mi abuela comía esto... realmente no debo decírtelo, pero también soy judío"
Yuri estaba sorprendido con la revelación del comandante. Le ofreció compartir su preciada matzá, pero el comandante rechazó la oferta educadamente y salió. El resto de la noche pasó tranquilamente. El comandante nunca mencionó nuevamente a Yuri sobre su ser judío. Pero tampoco volvió a hacerle pasar un mal momento.
Yuri ya ha completado su gira obligatoria en el ejército. Ha vuelto a casa a Vladikavkaz, la capital de la República de Ossetia-Alania al Norte de Rusia. ¡Éstaba tan emocionado por la atención del Rabino Krichevksy y el envío de la caja de matzá que se dedicó a ayudar y organizar el Seder de Pesaj en Vladikavkas! Y Yuri siguió enviando una caja de matzá a su ex comandante, un judío solitario en una aislada base del ejército en la República de Bashkiria, Rusia.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE PÉSAJ
Habían pasado seis días desde que dejamos a nuestros capataces egipcios, pero nuestra liberación aún no estaba completa. No lo estuvo hasta la séptima noche, en que el Mar de Juncos se dividió ante nosotros y luego volvió a cerrarse en forma súbita para aniquilar totalmente a nuestros perseguidores egipcios. Recién entonces, nos libramos por siempre de nuestras cadenas.
Ese sabor de libertad total es lo que revivimos la séptima y la octava noche de Pesaj.
Observancias de la Festividad
Se encienden velas festivas ambas noches y hacemos kidush y celebramos con comidas festivas ambas noches y ambos días. No vamos al trabajo, no conducimos, escribimos ni encendemos o apagamos artefactos eléctricos. Está permitido cocinar y transportar objetos afuera (excepto en Shabat).
Primera noche:
La división del mar no fue solamente una escena espectacular, fue una visión clara de un orden cósmico mucho más profundo. Muchos reviven esta experiencia quedándose despiertos toda la noche con amigos, estudiando la Torá y absorbiendo la santidad de esta fecha tan especial.
Primer día:
Leemos la historia del Mar de Juncos en la Torá y la canción de alabanza, que entonamos después. Cuando se lee la canción, todos se ponen de pie.
Segunda noche:
Aquellos que tienen un padre fallecido encienden una vela de iortzait de 24 horas de duración antes de que oscurezca. (Si el primer día es Shabat, entonces se la enciende después de que oscurezca). Se la enciende a partir de una llama ya existente.
Segundo día:
Se recita Izkor en el servicio de la mañana.
El último día de Pesaj, se pone especial hincapié en el tema de la liberación final, la que todavía tiene que llegar (hasta el momento de la publicación de este artículo). La haftará es una clásica profecía de aquella era. Para celebrar, el Baal Shem Tov hacía una comida festiva a la que llamaba El Banquete del Mashíaj. Puedes estar seguro de que el Beit Jabad de tu zona va a organizar este banquete con abundante matzá y cuatro copas de vino. Por lo general, suele comenzar poco antes de la puesta del sol.
Lleva un poco de tiempo volver a adquirir el jametz que se vendió para Pesaj. Espera una hora más después de la salida de las estrellas para consumir jametz.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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