Fotos: Capturas de pantalla de KAN, de la nota de Amir Gera
Comenzamos con una aclaración “técnica”. Esta nota la escribimos en base a dos emocionantes notas transmitidas en medios de comunicación de Israel. La primera que escuchamos fue una entrevista de Liat Regev el viernes 23 de julio en Reshet Bet, el canal de noticias de la radio pública israelí. Luego, el reporte de Amir Gera en el noticiero central del viernes de noche en el canal 11 de KAN, la televisión pública. Ambos,excelentes reportes. Y con el tema tratado, ineludiblemente conmovedores.
Es una historia que quizás sea probable más que nada en un país como Israel, en el que el conflicto convive con la solidaridad y el dolor con la profunda compasión. Justamente en Israel, donde hay tanto sufrimiento por muertes y pérdidas prematuras, hay una enorme capacidad de amar cruzando fronteras .
Y esta es precisamente la historia de Idit Harel Segal, una israelí residente en el norte del país, que decidió hacer una donación altruista de riñón, para sentir que daba un significado a su vida: salvar la vida de otro ser humano. Y la de un pequeño niño palestino de la zona de Sayaíe en la Franja de Gaza, que recibió su donación. Y la de Ofer Mendelevitz, el padre de Oz, de bendita memoria, un joven soldado que murió en la guerra contra Hamas en el 2014, por disparos de terroristas precisamente en Sayaíe..y que de niño había sido uno de los alumnos en el jardín de infantes de Idit. Y de Tal Fergeson, una jovencita israelí que ya había pasado un trasplante de riñón y se vio en la necesidad de hacer uno nuevo al resultar rechazado el primero…y recibió el riñón de un palestino de Gaza, el papá del niño de Sayaíe, en lo que se suele conocer como “donación cruzada”.
Releemos el párrafo que acabamos de escribir y no sólo se nos vuelve a hacer un nudo en la garganta y se nos nublan los ojos de lágrimas, sino que nos preguntamos si una cadena así podría darse en otro país. En principio, todo puede ocurrir en todos lados, pero es una cadena de increíbles eslabones que parece puede ser concebida más que nada en Israel.
“Estuve pensando en la donación de riñón gradualmente en los últimos 5 años, a raíz del fallecimiento de mi abuelo, sobreviviente de la Shoá, cuya muerte fue muy dura para mí”, contó Idit a Liat Regev en la radio israelí. “Cuando él falleció, yo realmente no sabía qué hacer conmigo misma desde un punto de vista emocional.Y pensé qué me diría él en una situación así, y tuve claro que me diría ´vivir una vida significativa´. ¿Y qué puede ser más significativo, más grande, que dar vida a otra persona?”.
Cuando Idit decidió donar un riñón, su familia se opuso terminantemente. Temían que algo se complique, que corra serio riesgo si alguna vez tiene problemas con el riñón que le quede, pero nada ayudó. Idit estaba convencida de que eso era lo que debía hacer.
Y allí llegó la noticia. “Me preguntaron si estoy dispuesta a donar el riñón a un niño de Gaza. Decidí que sí”.
Esa fue su respuesta automática, pero luego pensó que quizás ello causaría dolor a otras personas, como su propio padre, que había perdido a sus padres en un atentado terrorista palestino y a su tío en otro. Y en ese momento pensó también en “Ozi”, tal como llamaba a Oz Mendelovitz (z”l) , que murió baleado durante la guerra “Margen Protector” en Gaza hace 7 años, y que de niño, justamente el primer año que ella fue maestra jardinera, había sido uno de sus adorados alumnos.
Por eso Idit decidió ir a hablar con Ofer, el papá de Oz, no para pedirle permiso sino para compartir, disculparse, explicar. “Fui a ver a Ofer, y también a mi padre…y claro está que los responsables de la muerte de sus padres no habían sido suecos sino palestinos…o sea que todo era muy complicado”.
Pero volvió a quedar claro que el dolor no necesariamente crea odio. Y Ofer Mendelovitz, que había perdido a su hijo muy prematuramente, no tuvo absolutamente ningún reparo. “Yo no odio a los palestinos ni les deseo mal”, le dijo a Idit en la nota de Amir Gera en televisión. Con el mismo espíritu, su papá, quien le dijo “eres mi hija, yo te amo, te deseo éxito”.
Y al confirmarse que la donación iría a un niño de 3 años de la Franja de Gaza, le notificaron otro elemento impactante: el trasplante sería “cruzado”. Cuando ella dio el “sí” a la donación al niño, el padre del niño dio el “sí” para donar un riñon a una jovencita israelí de Beit Yanai . “O sea que de hecho, esto fue algo mucho más grande. Se salvaron dos vidas, no una”, resumió Idit satisfecha.
.Y de hecho, todo esto es un imponente homenaje a un sobreviviente del Holocausto, el abuelo de Idit, cuya lección de vida fue la que la llevó a dar este paso tan poco común.
“Siempre me dijo , a mí, su nieta, que no levante los brazos, que siga adelante y que viva una vida significativa. Y creo que con esto estoy cumpliendo con su testamento. Esto es una experiencia imponente. Y quisiera compartir este mensaje con todos: no hay que mirarse sólo a uno mismo sino también dar al otro, venga de donde venga”.
La emotiva nota televisiva con Idit, comienza y termina con escenas filmadas en el hospital de niños en el que el pequeño de Gaza recibió su riñón. Idit aparece emocionada de cara a la visita. Compra un regalo para el niño y le agrega un globo con forma de corazón. Confiesa que ya siente que quiere a ese niño, que es en parte un poco suyo, porque lleva algo de su propio cuerpo.
Se aclara en la nota que no muestran al niño y su mamá, ya que tienen miedo de Hamas. “Yo no sé árabe y su mamá no sabe hebreo, pero yo le pude decir que lo amo. Y allí estábamos una madre musulmana y una mujer judía, pidiendo juntas lo mejor por él. Y aunque no podíamos hablar mucho, la sonrisa de la mamá lo decía todo”.