En la oscuridad de los inventos venenosos contra Israel, hay una pequeña luz: casi nadie osa negar que Israel se ha convertido en líder mundial en la vacunación contra el Coronavirus. Hasta este viernes 8 de enero al mediodía, habían sido vacunados 1.700.000 ciudadanos, algo más del 18% de la población: judíos, árabes, religiosos, laicos, todos los que desean recibir la inoculación. Esto, en menos de 3 semanas.
Y según el Primer Ministro Netanyahu, dado un acuerdo especial que se logró con Pfizer en cuyo marco llegarán grandes cargamentos de vacunas mucho antes de lo pactado, hasta fin de marzo se habrá vacunado a toda la población mayor de 16 años. Israel se perfila pues como el primer país que saldrá de la pandemia…si las mutaciones no arruinan todo.
Pero hay quienes quieren arruinar la historia cambiando la realidad. No diciendo que Israel no está vacunando a su población, sino inventando que discrimina a los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza.
Vayamos primero a los hechos, y luego a las explicaciones y análisis.
- Desde la reanudación de la coordinación civil y de seguridad con la Autoridad Palestina, el General Kamil Abu Rukun, Coordinador de las Actividades del Gobierno en los Territorios, ha estado exortando a los palestinos a contactarse con las compañías que desarrollaron vacunas a fin de poder adquirirlas, recurriendo si es necesario a asistencia internacional.
- La Autoridad Palestina optó todo el tiempo por procurar en forma independiente cómo conseguir las vacunas, sin pasar por Israel.
- La AP tampoco dijo en ningún momento que Israel tiene la responsabilidad de conseguirle vacunas.
- Hace pocos días, la AP al final sí se dirigió al Ministerio de Salud Pública de Israel, que aún no ha respondido. Pero lo que sí ha hecho ya en la práctica el MSP fue entregar a la AP varias decenas de vacunas, que cabe suponer habían sido solicitadas para las figuras principales del gobierno palestino, quizás el propio Presidente Mahmud Abbas.Esto último en cuanto a quiénes eran los destinatarios, es suposición nuestra. De todos modos, los palestinos alegan que al final no las usaron.
Diferentes notas que se publicaron en distintos medios internacionales precedieron al reciente pedido de la AP a Israel, que ni siquiera fue hecho público ni fue acompañado de ningún argumento del liderazgo palestino alegando que Israel tiene alguna obligación formal de intervenir al respecto. Escribieron que Israel discrimina cuando formalmente la AP recalcaba que tiene sus propias vías para conseguir vacunas.
Pero mas allá de estos hechos, dado que las notas en cuestión (The Guardian, Associated Press y ahora The New York Times y quienes las repiten) dan a entender implícitamente o dicen explícitamente que Israel tiene la obligación de vacunar a los alestinos, es oportuno analizar este tema desde el punto de vista del Derecho Internacional.
El acuerdo de Oslo suscripto en 1995, llamado OSLO II, en su anexo III, determina que la responsabildad por la salud de la población palestina es jurisdicción de la Autoridad Palestina. Y su artículo 17 se refiere explícitamente, con ese mismo contenido, a vacunaciones.
El acuerdo dice que si la AP solicita, Israel debe ayudar, pero que ello debe ser necesariamente coordinado con Israel. O sea, la obligación israelí deriva ineludiblemente de un pedido de ayuda de parte de la AP.
Dicho sea de paso, Israel sí vacuna a todos los palestinos de Jerusalem oriental que así lo desean, aunque en su mayoría no son ciudadanos sino residentes permanentes. Así lo determina el acuerdo de Oslo.
En su artículo 56 la IV Convención de Ginebra dice explícitamente: “…el poder ocupante tiene el deber de garantizar y mantener, con la cooperación de las autoridades nacionales y locales, las instalaciones médicas y hospitalarias y los servicios, la salud pública y la higiene en el territorio ocupado, con referencia particular a la adopción y aplicación de medidas profilácticas y preventivas necesarias para combatir la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias”.
Nótese el destaque: con la cooperación de las autoridades nacionales y locales.
Pero aquí, la Autoridad Palestina, al menos hasta hace dos días, no había solicitado ninguna ayuda sino que había optado por buscar sus propias vías de abastecerse de la vacuna. O sea que no había dado el paso legalmente imprescindible para que Israel pueda actuar.
Cabe recordar que la única forma que Israel tendría para vacunar a la población palestina sería entrar a territorios que están bajo control de la AP, pero aquí no hubo pedido palestino, o sea que la situación que supuestamente Israel-según las críticas publicadas-debía crear, serían de hecho una violación del espíritu de los acuerdos de Oslo.
El abogado Daniel Pomerantz, Director Ejecutivo de Honest Reporting, explicó: “La AP tiene el derecho legal y la autoridad para decidir si quiere pedir ayuda a Israel. Pero para hacerlo sin coordinación, Israel debería invadir las localidades palestinas para vacunar, y si lo hiciera, habiendo dicho ya el gobierno palestino que no lo desea, estaría violando tanto el acuerdo de Oslo como el Derecho internacional”.