Con el Prof. Eytan Gilboa, experto en política estadounidense
Comenzamos planteando a nuestro entrevistado una pregunta no tan académica sino más que nada emocional, antes de entrar de lleno en el análisis propio de un experto como él en temática estadounidense. “¿Está preocupado Profesor Gilboa? Parece que el ambiente es explosivo”. Él no duda ni un instante y asegura: “Sin duda alguna, porque estamos viendo en estas elecciones fenómenos que jamás existieron.Y no se sabe qué puede pasar”.
El Profesor Eytan Gilboa, que enseñó durante 20 años en la Universidad Hebrea de Jerusalem y luego se especializó más aún durante 5 años en Estados Unidos, es desde hace años un destacado investigador en el Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos en la Universidad de Bar Ilan. Se dedica más que nada a temas de Política y Comunicaciones y Diplomacia Pública. Como nunca olvidamos los cursos que estudiamos con él hace 40 años en la Universidad Hebrea sobre Política Exterior de Estados Unidos, nos quedó grabado en la mente como un gran referente en el tema norteamericano. Este es su análisis.
P: ¿Está preocupado Profesor Gilboa? Parece que el ambiente es explosivo.
R: Sin duda alguna, porque estamos viendo en estas elecciones fenómenos que jamás existieron.Y no se sabe qué puede pasar. El mejor ejemplo es que Washington se ve hoy como una ciudad fantasma. Dueños de negocios han tapado sus vidrieras con maderas, para protegerse en caso de disturbios.De hecho, en esta jornada electoral misma no más de un tercio de los ciudadanos con derecho a voto lo concretarán, ya que el resto ya votó en las previas. Y Trump alega desde hace tiempo que esos votos serán falsificados. Nunca pasó algo así.
P: Este ambiente tan explosivo ¿es culpa de Trump?
R: No sólo de Trump. Es el producto de una lucha que comenzó ya antes entre la América ( en el sentido de país, en referencia a Estados Unidos mismos) blanca y la América nueva y pluralista, o sea la de las minorías, los hispanos, los asiáticos y afroamericanos, cuyo peso en la población va creciendo. La blanca es conservadora y tema que le “roben” al país. Es por eso que Trump logró la victoria en el 2016. O sea que la nación está muy dividida. Y la lucha no es solamente entre la ideología de los conservadores y los liberales, sino entre el nuevo país y el viejo.
P: Y Joe Biden es percibido como el candidato de la nueva, aunque él sostiene que puede representar a todos, que ese es su desafío justamente.
R: Así es. Biden dice que unirá a Estados Unidos, dividido por Trump. Pero no es cierto. Trump no dividió al país, sino que usó la división, aunque sí es cierto que también la agigantó. Esto comenzó ya a comienzos del siglo.
P: Y con esta situación, el problema central es probablemente que se vislumbra una situación compleja cualquiera sea el escenario.
R: Exacto. Si Trump pierde, la mayoría de quienes van con él dirán que les robaron.
P: Él ya ha estado preparando el terreno para eso.
R: Así es.Biden tiene buena voluntad y quizás también probabilidades de unir mejor a la nación, pero también su situación es problemática.
P: Antes de analizar a fondo a Biden, analicemos a Trump. ¿Cuáles serían los ejemplos más notorios de la línea de Trump que pueden ser vistos por la “nueva América” como muestras de una línea que a ellos les resulta inacepable?
R: Son numerosos. Ante todo, él empezó a combatir la migración. Al principio prohibió la inmigración de musulmanes, luego les dijo a los mexicanos que paguen por el muro, separó niños de padres, actuó en forma muy dura contra los inmigrantes. Y lo hizo porque sabe que la inmigración aumenta el poder del as minorías y acusó directamente a los Demócratas de querer que siga entrando gente simplemente para que crezca su potencial de votantes. Habla siempre en forma ofensiva contra los inmigrantes.
Otro ejemplo es que cuando murió George Floyd en Minneapolis, Trump no dijo nada sobre la violencia policial sino únicamente sobre los disturbios y saqueos que tuvieron lugar como parte de las protestas. Recordemos que del otro lado, Joe Biden condenó la violencia policial y no dijo ni una palabra de los saqueos y la violencia de la respuesta. También eso fue un problema.
P: ¿Considera que el comportamiento de Trump es cuestión de su personalidad o de lo que considera que su base de votantes quiere?
R: Ambas cosas. Tiene un comportamiento que hasta mucha gente que lo apoya dice que es insoportable, aunque consideran que es quien mejor los representa. Recordemos que tiene una base grande, de más o menos 40% ó 42% de la ciudadanía. Claro que no alcanza para ganar la Presidencia, tiene que pasar para ello el 50%. La vez pasada lo logró. Pero es un grupo muy grande de base. Y lo sabemos porque siempre que hay sondeos que plantean en qué medida la gente está satisfecha del desempeño del Presidente, sistemáticamente un 42% lo apoya. No ha logrado pasar ese porcentaje, pero eso siempre está ahí. Y si logra ganar, del otro lado no aceptarán fácilmente su victoria.
P: Justamente lo que le iba a comentar. Aunque Trump es especialmente problemático al anunciar ya fraude, del otro lado no tomarán con serenidad el resultado si es una victoria de Trump.
R: En absoluto. Por eso de todos lados se temen disturbios.Y ya lo vimos cuando murió George Floyd. Hay grupos violentos en ambas partes, cada uno tiene sus extremistas. Hay milicias de derecha a los que vimos ya en el 2017 en los disturbios en Charlottesville, están los extremistas de White Supremacy, y también entre los afroamericanos los hay.
P: ¿Cuáles han sido en su opinión algunas de las expresiones de Trump que más le han chocado?
R: Como bien sabemos, suele llamar a su adversario “Sleepy Joe”, ridiculizando a Biden…
P: Como si anduviera durmiéndose por todos lados, o no presentándolo como carente de energía, una figura no despierta…
R: Exacto.Llamó a la candidata demócrata a Vicepresidenta de “monstruo”. Ataca a los comunistas como anti americanos, ofende a mucha gente, a periodistas-está en guerra contra los medios- y aunque él no inventó las “fake news”, las usa. Trump es un misógeno que habla mal de las mujeres, es vulgar en su estilo , y también narcisista, alegando que alcanzó logros sin precedentes en Estados Unidos.
El voto judío
P: ¿Cómo analizar el voto judío? No es uniforme.
R: Hay tres corrientes entre los judíos de Estados unidos: la central, los ortodoxos y los ex israelíes. La corriente principal y mayoritaria vota por el partido Demócrata en forma tradicional. En las elecciones del 2016 el 72% de los judíos norteamericanos votó por Hilary y el 25% por Trump.
P: En Israel ha habido sondeos, aunque claro que los únicos que votan son los que son también ciudadanos norteamericanos. Y el apoyo a Trump es mayoritario.
R: Así es. Creo que cerca del 60% apoya a Trump, uno de los pocos lugares del mundo en los que se dan estos números. Y lo podemos explicar señalando que se lo considera un gran amigo de Israel – Netanyahu dice que lo es, como ningún otro- y porque en él la dimensión religiosa también cuenta mucho. En Estados Unidos el concepto de la base judeo-cristiana de la sociedad, es muy fuerte, y eso también influye en él.
P: Volviendo a la votación de los judíos norteamericanos, el tema Israel, para la mayoría, no es el central.
R: En absoluto.Votan ante todo como ciudadanos norteamericanos . Para ellos es mucho más importante el tema del antisemitismo y el de la violencia-por la que acusan a Trump, que dicen que incendió a la extrema derecha- que el tema de Israel, al que colocan recién en tercer o cuarto lugar, después de la economía y la salud. Israel es el último tema que consideran.
P: ¿Usted está de acuerdo en que Trump ha sido muy pro-israelí? Hay quienes dicen que él sólo toma decisiones que le sirven a sus intereses, que no hace nada por los demás.
R: Yo lo analizo de acuerdo a sus actitudes en temas que son consenso en Israel. No tiene sentido hacerlo sobre los temas en los que hay división. Un tema claro es el de Irán.En Israel había consenso que el acuerdo nuclear firmado con Irán por Obama no era bueno, que había que cambiarlo. Trump se fue del acuerdo, impuso sanciones a Irán. También era consenso en Israel el apoyo a normalización de relaciones con el mundo árabe, y Trump hizo mucho al respecto. Lo mismo respecto a la soberanía en los altos del Golan, del que está claro que los israelíes no se quieren retirar. Reconoció también a Jerusalem como capital de Israel, trasladó la embajada…todos pasos importantes para Israel.
En el tema palestino, los culpó de la falta de negociaciones, un tema sobre el que quizás hay algo menos de consenso en Israel, pero es bastante generalizado que se como problemática la posición palestina en los últimos años. En este sentido, actuó en pro de los intereses de Israel.
P: Ha habido voces críticas diciendo inclusive que de hecho, tiene sentimientos antisemitas.
R: A mí no me parece. Creo que a veces no entiende frases que dice, como cuando señaló que los judíos que no votan con él no son fieles a pesar de todo lo que hizo por Israel. Creo que él se refería a que no son fieles a Israel, pero se interpretó como que no son fieles a Estados Unidos, lo cual desató una fuerte polémica. Recordemos que tiene un yerno judío, que su hija también lo es, su nieto también. Yo creo que él no condena actitudes de la extrema derecha sólo por razones electorales.
Netanyahu y los dos partidos
P: Siempre hubo una tradición de apoyo de los dos partidos a Israel, independientemente de quién esté en la presidencia. Fue lo que se llamó “bipartisanship”. ¿Cree que el abrazo total de Netanyahu a Trump lo arruinó?
R: Netanyahu sin duda intervino en elecciones norteamericanas, por ejemplo apoyando a Mit Romney en el 2012, invitándolo a Israel, y en el 2016 a Trump. Con Romney había estudiado y trabajado en Boston. Nombró de Embajador en Washington a Ron Dermer, conocido por sus vínculos con los Republicanos. Dio muchas señales de que se siente más cerca de los republicanos.
P: Es legítimo que lo sienta, pero problemático en términos políticos…depende de lo que haga.
R: Hace unas semanas, cuando Trump anunció el acuerdo de Sudán e Israel, le dijo a Netanyahu por teléfono que “sleepy Joe” no habría logrado algo así…
P: Peor todavía, le preguntó a Bibi si acaso cree que “sleepy Joe” habría podido conseguir lo que él consiguió…encima usando ese término burlón respecto a otro candidato a la presidencia. Netanyahu salió elegantemente del paso.
R: Así es. Entendió que no debía entrar en eso.
P: La gran pregunta es si cierto distanciamiento que hay entre Israel y el Partido Demócrata es por Netanyahu. Recordemos que hay en el partido procesos muy complejos.
R: Exacto. Es lo que iba a decir. Netanyahu aportó a eso, pero la situación no se debe a él. Hay una corriente en el partido que es cada vez más fuerte, que se llama “progresista”, aunque en realidad son los radicales. La mayoría son anti israelíes y algunos hasta antisemitas.
P: Así es. La congresista de origen palestino Rashida Thlaiba, la musulmana de Somaia Ilan Omar y Ocasio Cortez…
R: Sin duda. Ocasio Cortez canceló su participación en un acto de la organización Paz Ahora de recuerdo a Rabin.O sea que la línea es muy problemática y radical. La pregunta es, si Biden gana, qué fuerza dará a ese grupo.
P: Que no es por cierto el único en e partido demócrata.
R: Exacto. Ese es el grupo radical, cuyos máximos representantes son Bernie Sanders y Elizabeth Warren. En el centro está la línea de Biden. Su vice está, diría yo, entre los radicales y Biden, y están los más conservadores dentro del partido Demócrata, más que nada los de los Estados del sur, a los que no les gustan nada los radicales.
P: Y no hay duda de que Biden es amigo de Israel ¿verdad?
R: No hay ninguna duda. Ha tenido un buen historial en las relaciones con Israel . Por otro lado, fue el vice de Obama y algo de continuidad de la política de Obama habrá, si gana Biden. Pero cada uno intenta ser uno mismo, imprimir su sello. Si gana, no será como Obama, un poco distinto, pero sí habrá cierta continuidad.
Y un tema clave es qué pasará con el Congreso. Parece que los Demócratas seguro ganarán la Cámara de Representantes. Veremos qué pasa con el Senado.
P: ¿Estima que habrá algún cambio radical en la política ante Israel si gana Biden?
R: Ante todo considero que en los dos próximos años, el Presidente no podrá dedicarse a temas de exteriores sino al Coronavirus y la economía. Lo harán sólo si no tienen más remedio. El tema más problemático es Irán. Biden quiere nuevas negociaciones y un nuevo acuerdo. Pero hay aquí una derivación importante en cuanto a los acuerdos de normalización. Si negocian con Irán, no podrán apoyar libremente a la coalición que está contra ellos. Es un problema. Los radicales en el partido quieren que Estados Unidos no de ningún apoyo a países no democráticos, quieren que corte con Arabia Saudita y los Emiratos…
P: Yo diría que hay no democráticos también del otro lado.
R: Por supuesto, discutiendo con uno de ellos le recordé que en Cisjordania hay una dictadura secular y que en Gaza hay una teocracia y me dijo que es irrelevante. ¿Irrelevante? No entienden.
P: Lo que no quieren entender al parecer.Volviendo al punto anterior, lo que más debe preocupar a Israel es que si Biden gana y quiere negociar con Irán, deje de apoyar los acuerdos de normalización que promueven una alianza árabe israelí. Esto es lo que más debe preocupar a Israel.
Creo que no devolverá la embajada a Tel Aviv, pero puede que abra un consultado en Jerusalem oriental. Quizás reabran la oficina de la OLP en Washington, aunque no sé para qué la quieren si está la Autoridad Palestina.Probablemente reanude la ayuda económica a los palestinos, de 400 o 500 millones de dólares por año. Ya se ha manifestado en contra de cortar la ayuda de 3800 millones de dólares por año a Israel. Es lo que querían los radicales y él no lo permitió.
P: ¿Sería una catástrofe para Israel si gana Biden?
R: No, no lo creo. Sí es cierto que tomaría menos en consideración los intereses de Israel, pero no sería un vuelco total. Será sí algo similar a Obama, pero mejor que él para Israel.