Por Marcelo Kisilevski
Una encuesta del FMI entre jóvenes del mundo árabe (no israelíes) revela números sorprendentes: dos de cada tres jóvenes de entre 18 y 24 años de edad quieren abandonar sus países.Nos lo trae hoy en el sitio N12, del Canal 12 de noticias, el analista de asuntos árabes Ehud Yaari.
Los motivos: falta de horizontes, corrumpción de las elites, y fracaso en el tratamiento de la pandemia. Eso implica que millones de jóvenes árabes huirían literalmente de países como Siria, Egipto, Líbano, Irak, Yemen, si hubiera países más promisorios dispuestos a abrir sus puertas de par en par. Pero no los hay. Algunos ya lo hacen de todos modos, de modo ilegal.
El único país árabe cuya mayoría de jóvenes no está dispuesta a irse a buscar un futuro mejor es, cómo no, Emiratos Árabes Unidos.
También muchos jóvenes palestinos, en un 58%, sueñan con abandonar los territorios, según la encuesta. Muchos, agrego yo, no irían muy lejos. En cambio, querrían convertirse en israelíes.
Según publicara la revista Foreign Affaires hace ya unos años, no es por "la causa palestina", de cuyo fracaso culpan a sus padres, la llamada "generación de Oslo", sino porque han virado de la "causa nacional" a la "causa civil": obtener derechos ciudadanos y una vida mejor, no importa quién gobierne ni cómo se llame el país, mientras ellos puedan progresar y vivir dignamente en lo individual.
Este sondeo del FMI opone un desafío importante al primer mundo, y, en el plano palestino, a Israel, que quiere seguir siendo un Estado judío y democráctico, que garantice su carácter judío sólo por medio de la mayoría judía.Yaari cuenta una anécdota. En plena Primavera Árabe, el mayor orientalista de las últimas generaciones, el Prof. Bernard Lewis, fallecido hace dos años, visitó Jerusalén, con 100 años de edad y una lucidez envidiable. Compartió una cena en una casa particular con sus discípulos, entre ellos el propio Yaari.
Dado que en el pasado había preanunciado desarrollos sorprendentes en el Medio Oriente, le preguntaron como a un gurú: "Maestro, ¿cómo se imagina el Medio Oriente dentro de cinco años?" Lewis respondió: "No sé qué pasará en cinco años...".
Entonces, echando una mirada traviesa a sus interlocutores, agregó: "Pero sí sé lo que pasará dentro de 50 años". Y bien, Bernard, ¿qué ocurrirá?, le preguntaron. "Muy simple", disparó a mansalva. "Todo árabe que pueda no estar en esta región, se marchará".