La lanzó la organización humanitaria “Israel Flying Aid” y su fundadora nos lo cuenta.
Habían pasado sólo algo más de 24 horas desde la gigantesca explosión en Beirut, y a mi celular ya estaba entrando un comunicado de la organización humanitaria israelí “Israel Flying Aid” informando sobre el lanzamiento de la campaña de recaudación de fondos para ayudar a la población de la capital libanesa. Se llama “Jom Enoshí”, o sea “Calidez(o calor) humana (o)”.
No nos sorprendió en absoluto porque conocemos de cerca a Gal Lusky (52), una mujer excepcional que fundó hace 15 años esta asociación sin fines de lucro para salvar vidas también más allá de las líneas enemigas, incluyendo países que no tienen relaciones diplomáticas con Israel.
Gal, nervio motor de la organización, ha encabezado junto a sus voluntarios diversos operativos de ayuda en lugares remotos en los que arriesgaban su vida, cuando catástrofes naturales, guerras civiles u otras tragedias ponían en peligro a la población civil. Ha estado en Sri Lanka, Pakistán, Indonesia, Iraq, Kashmir, Darfur en Sudán y muchos otros sitios que no puede detallar. ¿Y Líbano?, preguntamos. No, en Líbano no. Pero asegura que la ayuda que logre comprar con el dinero recaudado en la campaña de donaciones que acaba de lanzar, dirigida a la ciudadanía israelí, llegará al corazón de Beirut.
Así dice el comunicado de la organización:
“Tras la explosión que estremeció anoche a Beirut, la asociación Israel Flying Aid, junto con sus socios, los cuales representan el corazón latiente de la sociedad civil en Israel, lanzó una campaña de recaudación de donaciones a través de la plataforma JGive a fin de hacer llegar ayuda que salve vidas, como remedios, equipos médicos desechables y alimentos para los civiles libaneses víctimas de la catástrofe”.
Y agrega: “Cuando una crisis de envergadura histórica azota a nuestros vecinos más allá de las montañas, nosotros, los ciudadanos de Israel, deseamos elevarnos por sobre cualquier consideración política o diplomática y extender una mano de apoyo a nuestros vecinos, el pueblo libanés”. El comunicado de “Israel Flying Aid” resume: “Cuando la tierra arde y necesidades básicas como alimentos, ropa y tratamiento médico son casi inexistentes, no hay lugar para política ni para intereses estrechos, no hay distinción entre razas, religiones, sexo y nacionalidades. Todos somos seres humanos, todos fuimos creados a la imagen de Dios”.
.
Conversamos con Gal este viernes temprano a la mañana.
Este es su testimonio.
P: Gal recibí tu mensaje sobre la campaña y pensé “Gal ya se está moviendo, como tantas otras veces”. ¿Qué pensamientos se te pasaron por la mente cuando oíste de la explosión en Beirut?
R: Además de entender la potencia de la explosión y tener claro por lo tanto que el daño llegaría mucho más allá del puerto, pensé que en general la gente no entiende qué significa una situación así. Fíjate que quedaron totalmente destruidos dos hospitales cercanos, depósitos de trigo-lo cual significa que en un tiempo se hará sentir la escasez-y que a mucha gente que simplemente estaba en su casa con sus hijos, haciendo deberes, comiendo, jugando, de repente se le terminó la vida. Cero advertencia, a diferencia de una guerra antes de la cual en general uno sabe que algo puede pasar, se organiza. Aquí no, aquí súbitamente, todo termina. Para los que mueren, claro. Pero está el daño con el que lidian los que quedan, la gente herida, damnificada en varios sentidos. Quizás niños que piden ayuda entre los escombros pero sus padres no pueden ayudarlos porque no logran llegar a ellos. O viceversa. Unos pocos segundos, absolutamente terribles.
P: En un mundo con tanta violencia, uno casi se acostumbra a oír sobre todo tipo de horrores…
R: Pero hay que pensar en eso, hay que tomar conciencia. También los líderes del mundo-y creo que hace tiempo tenemos pequeños políticos, no realmente líderes- si pensaran en sus propios hijos cuando toman decisiones, por solo 5 segundos, quizás todo sería diferente. Si antes de tomar una decisión todos vieran en su mente a un niño africano hambriento como si fuera su propio hijo, o a un niño en medio de una guerra como si fuera el suyo, el resultado sería otro.
Recuerdo algo que me pasó una vez, cuando me invitaron a dar una conferencia a la residencia del embajador de una potencia, destacado en Israel. La primera pregunta me la hizo un diplomático de Lejano Oriente, prefiero no decir de dónde, quien me dijo “ustedes dicen que santifican la vida pero actúan sin permiso de los gobiernos, entran en forma no autorizada, así que no son ángeles, son delincuentes”. Lo miré fijo y le dije : “Si su hijo está sepultado a 5 metros debajo de la tierra y yo soy la única que llego a salvarlo ¿cómo me llamaría? ¿Delincuente o ángel?”. El hombre se levantó y se fue.
P: Habría pagado para verlo Gal…Y te preguntó eso porque tu organización llega adonde se necesita ayuda, sin esperar permiso de entrada de las autoridades, aunque en general saben que ustedes están. Eso es crucial en casos de países enemigos de Israel.
R: Así es. Y nuestra intención es poder hacer, mover las cosas, no hacer grandes proclamaciones que pongan incómodo a nadie.
P: Te refieres a que sabes que del lado libanés, más que nada por el rol central de Hezbola, se apresurarían a aceptar vuestra ayuda.
R: Claro. En general trabajamos en silencio, queremos hacer sin que nos molesten, y más que nada, como decía, no queremos incomodar a nadie del lado que recibe la ayuda.
P: Y no tienes grandes expectativas respecto a la actitud oficial libanesa.
R: No creemos que Hezbola estaría dispuesto a que harina israelí permita a una madre libanesa alimentar a su hijo. Estimo que preferirían envenenar la harina. Pero nuestro interés no es provocar a nadie, no nos interesa qué piensen de nosotros, qué dirán. Después de más de 70 años de existencia, ya no tenemos angustia existencial como después de la Shoá, tenemos un ejército fuerte que sabe hacer frente a nuestros enemigos y podemos permitirnos tener compasión por civiles también más allá de las fronteras, que están sufriendo necesidades tan grandes.
P: ¿Qué te parece el hecho que también el Estado de Israel, oficialmente, ofreció ayuda?
R: Yo creo que Israel sabe que Líbano tendrá que decir que no. Israel sabe hacer cosas en secreto y sabe llegar a Irak o donde sea para cuidar a su población. Quisiera que pueda usar las mismas capacidades para hacer llegar ayuda al otro lado, para que allí cuando alguien abra algún paquete, encuentre ayuda israelí. Todo lo que ayude, sane, cure, bienvenido será. Y también será un mensaje, que sepan que Israel les hace llegar ayuda, no bombas.
P: Esto me lleva a preguntarte qué dirías a quienes rechazan la oferta israelí de ayuda recordando que Israel ha causado destrozos en Líbano en las guerras. Ha habido algunas reacciones así en las redes sociales.
R: Seré contundente. Si Israel tiene que violar la soberanía de otro país para cuidar a sus ciudadanos atacados desde allí, pues estoy orgullosa de eso. No tengo dudas al respecto. Al mismo tiempo, quisiera que se pueda usar la misma fuerza y capacidad para otra cosa también, como ser para extender ayuda, tal como se hizo durante la guerra civil en Siria. El operativo “Buena vecindad” fue algo impresionante.
Pero más allá de eso, respecto a lo que me planteabas de algunas reacciones en las redes libanesas, hay que tener mucho cuidado porque hace ya unos años Hezbola creó un “colegio” de guerra sicológica para controlar a los libaneses, para incitar y crear una imagen que va con sus intereses, también por supuesto contra Israel.
Al mismo tiempo, soy consciente de que puede haber otras voces, pero la verdad, como lo que nos interesa a nosotros es dar ayuda, salvar vidas, no tengo un barómetro de reacciones. El que sigan queriendo matarme no socavará en nada mi esfuerzo por salvar a sus hijos. Nuestro ejército es fuerte y hará cuentas con quien sea necesario, pero nosotros seguiremos actuando de acuerdo a los valores sagrados del judaísmo, para salvar vidas. El ejército tiene el mandato de protegernos. Creo que también los libaneses entienden ya que quien los expone al peligro no somos nosotros sino Hezbola e Irán. Eso se vio claramente en lo que mencioné antes, la ayuda que dio Tzahal dentro de Siria durante la guerra. Sabemos extender nuestras manos para ayudar a quienes no nos atacan.
P: Gal, hasta el momento en que estamos hablando, ya se han hecho presentes más de 400 donantes, en algo más de un día. Cada uno aporta, no es necesario que lo hagan sólo quienes pueden poner mucho dinero ¿verdad?
R: Exacto. La campaña tiene como objetivo ayudar y expresar solidaridad. Quien pone la mano en su bolsillo, aunque sea medio dólar, está con eso diciendo algo, expresando humanidad, compasión. Saber ser solidario en el mensaje es no menos importante que el dinero mismo.
P: ¿Esta es la única vía por la que tú estás operando ahora?
R: No, para nada. Hay otra vía de recaudación de recursos, pero no abierta. Creo que la campaña abierta, pública, es importante como sociedad israelí y judía global. Pero es importante también ampliar los círculos de ayuda.
P: O sea que ya te estás moviendo por otros lados.
R: Así es. La parte pública es la campaña pequeña relativamente. Hay muchos donantes que prefieren dar dinero sin que se publique su nombre. El hecho es que decenas de empresas de las más grandes de Israel ya me han dicho que están dispuestas a donar mercaderías en grandes cantidades, también dinero. Por ejemplo, empresas de alta tecnología que no tienen productos relevantes en una situación así, se contactan conmigo para donar dinero. Todo esto es muy importante. Y te diré que también me emociona cuando veo en la página de la campaña que alguien donó 180 shekel (unos 50 dólares), porque es alguien que quiere aportar. Y todo se suma. Y todo significa que quien aporta, es consciente de la fuerza que esto puede dar al otro lado.
La campaña da opción por ahora sólo en moneda israelí
P: Y de a poco se va juntando…
R: Así es. Fijate que una tonelada de harina sale 1400 shekel, unos 400 dólares. Como todavía hay allí panaderías funcionando, es importante que tengan los insumos. Ayer salieron contenedores con cereales hacia Beirut, pero les llevará un mes llegar.
P: Aunque te conozco hace años y ya hemos hecho varias entrevistas, vuelvo a preguntar ¿cuál es tu sueño? O sea, ahora, tras esta catástrofe.
R: Mi fantasía es que Hassan Nasrallah, jefe de Hezbola, en lugar de amenazar a todos, decida actuar en forma humanitaria tomando en cuenta la situación, anuncie que abre lo que llamábamos años atrás la buena cerca en la frontera, que Hezbola salvaguardará la seguridad de la caravana y permitirá que toda la ayuda que entre de Israel llegue a Beirut. Que anuncie un alto el fuego humanitario. Es una fantasía, lo sé…pero por si él lee esta entrevista, dile que Gal Lusky quiere hablar con él. Le puedes dar mi teléfono.
P: Como me temo que nos quedemos ambas sentadas esperando a Nasrallah ¿qué vías estás considerando para hacer llegar la ayuda?
R: No puedo decir mucho sobre los caminos, pero te aseguro que la ayuda llegara al corazón de Beirut, quieran o no quienes se nos oponen. Y si no aparece el nombre de Israel y no se puede identificar la fuente, no me importa. Lo que importa es que llegue, para reducir el sufrimiento. No quiero incomodar a nadie ni tampoco hacer relaciones públicas. Israel hace tiempo que ya no lo precisa. Quiero ayudar a los libaneses sin que ellos mismos tengan que enfrentarse a Hezbola.
Y te cuento que hemos recibido pedidos de organizaciones religiosas, no judías, que quieren enviarnos ayuda para que la hagamos llegar,porque estamos más cerca, desde aquí es más fácil comprar. Tenemos que hacer llegar muchas toneladas a la cerca fronteriza y de allí llega rápidamente a Beirut.
P: ¿Tienes claro ya los canales de contacto?
R: Hay distintas opciones. Todavía no está decidido. Me gustaría cualquier canal pragmático y rápido.
P: ¿Hay un mensaje político en todo esto?
R : Te diré que hay gente que por saber que yo ayudo en países enemigos, en países musulmanes por ejemplo, ya determina de qué lado del mapa político israelí estoy. Sin entrar en detalles, sólo quiero decir que no hay nadie más orgulloso y feliz que yo por el hecho que tenemos un ejército fuerte. Quiero paz y justicia , un mundo en el que el lobo puede convivir con el cordero. Esa es mi aspiración. Pero recuerdo a todos-y por eso estoy tan orgullosa de que Israel sea fuerte militarmente- que mientras haya quienes quieren comerse al cordero, no me disculpo mi por un segundo por no serlo. Soy judía, sionista, israelí, no me disculpo por ello y estoy muy orgullosa de eso también ahora.