Ya llega el 1° de julio, fecha anunciada ya meses atrás como el momento en que Israel comenzaría el proceso de declarar su soberanía en parte de los territorios en disputa con los palestinos-Judea y Samaria y el Valle del Jordán- pero no se ha anunciado nada oficial y ni siquiera está claro en qué programa concretamente piensa Israel. Es más: ni es posible confirmar que Israel esté decidido a avanzar en esta dirección.
“Este es un proceso complejo y hay muchas consideraciones políticas y de seguridad que no puedo detallar”, declaró el Primer Ministro Biniamin Netanyahu, recordando que él siempre habló de extender la soberanía “a partir del 1° de julio”, y no necesariamente en esa fecha.
La demora en confirmar cuál será la línea a seguir, va más allá de los detalles exactos. Todo el plan depende de la luz verde de Estados Unidos. Días atrás, un alto funcionario de la administración Trump citado en forma anónima por la agencia Reuters dijo que “el punto principal que pasa por nuestras cabezas es si acaso esto ayuda a avanzar hacia la paz”.
Esta semana, en una alocución por internet en el congreso de Cristianos por Israel, el Primer Ministro Netanyahu aseguró que contrariamente a lo alegado por los críticos del plan de soberanía, este ayudaría a lograr la paz, en lugar de socavarla.
Está claro que en los últimos meses el tono que irradia Washington respecto al plan de soberanía israelí suena mucho menos entusiasta que lo que parecía cuando fue presentado el plan Trump en enero en la Casa Blanca. Los medios de comunicación israelíes han estado publicando últimamente sobre una disposición norteamericana a apoyar no más que la inclusión en el territorio soberano de Israel de “algún asentamiento aledaño a Jerusalem”, lo cual fue interpretado ampliamente como referencia a la ciudad de Maale Adumim.
Pero por ahora, no hay nada oficial confirmado al respecto.
¿Y Gantz?
Uno de los puntos clave y un tanto intrincados en este tema, es que Estados Unidos parece no estar dispuesto a aprobar el plan, si no recibe dentro de Israel la luz verde también de “Kajol Lavan”, el partido encabezado por Beni Gantz que es socio del Likud en el gobierno.
Con esto de fondo, es interesante que esta semana el Primer Ministro Netanyahu haya dicho que Kajol Lavan “no es un factor en el tema de la soberanía”. Según el ministro Tsahi Hanegbi, Netanyahu lo dijo porque el acuerdo de coalición es que Kajol Lavan tiene derecho a votar en contra si no está de acuerdo, pero el Likud puede intentar avanzar con la soberanía. Pero el vínculo entre su aprobación y la posición de Estados Unidos, complica un poco el mosaico.
Netanyahu hizo esa referencia al tema a raíz de declaraciones de Beni Gantz días atrás, en las que recalcó que “todo lo que no es ocuparse de la pandemia del Coronavirus, queda postergado para después”.