Hombre de Hamas abatido tras infiltrarse a Israel y herir a 3 soldados
“Tensa calma” es una expresión muy común cuando se habla de la frontera entre Israel y la Franja de Gaza. Mientras no hay estallidos, se trata de vivir al máximo, la población crece, se desarrollan las comunidades aledañas a la frontera con la franja gobernada por Hamas…pero de fondo siempre está esa tensión a la que hay que estar alertas. En el sur de Israel, nadie dice “tranquilos, todo ha terminado”. Todos saben que la calma es un intervalo hasta la próxima explosión.
La consciencia sobre la necesidad de estar alertas no es solamente por la eventualidad que suenen las alarmas indicando que cohetes fueron disparados desde Gaza y se hallan en camino a Israel. También la infiltración de terroristas constituye un peligro.
Pues en la noche entre miércoles y jueves, esa fue la alerta.
Hani Abu Salah, un terrorista de Hamas, armado, logró infiltrarse a territorio israelí en la parte sur de la frontera, disparó hacia una patrulla y logró herir a 3 soldados antes de ser abatido mortalmente.
Por un lado, la apreciación en este momento en Tzahal, según publican los medios israelíes, es que se trató de una iniciativa particular, quizás para vengar la muerte de su hermano Fadi, miembro del Jihad Islámico, que el año pasado fue baleado de muerte durante los disturbios de una de las “marchas del retorno” de los viernes. Pero no hay ninguna certeza.
De todos modos, tal cual comentó Gal Berger, cronista de asuntos palestinos de KAN, la radio pública israelí, es de extrañar que el ejército se haya apresurado a determinar tan rápidamente que el terrorista en cuestión actuó solo. ¿Para qué apurarse a desligar a Hamas de responsabilidad por lo sucedido? El terrorista era miembro de su brazo armado, vestía uniforme de Izz al-Din al Qassam y era conocido como de Hamas.
Abu Salah era miembro de la unidad de Hamas encargada de retirar de la frontera a elementos “insurgentes” que puedan decidir, por cuenta propia, disparar hacia Israel. No es que Hamas quiera garantizar la calma, sino que quiere decidir por su cuenta cuándo eso le conviene y cuándo no. Cabe recordar que hace pocas semanas, un palestino miembro de esa misma unidad, fue muerto por disparos de Israel en lo que se presentó como una confusión. El comunicado militar israelí no se disculpó, pero sí dijo que se lo había identificado equivocadamente y “confundido” con un terrorista armado. Quizás Abu Salah haya querido vengar no a su hermano sino a su compañero, según escribe en Ynet el cronista de asuntos palestinos Elior Levy. Y también puede haber sido enviado por Hamas a hacerlo, aunque estaba clarísimo de antemano que moriría. La infiltración a territorio israelí, especialmente estando armado, el disparo hacia las tropas, no dejaban abierta ninguna otra opción.
Lo seguro, según contó el ya citado Gal Berger, es que Abu Salah “soñaba con ser shahíd”, mártir, y morir atacando a Israel. Lo escribió en las redes sociales. Su hermana melliza dijo que ella sentía que él preparaba algo y que le había dicho que “quiere traer la cabeza de un soldado enemigo”.
El incidente llevó al ejército a tomar medidas precautorias de inmediato con las comunidades civiles de la zona, para garantizar plena seguridad. Horas después, el incidente terminó y se retornó a la normalidad.
Pero ahí está el problema. Parte de la “normalidad” de la zona, es que Israel vive frente a una zona gobernada por terroristas, en los que nunca se puede confiar.
