Ventana o Espejo - La Contribución Unica de cada Uno - La Amiga de Zahava - Preparativos para Pesaj
No. 299
Vaiakhel- Pará
Horario de velas en Montevideo
21 de marzo 18:36
https://jabad.org.uy/media/pdf/1314/xIzj13140727.pdf
VENTANA O ESPEJO
Por Menachem Feldman
El pueblo judío estaba deseoso de donar. El proyecto, la construcción del Tabernáculo en el desierto, simbolizaba que, a pesar del dolor de la traición con el Becerro de Oro, la relación se había restaurado y fortalecido. D-os deseaba morar en medio del campamento judío.
El pueblo donó con entusiasmo: brazaletes, aretes, anillos, lana azul, púrpura y carmesí, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de tajash, plata y cobre, entre otros artículos. Sin embargo, hubo un artículo que Moisés se negó a aceptar.
La Torá describe que las mujeres contribuyeron incluso más que los hombres. Trajeron sus espejos para usarlos en el santuario. Pero Moisés se negó a aceptarlos. Un espejo, argumentó, es la antítesis del santuario. Un espejo se usa para adornar la apariencia de la persona; intensifica su orgullo y narcisismo. Un espejo es pura vanidad y superficialidad, una herramienta para la auto adoración. No tiene cabida en el servicio a D-os.
Moisés veía el espejo como un enemigo. Era una herramienta diseñada, en el mejor de los casos, para centrar la atención en uno mismo en lugar de en lo Divino, y en el peor, para crear lujuria destructiva y seducción. Moisés buscó crear una "ventana" transparente; quiso enseñar a la gente a ver el mundo como una ventana a través de la cual se puede ver el asombroso poder del Creador. El espejo, que bloqueaba la luz y reflejaba la visión al observador, era el polo opuesto de todo lo que Moisés representaba.
D-os no estaba de acuerdo. El Midrash describe cómo D-os le explicó a Moisés que los espejos no sólo debían ser aceptados, sino que, de hecho, eran más preciados que todos los demás regalos. Porque es precisamente el espejo el que representa el propósito de la creación del santuario y, en un sentido más amplio, el propósito de la creación misma. D-os le explicó a Moisés que el espejo podía ser tan sagrado como destructivo. El deseo y la tentación podían ser, no impulsados por el ego, sino más bien una expresión de intensa santidad. Como explica Rashi:
Incluso estos [espejos] no se abstuvieron de traerlos como contribución al Mishkán, pero Moisés los rechazó porque fueron hechos para la tentación [es decir, para inspirar pensamientos lujuriosos]. El Santo, bendito sea Él, le dijo: «Acéptalos, porque son más preciosos para Mí que cualquier otra cosa, porque a través de ellos las mujeres formaron muchas legiones [es decir, a través de los hijos que dieron a luz] en Egipto». Cuando sus esposos estaban cansados por el agotador trabajo, ellas [las mujeres] iban a traerles comida y bebida y les daban de comer. Luego [las mujeres] tomaban los espejos y cada una se veía con su esposo en el espejo, y ella lo seducía con palabras, diciendo: «Soy más hermosa que tú». Y de esta manera despertaban el deseo de sus maridos, tenían relaciones con ellos, concibiendo y dando a luz.
Toda creación en esta tierra tiene un alma, una energía, que puede usarse tanto para el bien como para el mal. Irónicamente, cuanto mayor sea el potencial de esta energía para el bien, más destructiva puede ser. Lo contrario es igualmente cierto: cuanto más destructiva sea la fuerza, más profundas serán la bondad y la iluminación al transformarse o canalizarse.
El espejo captura una verdad profunda. Cuando el vidrio se cubre con una capa de plata que obstruye la transparencia, el resultado es más profundo. Al mirarse en un espejo, aunque no se puede ver hacia adelante, se puede ver hacia atrás. Se verá lo inesperado. El espejo no obstruye completamente la luz, como lo hacen otros objetos. Refleja la luz que brilla sobre él. Simboliza cómo la creación misma puede reflejar y expresar la luz divina.
Moisés prefería la claridad de visión. Se sentía atraído por la transparencia, por un lugar donde la santidad es evidente. D-os explicó que el propósito del Tabernáculo, que refleja el propósito de la creación del mundo, era ser como un espejo, para ver la santidad donde menos se la espera, para comprender que el deseo puede ser una expresión de trascendencia y espiritualidad. El espejo nos recuerda que, para experimentar la verdadera profundidad del D-os infinito, no debemos mirar directamente hacia arriba, a los cielos transparentes, sino hacia abajo, aquí en la tierra, donde la ocultación de lo material crea un reflejo más profundo de la unidad de D-os.
LA CONTRIBUCIÓN ÚNICA DE CADA UNO
[Moisés dijo, “D-os los ha dotado con la capacidad de] trabajar en oro, plata y cobre.” (Shemot 35:32)
Plata, oro y cobre representan tres tipos de judíos: La plata representa a aquellos de nosotros que no se perturban por la oscuridad espiritual del mundo sino que, por el contrario, canalizan consciencia Divina a él. El oro representa a aquellos de nosotros que estuvimos atrapados en el mundo material, pero nos hemos sobrepuesto al control de su materialismo. El cobre representa a aquellos de nosotros que aún están luchando por sobreponerse al materialismo del mundo.
La Torá requiere que se usen los tres metales para la construcción del Tabernáculo. Esto es una lección tanto para aquellos que se perciben a sí mismos como oro y plata como para aquellos que se perciben como cobre. El “plata” entre nosotros no debe rehuir de involucrarse en el mundo físico, prefiriendo en su lugar ocuparse sólo con asuntos espirituales. Similarmente, el “oro” entre nosotros, que se sobrepuso al materialismo y por lo tanto se puede sentir inmune a sus peligros, no está aún exento de elevar el mundo físico. Finalmente, el “cobre” entre nosotros puede pensar que primero tiene que refinarse a sí mismo antes de que pueda elevar al mundo, pero la Torá le dice otra cosa: él, también, debe hacer su parte en la construcción del hogar para D-os en el mundo.
Likutei Sijot, vol. 6, págs. 157-160.
Éxodo (Shemot) 35:1 – 38:20
La décima sección del libro de Éxodo comienza con Moisés bajando del Monte Sinaí por tercera y última vez e inmediatamente congrega (Vaiakhel en Hebreo) al pueblo judío. Moisés les informa que D-os los ha perdonado por el pecado del Becerro de Oro y les ha instruido que construyan un Tabernáculo como señal de su perdón.
LA AMIGA DE ZAHAVAH
Por Tuvia Bolton
Una tarde entré en la oficina de nuestra yeshivá en Kfar Jabad (el pueblo de Jabad en Israel) y revisé el buzón de voz de nuestro teléfono. El primer mensaje fue: "Me llamo Zahavah y mi número de teléfono es 9876544".
Evidentemente, se había equivocado de número, así que decidí hacerle un favor y devolverle la llamada. Llamé al número que dejó, y cuando Zahavah contestó, intenté explicarle que se había equivocado. "Un momento", dijo, "esto es Kfar Jabad, ¿verdad? Quiero hablar con Kfar Jabad".
Cuando respondí afirmativamente, continuó: "¡Bien! Bueno, tengo una amiga llamada Sarah. Está embarazada y dice que no puede permitirse otro hijo, ya tiene tres y su marido no gana mucho, así que decidió abortar. Intenté disuadirla, incluso le envié rabinos y expertos; hablaron con ella durante horas, pero nada funcionó. Ahora dice que lo único que la hará cambiar de opinión es que el propio Rebe de Jabad la llame y le diga personalmente que no lo haga. Por eso te llamé. Eres de Jabad, ¿verdad?".
Le expliqué a Zahavah que el Rebe está muy ocupado, que reza, estudia y enseña Torá veinte horas al día y que además responde unas mil cartas y peticiones al día, así que no es razonable esperar que devuelva las llamadas. Le sugerí que estaba dispuesto a enviarle un fax al Rebe explicándole la situación de Sarah y pedirle una bendición para que la próxima persona que hablara con ella lograra convencerla de tener el bebé.
Zahavah estuvo de acuerdo, envié el fax y, tan solo una hora después, recibí una llamada de la oficina del Rebe diciendo que el Rebe había dado una respuesta.
El Rebe escribió: "¿Es cierto que le hablaron seriamente y no lo lograron? Rezaré por ella".
Inmediatamente llamé a Zahavah y, con entusiasmo, le leí la respuesta del Rebe.
Por un momento guardó silencio y luego dijo lentamente: "¿El Rebe está diciendo que miento? ¿Que nadie habló nunca con Sarah?".
Realmente no lo había pensado, pero me di cuenta de que tenía razón. Intenté pensar en otra posible explicación para las palabras del Rebe, pero me interrumpió.
"¡El Rebe está sentado allá en Nueva York! ¿Cómo puede saber si digo la verdad o no?". Hubo un minuto de silencio; no supe qué decir.
Finalmente dijo: “Bueno, Rabino, quiero que sepa que no existe Zahavah... Soy Sarah. Nadie me ha hablado nunca de no abortar. ¡No sé cómo lo supo el Rebe! Pero una cosa es segura: acabo de recibir la respuesta, en persona, del Rebe que estaba esperando. Por favor, dígale que no voy a abortar. Dígale que decidí tener el bebé y que confío en que D-os me ayudará”.
Envié por fax lo que me dijo a la oficina del Rebe y tres horas después recibí otra respuesta: "Gracias por la buena noticia. Está escrito en una Mishná del Tratado Talmúdico del Sanedrín que quien salva un alma judía es como si hubiera salvado al mundo entero. Por favor, díganle que acaba de salvar al mundo entero. Y por ese mérito, D-os le enviará bendiciones de éxito, salud y najás (alegría)".
PREPARATIVOS PARA PESAJ
Jametz significa “grano fermentado”. En Pesaj, no solo no comemos jametz, sino que ni siquiera debemos tenerlo. Si una comida o bebida contiene incluso un vestigio de trigo, cebada, centeno, espelta, avena o sus derivados, y no fue cuidada para que no leude o fermente, es jametz. Lo que significa que cualquier comida o bebida procesada hoy se puede asumir que es jametz a menos que se haya certificado que no lo es.
El problema es que nuestras casas están llenas de esto. Es por esto que nos embarcamos en una limpieza completa y en una misión de búsqueda y destrucción durante las semanas anteriores a Pesaj. Limpiamos todas y cada una de las áreas donde pueda entrar comida (no se moleste con los lugares donde no entra nunca comida). Movemos los muebles, horno y heladera; buscamos debajo de los sofás; limpiamos sillas, armarios y bibliotecas. También la oficina, los bolsillos de la campera y el auto.
El mayor trabajo es, por supuesto, la cocina. Después de limpiarla, use papel de aluminio o papel para cubrir todas las superficies que puedan entrar en contacto con la comida.
Lo mejor es tener vajilla y utensilios de cocina separados para ser usados en Pesaj. Si esto no es posible, algunas cosas de la cocina se pueden hacer kosher para Pesaj.
La Venta
Ahora estará pensando, “¿Qué hago con mi exclusiva botella de whisky de 30 años?”. Para estas cosas hay una alternativa: asegúrese simplemente que no le pertenecen a usted durante Pesaj.
Tome el jametz que quiere salvar, la comida, bebidas y utensilios usados durante el año (y no kasherizados para Pesaj), y guárdelos en un armario o cuarto que cerrará con llave o sellará. Luego, autorice a un rabino con experiencia a hacer una venta legalmente vinculante tanto de acuerdo a la ley judía como a la civil. El venderá todo su jametz justo antes de Pesaj, y lo comprará de nuevo tan pronto como termine la festividad. La noche en que termina Pesaj, luego que el rabino haya recomprado su jametz, ya puede abrir esa botella de whisky para hacer lejaim.
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