Tuve un enero muy lector. Fui a Guichón en bus y leí La vegetariana casi de un tirón. Leí en una reposera al lado de una piscina y, como cada noche, antes de dormir. El Kindle con luz propia es una excelente opción para la lectura nocturna previa a dormirse.
Enero tuvo días lluviosos y frescos al comenzar; un café y un libro es una combinación casi perfecta. Con los días calurosos, agua saborizada con limón y cualquier fruta es una excelente compañía para un libro.
Leyendo me siento acompañada. Casi encuentro que es la única forma de evadirme de una realidad que muchas veces pega fuertes cachetadas.
Sumergirse en un buen libro es una experiencia incomparable.
Te invito a que vos también lo intentes..
Tres luces de Clarie Keegan
Me fascinó esta nouvelle. Claire Keegan es una autora brillante. La descubrí con Antártida, un libro que incluye un cuento inolvidable.
En Tres luces, Keegan explora el desamparo, la pobreza y el duelo. La protagonista, una niña, es enviada a vivir temporalmente con los Kinsella, un matrimonio sin hijos. A medida que se adapta, es el hombre de la casa quien le ofrece un modelo de paternidad que nunca había experimentado.
Un detalle revelador marca el cambio: Kinsella nota que la niña viste ropa de varón prestada porque su padre olvidó su valija. Decide entonces comprarle vestidos, un gesto que trasciende lo material y simboliza su integración en un nuevo entorno.
El lazo entre ambos se fortalece en un paseo nocturno. Desde una colina, la niña descubre un horizonte más amplio que el que conocía, una metáfora de su propio crecimiento. En ese momento, Kinsella la abraza como si fuera su hija, consolidando un vínculo que va más allá de las palabras. Lo no dicho está presente en el libro y lo lleva al lector a sacar sus propias conclusiones.
Lo recomiendo.
El factor Rachel de Caroline Donogue
Esta novela te va a enganchar desde la primera página. Rachel es una estudiante universitaria irlandesa que trabaja en una librería para pagarse la carrera. Allí conoce a James, un chico de su edad, y rápidamente se convierten en amigos íntimos, tanto que deciden compartir un apartamento que es tan barato como calamitoso. Ambos intentan abrirse camino en la Irlanda de la Gran Recesión mientras lidian con sus caóticas vidas: James está cansado de que la gente piense que no quiere salir del armario, y Rachel no deja de fantasear con el doctor Byrne, un profesor casado al que intenta seducir con un plan arriesgado de resultados imprevisibles.
Con una mirada tan inteligente como cómica, Caroline O’Donoghue se adentra en las aspiraciones, locuras y torpezas de la juventud para construir un canto a la energía de los veinte años y a las amistades que forjamos entonces y que dejan una huella permanente. Es una historia sobre jóvenes y sobre las vueltas que da la vida, también sobre la amistad verdadera, con muchos elementos irlandeses, como las descripciones de Cork y lo que significaba emigrar a Londres en esa época.
El libro tiene un humor inteligente y trata los temas de la época, como el aborto, al hueso. ¡Lo recomiendo!
No a todo el mundo le gusta la tranquilidad de María Teresa Andruetto
¡Qué sorpresa me llevé con No a mucha gente le gusta esta tranquilidad de María Teresa Andruetto! No tenía idea de esta escritora cordobesa, y este fue mi primer acercamiento a su obra. Lo devoré de un tirón; su estilo sencillo me transmitió una paz bárbara. Llegué a ella gracias a un curso de lectura con Eugenia Almeida, quien la elogiaba como una gran cuentista, y la verdad, no se equivocaba.
Con una precisión increíble, Andruetto nos muestra las distintas capas de las intimidades de sus personajes: los dolores, frustraciones y miedos que se fueron acumulando a lo largo de sus vidas y que los hacen ser quienes son.
Es un cliché decir que cada persona es un mundo, pero no por eso deja de ser cierto. Andruetto retrata, justamente, ese pequeño mundo que somos, ese universo cuyo centro no siempre brilla como un sol, sino que a veces es más bien opaco y doloroso.
La verdad, lo recomiendo sin dudar.
La vegetariana de Han Kang
Está dividida en tres partes, cada una narrada desde una perspectiva distinta.
En la primera, titulada igual que el libro, el esposo de Yeonghye nos cuenta cómo, después de cinco años de matrimonio aburrido, su mujer decide de la nada dejar de comer carne tras tener sueños re turbios. Una noche, la encuentra vaciando la heladera de todo lo que venga de animales, con una mirada perdida que da miedo. Encima, ella empieza a adelgazar a lo loco y deja de usar corpiño porque le resulta incómodo, lo que al marido le molesta bastante. El tipo se siente re incómodo socialmente por estos cambios, y la familia de ella tampoco entiende nada. En una reunión familiar, nos enteramos de que el padre de Yeonghye era un violento que maltrataba a sus hijas, mostrando la violencia que sufren las mujeres en la sociedad coreana.
La segunda parte, "La mancha mongólica", la narra el cuñado de Yeonghye, un artista que vive de una herencia y se dedica al videoarte. Empieza a sentirse atraído por su cuñada y quiere filmarla desnuda. Le calienta saber que ella todavía tiene la mancha mongólica en las nalgas, una marca que suelen tener los bebés coreanos y que después desaparece. Han pasado dos años desde lo anterior, y nos damos cuenta de que la salud mental de Yeonghye está en la cuerda floja.
La tercera parte, "Los árboles en llamas", la cuenta la hermana de Yeonghye. Ella, que ahora está separada, tiene que hacerse cargo de su negocio, su hijo y cuidar a su hermana. Su mirada es más compasiva que la de los otros narradores.
Este libro es una locura y te lo recomiendo para que veas cómo es una sociedad tan distinta a la nuestra, donde el machismo y la sumisión femenina están a la orden del día.
Es para lectores que busquen un texto disruptivo, da para debate.
La clase de griego de Han Kang
En La clase de griego, Han Kang nos presenta la historia de una mujer divorciada que, de repente, pierde la capacidad de hablar y comienza a comunicarse sin usar palabras. Paralelamente, su profesor universitario enfrenta una enfermedad que lo está dejando ciego. Un amigo del profesor, quien también está al borde de la muerte debido a una afección congénita, reflexiona que solo aquellos que están a punto de perder algo esencial—ya sea el habla, la vista o la vida—tienen la oportunidad de profundizar en la naturaleza de esa pérdida.
Han Kang es una autora que aborda diversas temáticas en sus obras. Sus libros, aunque breves y de lectura rápida, invitan a reflexiones profundas y, a menudo, confrontan al lector con realidades incómodas. Recomiendo explorar su trabajo para experimentar una narrativa que, aunque no siempre placentera, es sin duda enriquecedora.
El romance del verano de Emily Henry
La novela del verano de Emily Henry nos presenta a January y Gus, dos escritores que enfrentan bloqueos creativos por distintas razones. Aunque la trama se orienta hacia el romance, personalmente no me convenció. Tenía altas expectativas debido a las numerosas críticas positivas que había leído sobre la autora, pero me encontré con una narrativa que carece de referencias literarias y de la chispa que esperaba. Por estas razones, no puedo recomendar este libro.
Tiene que ser aquí de Maggie O Farell
En Tiene que ser aquí, Maggie O'Farrell nos sitúa inicialmente en una época cercana al presente, donde observamos a Daniel Sullivan y Claudette Wells viviendo con sus hijos en una casa en la campiña irlandesa, rodeados de un paisaje encantador. Un día, Daniel escucha en la radio una entrevista realizada treinta años atrás a una joven que conoció en su juventud y que falleció poco después de esa conversación. Al oír nuevamente la voz de esta mujer, se despiertan en él recuerdos que lo llevan a un pasado aparentemente olvidado, generándole la necesidad de descubrir qué ocurrió con ella. Este suceso actúa como detonante de la novela, que la autora utiliza para tejer una narrativa coral en torno a la familia y las decisiones que moldean nuestras vidas.
O'Farrell emplea saltos temporales que nos llevan al pasado, al presente e incluso al futuro. Como es habitual en su obra, el tema central son las relaciones familiares, tanto las propias como las familias ensambladas. Aunque en ciertos momentos la estructura puede resultar compleja debido a la cantidad de personajes y líneas temporales, la riqueza de la narrativa compensa con creces. Disfruté enormemente de esta lectura y la recomiendo sin reservas.
Hamnet de Maggie O'Farrell
Hamnet de Maggie O'Farrell es una novela que destaca por su profundidad y emotividad. La autora da voz a Agnes, la esposa de William Shakespeare, para narrar el doloroso proceso de duelo tras la pérdida de su hijo, Hamnet. La narrativa está magistralmente construida, con frases que fluyen armoniosamente entre escenas, ofreciendo una lectura ágil y creativa. O'Farrell retrata la época con maestría, logrando que la ficción y la realidad se entrelacen, mientras la ternura, el sufrimiento, la crudeza y la sensación de pérdida se convierten en los verdaderos protagonistas de la historia. Recomiendo encarecidamente esta obra.
Antes que nada de Martín Caparrós
Martín Caparrós, reconocido maestro de la crónica, nos ofrece en Antes que nada una autobiografía que aborda la inevitable finitud de la vida humana. A pesar de posibles discrepancias ideológicas, su prosa incisiva y directa resulta impactante. Escrita tras su diagnóstico de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Caparrós reflexiona sobre su existencia y la proximidad de la muerte. La obra está impregnada de la historia de Argentina y de su vida tanto en su país natal como en España. El título es sumamente acertado, ya que escribe estos recuerdos mientras aún puede, "antes de nada". Su perspectiva sobre la muerte es visceral y profunda. Me cautivó especialmente la mención de figuras argentinas que me resultan familiares. Recomiendo encarecidamente su lectura .Vale la pena leerlo. Mucho. Mucho. Mucho.
Victoria de Paloma Sánchez Guernica
En Victoria, Paloma Sánchez-Garnica nos presenta a una protagonista pragmática y resiliente que lucha por proteger a su familia en un mundo lleno de tensiones y dilemas éticos. Su hermana, Rebecca, firme en sus ideales políticos, antepone sus convicciones a las necesidades inmediatas, lo que provoca constantes fricciones y alimenta un resentimiento que fractura su relación. Hedy, la hija de Victoria, se encuentra atrapada entre los conflictos de su madre y su tía, convirtiéndose en un reflejo de cómo las decisiones de quienes nos rodean pueden definir el rumbo de nuestra vida. La novela, ambientada en el Berlín dividido tras 1945, ofrece una lectura ágil y amena, evocando un contexto histórico del que no se habla con frecuencia. Recomiendo su lectura
Últimos días en Berlín de Paloma Sanchez Guernica
En Últimos días en Berlín, Paloma Sánchez-Garnica nos sumerge en una narrativa ágil y envolvente, ambientada en un contexto histórico fascinante. La trama se sitúa entre las dictaduras de Hitler y Stalin, y está narrada con una prosa fluida y accesible. Los personajes principales son verosímiles y están bien desarrollados, lo que permite al lector conectar con ellos. La novela entrelaza amor y guerra, heroísmo y cobardía, traición y violencia, ofreciendo una lectura ambiciosa y cautivadora. Recomiendo esta obra sin reservas.
Los siguientes de Pedro Simón
En Los siguientes, Pedro Simón nos sumerge en una narrativa que aborda la inevitable realidad del envejecimiento y la inversión de roles entre padres e hijos. La novela comienza con una reflexión contundente: "El primer día que tuve que limpiarle el culo a mi padre, me mentí diciéndome que era igual que cuando se lo limpiaba a mi hijo... Pero no. No es lo mismo."
A través de una prosa impecable y ágil, Simón explora temas que tocan fibras sensibles: las complejidades de las relaciones familiares, la culpa y el significado profundo de esta emoción. Es el tercer libro que leo de este autor, y siempre logra desentrañar algún misterio familiar, ofreciendo una visión honesta y cruda de la vida. Recomiendo encarecidamente esta obra por su capacidad para reflejar la esencia de las conexiones humanas y las dificultades que enfrentamos al ver envejecer a nuestros seres queridos.