Mundo Judío

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 Seré - La Promesa de la Redención - Un Cuento de Dos Vacas - Carne Kosher

 

                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

No. 290

Shemot

Horario de velas  en Montevideo 

10 de enero  19.42

https://jabad.org.uy/media/pdf/1306/Stdv13064912.pdf

                                                                                        

SERÉ

Por Yossy Goldman

En la lectura de la Torá de esta semana, Moshé hace su dramática aparición en la escena bíblica. Intenta detener la persecución hacia sus hermanos, recibe una sentencia de muerte por sus problemas, y es forzado a huir a Midian donde se casa con Tzipora y cuida los rebaños de su suegro Itró. Luego, en la zarza ardiente, ocurre su primera revelación divina.

D-os llama al pastor a que vuelva a Egipto y redima a su pueblo. La misión no es nada menos que enfrentar al Faraón mismo y entregarle el famoso y provocador mensaje del Señor: “Saca a Mi pueblo, los israelitas, de Egipto”.

En su humildad característica, Moshé es muy reacio a ser líder . Parece buscar todo tipo de razones para justificar que no es digno de la tarea. En un punto, le pregunta al Todopoderoso: “¿Quién diré que me envió? ¿Cuál es Tu nombre?”.


Tenemos familiaridad con varios nombres de D-os, pero el que ahora le da D-os a Moshé es extraño y enigmático, misterioso y místico: “Seré El Que Seré”. Nombre extraño para un ser supremo.

Muchos comentaristas exponen posibles interpretaciones para este nombre tan inusual. Aquí va una explicación muy poderosa.

El significado de este nombre es que está puesto en tiempo futuro. “Seré El que Seré”. Moshé estaba haciendo la pregunta existencial fundamental. ¿Cómo te llamo, D-os? “¿Cuál es tu nombre?” significa ¿cómo eres identificado, conocido, comprendido? ¿Cómo puede un ser mortal finito llegar a conocer al Ser Infinito?

Y la respuesta de D-os es “Seré El Que Seré”, tiempo futuro. ¿Quieres conocerme Moshé? Temo que tendrás que esperar. No podemos necesariamente comprender a D-os por lo que ha sucedido en el pasado. Tampoco, ni siquiera, en el presente. En el aquí y ahora, cuando miramos a la vida y sus ambigüedades a la cara, experimentamos muchas dificultades en nuestros intentos vanos de comprender la visión del Todopoderoso o percibir Su vasto plan eterno.

Para comprender verdaderamente al D-os Infinito se requiere paciencia infinita. Un día, en algún momento en el futuro, Él se hará conocer a nosotros. Sólo entonces llegaremos a conocerlo realmente a Él y Sus caminos inescrutables. “Seré El Que Seré”.

¿Nosotros mismos no hacemos la pregunta de Moshé a veces? ¿Por qué hay tragedias en el mundo? ¿Por qué hay tanto sufrimiento humano, dolor y agonía, tantas penas con las que lidiar? ¿Cuántas familias han sido destrozadas literal y figurativamente en Israel por el terrorismo? ¿Cuántas personas conocemos en nuestras propias comunidades que han experimentado una tragedia en sus vidas? ¿Por qué?, gritamos, ¿por qué?

Así que se nos dice esto en el comienzo mismo de la historia judía, la primera vez que D-os le habla a Moshé Le dice abiertamente: “Sé que quieres ser capaz de comprenderme a Mí y Mis caminos, pero por favor, acepta que eso es imposible, por ahora”. Seré El Que Seré. Un día, serás capaz de conocerme. No hoy ni mañana, pero un día en el futuro todo tendrá sentido y todo será comprendido. Finalmente, a su tiempo, todo será sabido.


Mientras tanto, vivimos con fe, confianza, esperanza y un gran grado de paciencia mientras vemos el destino desarrollándose y no estamos muy seguros de que hacer con él. Y miramos hacia adelante con ardiente anticipación aquel imponente día cuando el gran nombre del Todopoderoso será conocido y comprendido, y veremos con nuestros propios ojos de carne que D-os es bueno y Sus caminos son justos. Que sea pronto en nuestros días.

 

LA PROMESA DE LA REDENCIÓN

[D-os le dijo a Moisés que le diga al pueblo] “En efecto, los he recordado a ustedes y a lo que se les está haciendo en Egipto.” (Shemot 3:16)

A pesar de que los judíos habían caído en un estado espiritual peligrosamente bajo, llegando incluso a servir ídolos, D-os no le dijo a Moisés que los critique o les advierta que si no se corrigen, continuará su exilio. Más bien, D-os le instruyó que les recuerde el mérito de sus antepasados y anuncie que en ese mérito y en el mérito de su sufrimiento iban a ser redimidos. Sólo mucho después, cuando tenía una alternativa para ellos - un mandamiento que cumplir - es que Moisés les dijo a los judíos que dejaran de servir ídolos.

Similarmente, la forma más efectiva de atraer los corazones de nuestros prójimos para que se acerquen a D-os es mostrándoles primero la belleza de su herencia y estimularlos con la promesa de la redención.

Likutei Diburim 138b-139a

Éxodo (Shemot) 1:1 – 6:1

La primera sección del libro de Éxodo comienza listando los nombres (Shemot en Hebreo) de los hijos de Jacob, y luego relata el aumento de sus descendientes hasta convertirse en una nación y su esclavitud en Egipto. A medida que las condiciones de la esclavitud empeoraron, los judíos clamaron a D-os. Entonces D-os encarga a Moisés con la misión de liberar al pueblo judío de la esclavitud para que reciba la Torá. D-os les informa que el propósito de su redención es que puedan asumir su rol como líderes morales de la humanidad, dirigiendo al mundo hacia su objetivo Divino: servir como el verdadero hogar de D-os.

UN CUENTO DE DOS VACAS

Por Yerachmiel Tilles

Muchas de las formas de proceder del Rabino Israel Baal Shem Tov podrían haber parecido extrañas para un extraño. Pero Reb Zev Wolf Kitzes, el compañero constante del Baal Shem Tov, tenía suficiente confianza en su Rebe como para no dudar nunca de sus acciones. Sabía que al final, aunque llevara años, todo se entendería.

Reb Zev Wolf acompañó una vez al Baal Shem Tov en una visita a un judío de un pueblo. El pobre aldeano dio la bienvenida al maestro jasídico en su casa. - "Necesito una donación de dieciocho rublos para una causa muy importante", pidió el Baal Shem Tov. El pobre hombre no tenía esa gran suma. Pero, considerando que era el Baal Shem Tov quien hacía la solicitud, el aldeano tomó algunos de sus muebles y su vaca, los vendió y le dio el dinero al Baal Shem Tov. Reb Zev Wolf observó en silencio mientras su maestro tomaba el dinero y luego se iba.

Varios días después, el aldeano debía pagar el alquiler de su posada. No pudo reunir la suma y el propietario lo desalojó. El aldeano, que no veía ningún futuro para sí mismo en ese pequeño pueblo, decidió probar suerte en otro lugar. Finalmente encontró una pequeña choza en un pueblo diferente con un propietario diferente. Al vender algunas de sus posesiones, el aldeano logró comprar una vaca. La vaca le proporcionó su única fuente de ingresos; vendió su leche y se ganó un sustento miserable.

Algún tiempo después, la vaca del terrateniente local enfermó y su leche quedó inutilizable. Uno de los sirvientes del hacendado que conocía al nuevo inquilino fue rápidamente a ver a este aldeano y compró leche para el hacendado.

Cuando el hacendado probó la leche, comentó: "Esta leche es de una calidad superior. Dígale al dueño de esta vaca que le pagaré generosamente por el privilegio de ser su único cliente".

Este incidente cambió el rumbo de la fortuna del aldeano. Cada día entregaba leche a la finca y cada día el hacendado comentaba sobre la calidad de la leche y los productos lácteos derivados de ella. Se encariñó con el judío y comenzó a consultarle sobre su negocio, traspasándole poco a poco muchas responsabilidades. El hacendado confiaba en él implícitamente y apreciaba la honestidad, la fiabilidad y el servicio fiel del judío.

La relación y el vínculo del hacendado con el aldeano se hicieron tan profundos que, al no tener hijos, transfirió la propiedad de toda su propiedad, que incluía ese pueblo y la ciudad cercana y sus tierras circundantes, al judío. Sintiendo que ahora todo estaba en buenas manos, el hacendado se despidió y se fue al extranjero después de haberle dado al judío el título legal de esa área.

Unos años más tarde, Reb Zev Wolf llegó al pueblo del nuevo terrateniente para recaudar dinero en nombre de los prisioneros y cautivos judíos. Reb Zev Wolf ya había recaudado todo menos 300 rublos de la suma que el Baal Shem Tov había designado.


Al encontrarse con el rabino del pueblo, Reb Zev Wolf le preguntó por qué estaba vestido de manera tan festiva. "Voy, junto con un grupo de dignatarios de la ciudad, a saludar al terrateniente de esta ciudad que nos visitará hoy", dijo el rabino. "¿Por qué no vienes con nosotros? Es judío y seguramente estará dispuesto a contribuir a tu causa".

Reb Zev Wolf acompañó al rabino y a sus compañeros. El terrateniente saludó a la delegación con calidez, prestando especial atención a Reb Zev Wolf. Después de un rato, el terrateniente se llevó a Reb Zev Wolf aparte. "No me recuerdas, ¿verdad?", le preguntó. Reb Zev Wolf no podía recordar el rostro del hombre rico. El terrateniente sacó 300 rublos y se los dio a Reb Zev Wolf.

Recién cuando regresó al Baal Shem Tov, Reb Zev Wolf comprendió toda la historia. "Los últimos 300 rublos fueron donados por el judío del pueblo al que una vez le pedimos una donación de 18 rublos. Hoy es un hombre rico".

"Déjenme decirles por qué le saqué esa gran suma cuando su situación era tan difícil", explicó el Baal Shem Tov. "Le esperaba un cambio de fortuna en el futuro, pero no en ese lugar. Era necesario llevarlo hasta el límite para que se viera obligado a irse y establecerse en otro lugar. Eso es exactamente lo que sucedió. El resto ya lo saben".

CARNE KOSHER


Es muy simple. Si quieres carne kosher, debes ir a una carnicería kosher que tenga una certificación rabínica confiable o buscar carne al vacío con un sello  kosher competente en la sección de congelados de tu supermercado y, además, debes asegurarte de no mezclarla con nada lácteo.

Pero ¿qué es la carne kosher?

Especies


Mamíferos: Solo están permitidos aquellos animales que son rumiantes y tienen la pezuña partida, por ejemplo, carnes de res, venado, carnero y cabra. Las carnes de porcino, caballo y conejo no están permitidas.


Aves: La Torá menciona una lista de aves que no se pueden consumir, pero la identidad de muchas no es clara. Por lo tanto, solo están permitidas aquellas aves sobre las cuales hay una tradición de que son kosher, por ejemplo, la paloma y el pollo.


Criaturas acuáticas: Solo están permitidos los peces que poseen aletas y escamas. No es de sorprenderse, entonces, que la carpa sea un pescado popular para el guefilte fish. El bagre, sin embargo, no debe estar en una mesa kosher. Los mariscos y los anfibios, tampoco.


Faena


Los pájaros y los mamíferos deben ser faenados de una manera especial oportunamente prescrita. Un profesional entrenado corta los vasos sanguíneos principales del cuello con un cuchillo bien afilado en un procedimiento indoloro conocido como shejitá.


Lo Mejor Para la Salud


Únicamente los animales que están en forma y son saludables son kosher. La carne kosher debe pasar un riguroso examen postmortem para asegurarse que el animal estaba sano. La carne de los animales que pasan la prueba con un 100% de certeza se conoce como "Glatt Kosher".


Lo que No Va

La sangre no es kasher. Por esta razón, la carne kasher se sala y enjuaga varias veces para eliminar cualquier resto de sangre. La Torá, también, prohíbe comer el nervio ciático y ciertas grasas. Dada la dificultad de remover los nervios y las grasas, los cortes kosher del cuarto trasero del animal se encuentran con escasa frecuencia.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193

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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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