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El Esav de la Torá - Descubriendo Potenciales Ocultos - El Vecino Celoso - El Shema Antes de Dormir

 

                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

No. 283

Toldot

Horario de velas  en Montevideo 

Viernes 29 de noviembre 19.24

                                                                                        

EL ESAV DE LA TORÁ

Por Yanki Tauber

¿Cómo se debe juzgar a una persona, por lo que es o por lo que puede llegar a ser? Eso, dicen los maestros jasídicos, depende de quién sea esa persona.

Si eres tú mismo, debes juzgarte por tus acciones, no por tu potencial. No puedes decirte a tí mismo: “Bueno, últimamente he estado un poco holgazán y me he equivocado un poco, pero sé que puedo ser mejor. Ese es mi verdadero yo, no la persona que el resto del mundo ve”. Por el contrario, si sabes que puedes hacerlo mejor, debes hacerlo mejor. ¿Para qué si no, se te otorgan tus talentos y recursos? ¿Para que se pudran por el mal uso dentro de sus envoltorios?

Sin embargo, si la persona que está siendo juzgada es otro, debes adoptar el enfoque opuesto. Después de todo, no tienes forma de saber, y ciertamente no tienes forma de comprender verdaderamente, las circunstancias que impiden que esa persona realice su potencial. Así que, si ves a alguien que es un verdadero desastre, no te fijes en lo que es, sino en lo que esa persona puede llegar a ser. De hecho, dice el Rabino Schneur Zalman de Liadi en su Tania, cuanto peor esté esa persona, mayor será la admiración que debes tener por ella.

¿Por qué? El Rabino Schneur Zalman basa su asombrosa afirmación en un dicho de los sabios del Talmud: “Cuanto más grande es una persona, mayor es su inclinación al mal”. De hecho, es lógico: de lo contrario, ¿cómo podríamos decir que D-os le ha otorgado a cada individuo absoluta libertad de elección? ¿Acaso no vemos personas que se ven desafiadas por adicciones y tentaciones mucho mayores que todo lo que nosotros mismos enfrentamos? Si a esa persona también se le ha otorgado el poder de controlar su vida, eso significa que también ha sido fortificada con fortalezas espirituales mucho más allá de las que posee la persona “promedio”.

Las implicaciones de esto son dobles: si ves a una persona verdaderamente grandiosa, debes saber que ha luchado con demonios más siniestros y poderosos que cualquier cosa con la que hayas tenido que lidiar jamás. Y si ves a alguien que se ha hundido en profundidades que ni siquiera puedes imaginar, debes saber que esta persona está bendecida con potenciales igualmente insondables.

Esto, dice el Rebe de Lubavitch, es el significado más profundo detrás de un curioso comentario de Rashi sobre los versículos iniciales de la parashá de Toldot. Toldot comienza: “Estas son las toldot (generaciones) de Isaac, el hijo de Abraham”. Rashi explica: ¿quiénes son estas “generaciones”? “Jacob y Esav, de quienes se habla en la parashá”. Pero, ¿no es eso obvio? ¿Por qué Rashi necesita explicarlo?

La explicación estándar es que, en la Torá, la palabra toldot puede tener varios significados. Puede significar “hijos” y “descendientes”, y también puede significar “productos” y “hechos” (todos los cuales son “generados” por una persona). Dado que el relato del nacimiento de Jacob y Esav no sigue inmediatamente al versículo inicial de la parashá, y dado que la parashá de Toldot también describe eventos y hechos de la vida de Isaac, puede haber alguna duda sobre cómo traducir la palabra toldot en este contexto. Por eso, Rashi siente la necesidad de decirnos que, en este caso, se refiere a “Jacob y Esav de quienes se habla en la parashá”.

Pero, dice el Rebe, también hay otro significado implícito en el comentario de Rashi. En un nivel más profundo, Rashi está abordando la pregunta: ¿Cómo es posible que unos padres tan justos y santos como Isaac y Rebeca, y un entorno tan justo y santo como su hogar, produzcan un hombre malvado y violento como Esav? Después de todo, Esav era el hermano gemelo de Jacob, y compartía el mismo acervo genético y la misma educación. Jacob tiene sentido. Pero, ¿de dónde viene Esav?

De hecho, dice Rashi, el malvado Esav no es un “producto” de Isaac y Rebeca, sino un monstruo de su propia creación. ¿Quiénes son los Toldot de Isaac? Jacob y Esav de quienes se habla en la parashá. El Esav de la Torá es un hombre de gran potencial para el bien, tan grande como el mal al que se dejó llevar.

A Esav, esto le dice: Mira lo que podrías ser. A nosotros, esto nos dice: La próxima vez que veas a un Esav, míralo de nuevo.

DESCUBRIENDO POTENCIALES OCULTOS

"Los sirvientes de Isaac cavaron en el valle y encontraron allí una fuente de agua fresca." (Bereshit 26:19)

A pesar de que cavar pozos ciertamente servía para avanzar más la civilización donde fueran cavados, más importante era que ejemplificaban el mensaje de Isaac al mundo. A diferencia de llenar un pozo con agua traída de otro lugar, cavar un pozo revela una fuente ya existente de agua oculta debajo de capas de tierra. De esta forma, mientras que el mensaje de Abraham al mundo fue: “Permítanme revivirlos con el agua refrescante de la conciencia Divina”, el mensaje de Isaac fue: “Ahora que han sido revividos, busquen su fuente interna de agua. Quiten toda la tierra que entorpece su vida, y revelarán dentro de ustedes un manantial de percepción Divina. Esta conciencia saciará su sed espiritual durante toda su vida.”

El cavado de pozos de Isaac nos enseña que nuestros instantes de entendimiento o inspiración deben ser seguidos por un auto mejoramiento y refinamiento para que produzcan cambios duraderos.

Torá Or 17c; Likutei Sijot, vol. 1, págs. 27-29, vol. 5, págs. 71, 72, vol. 15, págs.194, 195, vol. 25, págs. 123-130.

Génesis (Bereshit) 25:19 – 28:9

La sexta sección del libro de Génesis describe la historia (Toldot, en Hebreo) de Isaac y sus hijos, el justo Jacob y el malvado Esav. Comienza relatando sus nacimientos, que vaticinan su futuro conflicto. Esav, el primogénito, le vende su primogenitura a Jacob. La narrativa luego sigue a Isaac en Filistea, enfocándose en el curioso proyecto de cavar pozos. Luego vemos a Esav casarse. Poco después, Rebeca toma la iniciativa de engañar a Isaac para que le conceda a Jacob sus bendiciones en vez de a Esav. Luego de darse cuenta que Rebeca estaba en lo correcto, Isaac envía a Jacob a Aram para que se case con la hija de uno de sus parientes.

EL VECINO CELOSO

Por Yanki Tauber

Rabí Israel Baal Shem Tov dijo una vez a sus discípulos:

“Había una vez dos vecinos, un estudioso de la Torá y un trabajador pobre. El estudioso se despertaba antes del amanecer, corría a la sala de estudio y estudiaba durante varias horas. Luego rezaba largamente y con gran devoción, se apresuraba a volver a casa para tomar un bocado rápido del desayuno y regresaba a la sala de estudio para estudiar más horas. Después de la comida del mediodía, iba al mercado y realizaba algunas transacciones mínimas, solo lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, y luego regresaba a la sala de estudio. Después de las oraciones vespertinas y la comida de la noche, se sentaba nuevamente a estudiar los libros sagrados hasta bien entrada la noche.

“Su vecino también se despertaba temprano, pero su situación no le permitía estudiar mucha Torá: por más que luchaba por ganarse la vida, apenas lograba poner pan en la mesa. Rezaba rápidamente con el primer minyán al amanecer y luego su trabajo consumía todo su día y la mayor parte de su noche. En Shabat, cuando finalmente tenía la oportunidad de tomar un libro en sus manos, pronto se quedaba dormido de cansancio.

“Cuando los dos vecinos se cruzaban en el patio, el erudito lanzaba una mirada de desprecio y se apresuraba a sus santas ocupaciones. El pobre trabajador suspiraba y pensaba para sí mismo: Qué desafortunada es mi suerte y qué afortunada la suya. Los dos tenemos prisa, pero él se apresura a la sala de estudio, mientras que yo me voy a mis cargas mundanas.

“Entonces, sucedió que los dos hombres concluyeron su estadía en la tierra, y sus almas se presentaron ante la corte celestial, donde la vida de cada hombre se pesa en la balanza del juicio divino. Un ángel defensor colocó las muchas virtudes del erudito en el platillo correcto de la balanza: sus muchas horas de estudio de la Torá, sus oraciones meditativas, su frugalidad y honestidad. Pero entonces llegó el ángel acusador, que colocó un único objeto en el otro lado de la balanza: la mirada de desprecio que el erudito lanzaba ocasionalmente a su vecino. Lentamente, el lado izquierdo de la balanza comenzó a descender, hasta que igualó y luego superó la formidable carga del lado derecho.

“Cuando el pobre trabajador se presentó ante la corte celestial, el acusador cargó su miserable vida espiritualmente vacía en la balanza izquierda. El ángel defensor sólo tenía un peso que ofrecer: el suspiro triste y codicioso que el trabajador emitia cuando se encontraba con su erudito vecino. Pero cuando se colocó en el lado derecho de la balanza, el suspiro contrapesó todo lo que estaba en el lado negativo, elevando y validando cada momento de dificultad y miseria en la vida del trabajador”.

EL SHEMÁ ANTES DE DORMIR

Los psicólogos que estudian el tema de los sueños nos dicen que los últimos cinco minutos conscientes de cada día determinan aquello que soñaremos de noche. Y todos sabemos que la manera en que dormimos de noche determina, en gran medida, la forma en que funcionaremos al día siguiente.

Hay una razón muy buena para acostumbrarse a la rutina del “Shemá de ir a dormir”. Encuéntrala en tu libro de oraciones. Hazlo así:

Relájate

No trates de hacerlo de prisa como hiciste hoy con el tránsito de la hora pico. Haz una pausa. Deja de lado todos los pensamientos enloquecedores del día que pasó. Vacía la mente.

Re-examina

Deja que los momentos más destacados del día pasen por tu mente. Busca los destellos de belleza que viniste a buscar a este mundo. Descarta la basura, los enredos. La próxima vez lo harás bien.

Refresca

Conviene que olvides todos esos embrollos. La mejor forma de lograrlo es olvidando los líos de los demás que te afectaron. Tal como solía decir el sabio talmúdico Rava: “A los que ignoran el impulso de ser exactos, se les ignoran todos sus pecados en el registro Celestial”.

Es por eso que antecedemos el “Shemá de ir a dormir” con un breve párrafo compuesto por el Rabí Isaac Luria, en el que declaramos nuestro perdón a todos los que puedan habernos ofendido.

Reenfócate

Ahora di el Shemá Israel, declarando que detrás de todo lo que ocurrió hoy hay un solo D-os. Dilo con un intenso enfoque mental y de ese modo se te purificará el alma.

Arrepiéntete

Piensa en la bondad de D-os, que te permite empezar de nuevo cada día. Di la plegaria de Vidui (confesión) que viene después del Shemá. Acerca tu alma a Él y aléjala de todo lo que te ata.

Vuelve a confiarle…

Concluye el Shemá con la bendición Hamapil, en la que pides una noche tranquila confiándole tu alma a las fieles manos de D-os y alabándolo por todo lo que presenciaste hoy, o sea, que Su gloria ilumina el mundo entero. Una vez que dijiste esa bendición, evita comer y beber hasta que te vuelvas a despertar.

¿Te cuesta quedarte dormido? Trata de decir, pensar o visualizar las palabras del Shemá.

 

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