El Verdadero Tu - Brillar como las Estrellas - El Taxista - Shajarit
No. 280
Lej lejá
Horario de velas en Montevideo
Viernes 8 de noviembre 18.57
EL VERDADERO TU
Por Lazer Gurkow
Conozco a alguien que es padre de tres, un esposo dedicado, exitoso doctor, director de su equipo de fútbol, entrenador del equipo de su hijo, amigo en su círculo social y, como si no fuera poco, también un niño perpetuo en los ojos de sus padres. Su respuesta para cada situación depende fundamentalmente de su contexto social. El director agresivo responde distinto al esposo afectivo. Su respuesta como padre es diferente de su respuesta como amigo. El doctor profesional es diferente del eterno hijo. Frecuentemente le incomoda la pregunta ¿quién soy? ¿Cuál es mi respuesta interna a cada situación? Todos deberíamos hacer esa pregunta. En algún lado debajo de la ropa que visto y los roles que cumplo está oculto mi yo real, ¿a qué se parece? ¿Quién es él?
Esto es precisamente lo que D-os le dijo a Abraham. “Ve a ti mismo de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (Bereishit 12:1). Primero a Abraham se le ordena dejar su tierra. Nuestros caracteres están moldeados por el clima y la atmósfera del país donde vivimos. Entonces se le dijo que deje su lugar de nacimiento. Nuestra personalidad está aún más condicionada por los hábitos, ideas y cultura de nuestras inmediaciones. Finalmente le dijo que deje la casa de sus padres. El tercero y más crítico formador de nuestro carácter son los valores y ética de la casa de nuestros padres. Las experiencias de nuestra juventud y los principios en los que fuimos criados están profundamente grabados en nuestra mente. Ellos son las poderosas fuerzas que moldean la persona que estamos destinados a ser. Pero D-os le dijo a Abraham, “Ve a ti mismo”, deja esas influencias atrás y encuéntrate a ti mismo. Deja tu país, deja tu lugar de nacimiento, deja la casa de tus padres y encuentra quien eres.
Embarcarse en la búsqueda de uno mismo suena intrigante, pero es también engañoso. No vamos a encontrarnos a nosotros mismos despojándonos de las influencias de nuestro juventud o de los roles que desempeñamos como adultos. Tu verdadero ser no está divorciado de los roles que cumples. Eres el padre y eres el hijo, eres el entrenador y eres el esposo. No estás funcionando en la mente de otro cuando cumples esos roles. La cuestión está en aferrarse a quien somos aun cuando desempeñamos nuestro rol, para que nuestros roles reflejen nuestra personalidad, en vez de definirla.
Lo mismo es cierto para las influencias de nuestra juventud. No está mal ser influenciado por otros, solo está mal permitir que dichas influencias definan quienes somos. D-os no le dijo a Abraham “Vete de tu país”, lo cual hubiera significado abandonar las influencias de tu juventud. D-os dijo “Ve a ti mismo de tu país”, qué significa encuéntrate a ti mismo dentro de la persona que fue influenciada por su país. Evita que la influencia de tu país te defina. En su lugar, define para ti mismo como mejor usar los hábitos y valores que absorbiste en tu país de origen.
El abandono total de nuestro pasado no es algo realista. No podemos borrar las experiencias de nuestra juventud; ellas son el molde en que fueron formados nuestros caracteres. No podemos escaparnos de ellas sin escaparnos de nosotros mismos. No podemos cambiar nuestro pasado; podemos volvernos prisioneros de él o usarlo al servicio de nuestro verdadero ser.
Este es el significado de las palabras “Ve a ti mismo de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tu padre ”. No descartes todo lo que aprendiste en la casa de tus padres y todo lo que tomaste de tu lugar de nacimiento y país. Al contrario empléalos al servicio de ayudarte a encontrar tu verdadera voz. Salva todos los elementos positivos de tu pasado aun cuando descartes los negativos.
Al buscarnos a nosotros mismos siempre debemos recordar que el propósito de D-os al crearnos fue que Lo podamos servir. Por lo tanto, cualquier cosa relacionada con el servicio a D-os refleja nuestro más profundo y verdadero ser. Por esto D-os le dijo a Abraham “[Ve] a la tierra que te mostraré”.
La Tierra Santa contribuye a un estilo de vida santo; al estudio de la Torá de D-os y la observancia de Sus mandamientos. Adam fue creado en Israel porque la esencia de la humanidad es su capacidad de servir a D-os. Cuando nos conectamos con D-os a través de Su Torá y aprendemos a servirlo a través de sus mandamientos, encontramos nuestra verdadera voz y damos a expresión a nuestro ser más verdadero.
“La tierra que te mostraré” puede ser leído como “la tierra que mostraré ... a ti” - te mostraré quién eres realmente. La parte de nuestras vidas que está conectada con D-os es quien realmente somos; es nuestro punto de origen y verdadero ser. Todo lo demás fluye de ese punto seminal.
BRILLAR COMO LAS ESTRELLAS
[D-os le dijo a Abraham,] “Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, ¡si puedes contarlas! Así será tu descendencia.” (Bereshit 15:5)
A pesar de que el significado simple de esta frase es que el pueblo judío sería eventualmente tan numeroso como las estrellas, su significado metafórico es que ellos brillarán como las estrellas; su luz es tan brillante que incluso aquellos caminando en la densa oscuridad no tropezarán.
Todos nosotros somos las “estrellas brillantes” de Abraham, teniendo suficiente fortaleza moral y espiritual para evitar que aquellos a nuestro alrededor tropiecen y para ejercer una influencia positiva en ellos.
Haiom Iom, 5 de Marjeshván
Génesis (Bereshit) 12:1 – 17:27
La tercera sección del libro de Génesis comienza con la crónica de Abraham, quien fue seleccionado por D-os para fundar el pueblo judío. El nombre de esta sección (Lej Lejá) está tomado de las primeras palabras de D-os a Abraham: “Ve...”, en el cual El le dice que deje su Mesopotamia natal (hoy en día Irak) y se asiente en la Tierra Prometida. A lo largo de sus viajes Abraham desafió el paganismo, difundiendo la conciencia de la fuente de toda realidad y de su continua dependencia en un único D-os.
EL TAXISTA
Por Eliezer Shemtov
Hace poco estuve en Buenos Aires y tuve la oportunidad de tomar un Taxi. Era de noche y me llamó la atención el hecho que el taxista no tuviera las luces prendidas.
En el transcurso de la conversación con el taxista le pregunté por qué andaba con las luces apagadas.
"Lo que pasa es que hay suficiente luz en la calle y no hace falta que las prenda para ver el camino," me explicó amablemente.
"Pero, ¿por qué conformarse con la luz de los demás y no generar la suya propia? Fíjese que con prender las luces de su auto, no sólo ilumina los pocos metros delante suyo, sino que agrega luz a toda la ciudad de Buenos Aires..."
El hombre sonrió, prendió las luces y poco después llegué a mi destino.
¿Por qué cuento esta historia tan aparentemente insignificante?
Creo que encierra una enseñanza muy interesante.
Cada tanto uno se pregunta para qué sirve lo que hace.
Hay distintas maneras de determinar el valor de lo que uno hace:
1) Una manera es medirlo según su valor utilitario, o sea si lo que hace agrega o no algo con valor tangible y medible.
2) Otra manera de medir el valor es según la satisfacción personal que genera. O sea, aunque no agregue nada de valor objetivo, se justifica por el valor subjetivo y personal.
3) Después hay otra clase de justificación: el simbolismo. A veces el hacer algo genera una energía y onda en el mundo que no es medible tangiblemente pero altera al mundo entero aunque sea imperceptible para el ojo no adiestrado. Fíjese, querido lector, que esta anécdota de la conversación que tuve con el taxista de Buenos Aires está siendo leída por Ud. y miles de personas más (espero…) y tiene la posibilidad de motivarlo para hacer algo concreto aunque se encuentre muy lejos del evento del cual estamos hablando…
El agregar luz propia en vez de conformarse con la luz ya existente, es una actitud que si fuera multiplicada por todos, alteraría al mundo entero hasta, inclusive, de una manera perceptible.
Somos creaciones divinas, cada una con la capacidad de iluminar al mundo de una manera única, y, como aquel taxista en las calles iluminadas de Buenos Aires, aunque brille el sol afuera, podemos agregar una luz propia y única para hacer de este un mundo mejor.
SHAJARIT
El sol ha salido; comienza un nuevo día. Es momento de subir una escalera, ascender a las esferas celestiales y fortificar nuestra sensibilidad con D-os y la espiritualidad. Después de este impulso diario descendemos, equipados para afrontar el dia y los desafíos que este presente.
Esta escalera es la plegaria de la mañana, shajarit, recitada en algún momento entre el amanecer y el mediodia (cuando antes mejor). La plegaria dura, en promedio, una media hora. Shajarit es precedido por varias páginas de bendiciones preliminares y plegarias. Después de este preámbulo, comienza el ascenso.
Primer Escalón
Contenido: Hodu, una serie de versículos que alaban al Todopoderoso, y los Salmos 30 y 67.
Tema: El simple reconocimiento de D-os como Amo del Universo y el compromiso a obedecer su voluntad.
Segundo Escalón
Contenido: "Versículos de Alabanza", una serie de Salmos (lo principal siendo los Salmos 145 a 150), precedidos por una bendición (Baruj Sheamar) y seguido por otra (Ishtabaj).
Tema: Despertar un apego emocional a D-os a traves de la concientización de Sus maravillosos actos.
Tercer Escalón
Contenido: El Shemá, precedido por dos bendiciones y seguido por una.
Tema: Contemplar el funcionamiento de los mundos superiores y la comprehensión de la grandeza de D-os y su unidad.
Cuarto Escalón
Contenido: La Amidá
Tema: La Amidá es cuando uno se para ante D-os y se dirije a El directamente, pidiendo por sus necesidades. Esta cercanía indica una completa unidad con D-os, una revelación de la conexión intrínseca que nos conecta con el Creador, una conexión que trasciende la emoción o el intelecto. Esta plegaria se recita parado en forma firme, y en voz baja.
Descendiendo
La Amida es seguida por plegarias de penitencia, una breve lectura de la Torá los lunes y jueves (y algún otro dia festivo), el "Cántico del Día", seguido por los himnos "Ein k'Elokeinu" y "Aleinu".
Notas:
• Los hombres adultos se ponen tefilín y talit durante el transcurso de la plegaria.
• Cuando hay diez hombres, se recita el kadish varias veces durante la plegaria, y quien dirije la plegaria repite la Amidá en voz alta mientras el resto responde "Amen".
• En días especiales (Shabat, festividades, dias de ayuno) ciertas plegarias se agregan u omiten.
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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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