Cultura

Mónica Packer nos cuenta sobre su muestra Vidas

Curriculum

1977. Taller Felix Bernasconi
1984. Club de Grabado
Mención Salon Nacional
1999. Salón Ana Frank. Gran Premio
Salón B. Brith 1er Premio 2015.
Muestra MNAV colectiva Felisberto Hernandez

¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos al arte?

Sábanas blancas

 

Mis primeros acercamientos al arte fueron durante los preparatorios de arquitectura. Mientras cursaba el segundo año de la facultad, comencé a asistir al taller de Félix Bernasconi. Fue en ese momento cuando decidí dejar la carrera para dedicarme completamente al arte. En 1978, en plena dictadura, la Escuela de Bellas Artes estaba cerrada, por lo que me formé en talleres particulares.

Aunque me gustaba proyectar y diseñar, sentía que la arquitectura no era solo eso, y ser artista era una palabra mal vista, especialmente en cuanto a las perspectivas laborales. Así que trabajé en la empresa familiar, y por las noches me dedicaba a pintar.

La Marcha

 

Esos años fueron muy efervescentes. Los horarios del taller eran libres, lo que permitía un vínculo muy cercano con otros artistas. Asistíamos juntos a exposiciones, y otros artistas venían a dar charlas, lo que era muy enriquecedor. En 1978 no existía internet, solo libros teóricos y láminas; era todo muy diferente. Comenzábamos pintando naturalezas muertas, comprábamos las frutas y verduras, y también hacíamos dibujo de modelo vivo.

Siempre recuerdo las palabras de Bernasconi sobre lo abstracto: para saber "deshacer", primero hay que saber hacer. Hoy en día hay mucho video, fotomontaje y técnicas diversas, pero en aquel entonces, el proceso era más manual y directo.

¿Cuál fue tu primera experiencia?

Mi primera exposición fue junto a Analía Sandleris y Andrés Vivo, en una galería muy pequeña que creo que ya no existe, llamada "La Brecha", en Ciudad Vieja. Siempre participaba en salones como el Municipal, el Nacional y el del Automóvil Club. Creo que en esa época había más oportunidades para los principiantes.

También envié obras al exterior, como un concurso en La Paz, Bolivia. Recibí menciones y pequeños reconocimientos mientras continuaba mi formación, por ejemplo, en el Club de Grabado con maestros como Guillermo Fernández, Mirta Badaró, entre otros.

Ese primer momento en que vi mi obra en una sala o museo fue muy emocionante. En 1999 gané el premio B'nai B'rith, y ese mismo año también obtuve el Gran Premio Ana Frank, lo que me permitió viajar a Holanda para exhibir mi trabajo.

Esa exposición fue el detonante de mi acercamiento al tema judío desde el arte. En 2008, trabajé en el Proyecto Shoá con una obra sobre los niños de Terezín, y en 2009 viajé a Yad Vashem para estudiar. Fue también en esa época cuando mi padre comenzó a hablar sobre sus vivencias durante la Shoá.

Paralelamente, trabajé en otras series, y llegué a ser conocida como "la artista de los cuadros rojos". Utilizo mucho collage en mis obras y, en general, suelo escribir mucho en ellas: a veces brajot en hebreo, otras veces bendiciones en español, dependiendo del contexto. Además, he hecho cinco obras en homenaje a Frida Kahlo.

En esta muestra Vidas, hay una réplica de la obra hecha en papel gofrado, ya que la original, al ser de jabón, fue efímera. En ese momento sentí que había obtenido mi "diploma" en la carrera artística, ya que no tengo un título formal, como mencioné antes, debido al cierre de la Escuela de Bellas Artes.

A lo largo de mi trayectoria, he trabajado mucho y en diversos lenguajes artísticos.

Hablame de Vidas.

Yo sabía que quería un espacio íntimo, pero nunca imaginé que E. Aguerre me ofrecería el MNAV. Elegí la sala 3, que está semidividida en tres partes: Antes, Durante y Después. Aunque es una muestra que toca el tema del Holocausto, está pensada para los sobrevivientes, de ahí el nombre Vidas. Mi padre no fue el único, y siento que logré fusionar mi arte con el tema propuesto.

Fue un proceso duro y arduo seleccionar el material, evitando caer en un realismo extremo, pero tampoco siendo demasiado ingenua. Siento que lo logré, y ese es también el feedback de quienes han visitado la muestra, algunos incluso por segunda vez. Es una exposición para ver, leer y reflexionar. Te enfrenta con la parte más cruel del ser humano, sin mostrar imágenes impactantes, pero también te conecta con la fuerza interior de los sobrevivientes, quienes lograron reconstruir sus vidas.

Por eso se llama Vidas, en honor a todos ellos.

La noche de los cristales rotos

 

Todos quedaron marcados

 

 

 

 

 

Janet Rudman
(17 Septiembre 2024 , 17:10)

Ultimas Noticias Ver más

El final de un asesino, mas no del terrorismo
Israel

El final de un asesino, mas no del terrorismo

17 Octubre 2024


Por Alberto Jabiles Schwartz Fuente: https://www.laestrella.com.pa/

Esta página fue generada en 0.0993872 segundos (2668)
2024-10-18T06:21:58-03:00