Janet Rudman

Janet Rudman

Me gusta leer y escribir. Encontré en la lectura y la escritura una forma de canalizar mi esencia. Leo con la misma pasión con la que tomo café. Me gusta escribir sobre historias mínimas. He trabajado en varios proyectos editoriales uruguayos que construían identidad judía: Kesher, TuMeser, Jai y ahora formo parte del staff de SemanariohebreoJai.

Columna de opinión

A 30 del fallecimiento del Rebe Menajem Mendel Schneerson Z”L

Hace 20 años, colaboré en un número especial de la revista Kesher de Jabad en honor a los 10 años del fallecimiento del Rebe Menajem Mendel Schneerson Z”L, de bendita memoria. 

Fue el inicio de una nueva etapa en la revista Kesher, en la que asumí el papel de editora y ejecutiva comercial. Mi responsabilidad incluía asegurar el financiamiento a través de anunciantes comerciales y colaboradores, seleccionar el contenido con la previa aprobación del Rabino Shemtov, elegir la imprenta y coordinar la puesta en máquina y la logística.

Frente a mi escritorio había una foto enorme del Rebe. Siempre me dijeron que los judíos no adoraban imágenes. Al principio, me producía cierta inquietud, pero con el tiempo empecé a mirarlo a los ojos y encontré una paz especial en su mirada. No sé si fueron las entrevistas que realicé a quienes tuvieron citas personales con él o lo que leí sobre su capacidad de mirar a las personas y saber mucho más de lo que la propia persona sabía de sí misma.

Con el tiempo, descubrí que en Jabad se acepta al otro sin hacer muchas preguntas. Solo importa que seas judío, y hoy día eso no es poca cosa. La frase que perduró conmigo toda la vida fue: “una mitzvá es una mitzvá”, y la idea de ir paso a paso. Cada uno, según las enseñanzas del Rebe, elige qué mitzvá cumplir. Siempre recordé lo que decía el Rabino Eliezer Shemtov: que debemos mirar el espejo retrovisor de nuestra historia para vislumbrar y concretar nuestro presente y futuro como judíos.

El judaísmo no se transmite simplemente al leer a Isaac Bashevis Singer, quien nos relata el judaísmo del shtetl. Haber pasado por Jabad me facilita leer y entender cómo era la vida judía en esos años, algo que un maestro de la literatura refleja en cada frase de sus libros.

El judaísmo tiene que ver con la acción; eso es lo que va a perdurar. Hay judíos que buscan espiritualidad en otra parte porque no conocen la riqueza de nuestra religión. El Rebe tuvo la brillante idea de enviar shlujim a todas partes del mundo para difundir el judaísmo. Dentro de Jabad, hay rabinos de todo tipo y origen, y el acercamiento que se produce en cualquier Jabad del mundo es algo casi inédito. Es mucho más que una comunidad, es un mundo de valores compartidos.

Lo que aprendí en Jabad, por ósmosis y porque nadie me explicó mucho, y lo que leí en tantos libros en la época del papel, me grabó a fuego mi manera de ver el mundo judío. Me preparó para conocer otros tipos de judaísmo.

Jabad me dejó una sensación de pertenencia, un lugar no físico, porque ya se ha mudado la institución varias veces desde que me fui, pero sí un lugar donde encuentro judaísmo.

En la noche de Shavuot, hubo una actividad en Jabad en la cual varias personas de diferentes generaciones hablaban de “semitismo” o, como yo prefiero decir, de “judaísmo”. Me llenó el alma cómo cada uno, una abuela, un escolar, un liceal, un hombre adulto, contaba su historia personal en relación al contenido de vida judía que reciben a través de Jabad Uruguay.

Cuando Jabad llegó a Uruguay, salían con una camioneta que anunciaba en las calles el horario de encendido de las velas de Shabat. En ese entonces, recibieron críticas y cuestionamientos de todo tipo dentro de la comunidad judía. Hoy en día, casi todas las instituciones judías de Uruguay —y a veces sentimos que hay más instituciones que judíos— publican en redes sociales el horario de las velas de Shabat.

La idea de una menorá pública era impensable cuando el Rabino Eliezer Shemtov llegó a Uruguay. No porque hubiera una ola de antisemitismo en esa época, sino porque en Uruguay no se veía bien expresar el judaísmo fuera de las sinagogas.

Durante muchos años, llevé una foto del Rebe en mi billetera, y cuando algún miembro de mi familia atraviesa un momento delicado de salud, le escribo una carta al Rebe en el Ohel, el lugar donde está enterrado. Sin duda, Jabad quedó conmigo para toda la vida.

Janet Rudman
(6 de Julio de 2024 a las 18:55)

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