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La Gran Sucá - Regocijo Después del Arrepentimiento - El Etrog Dañado - La Sucá

 

 

 

 

 

No. 223

La Gran Suca

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Horario de velas en Montevideo, viernes  29/9 18:29 hrs

Sábado después de 19.25 de llama preexistente

Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

LA GRAN SUCÁ

Por Yanki Tauber

La vida judía es un calendario de objetos: el shofar sonó en Rosh Hashaná, la sucá fue construida para Sucot, el aceite o las velas alumbrarán en las noches de Jánuca, la matzá se pondrá sobre la mesa para que la comamos en Pesaj, y así sucesivamente.

Los objetos deben tener un cierto tamaño. Una silla de 3 centímetros no es una silla, ya que no podemos sentarnos en ella, ni tampoco lo es una de 30 metros. Es por eso que la Halajá, el código de leyes que definen la vida judía, está llena de especificaciones: la cantidad mínima de matzá que debemos comer en Pesaj, la altura máxima que puede tener la menorá de Jánuca. Para que algo sea “esa” cosa, no puede ser ni muy pequeña ni muy grande.

La sucá se define como una “morada temporal” que, por un período de siete días que comprende la festividad de Sucot, se convierte en el hogar de los judíos. Por lo tanto, tiene una altura mínima –por debajo de diez tefajim, aproximadamente 101.6 centímetros, no se considera “morada”, sino un lugar para agacharse. Tampoco puede ser muy alta, si el techo es más alto que 20 amot, alrededor de 9 metros, respecto del piso, la sucá es demasiado masiva para ser considerada una morada temporal. La Torá también especifica el largo mínimo que debe tener la sucá, la cantidad de paredes que debe poseer, el espacio máximo permitido para huecos en las paredes, debajo y arriba de estas. Y así sucesivamente. Ciertas partes del tratado Talmúdico de Sucá y los correspondientes capítulos del Código de Ley Judía parecen más un manual para un ingeniero que un texto religioso.

Existe una sola excepción a todas estas especificaciones: no hay límite para el largo y ancho de la sucá. Esta puede ser del tamaño de una ciudad, o de un continente, aun así, seguirá siendo una sucá kasher.

Esta norma va en contra de todo lo que hemos dicho respecto de los objetos y de las moradas. Pero el Talmud deduce esto de un versículo de la Torá, y el Rebe de Lubavitch explica su centralidad respecto de la temática de la festividad de Sucot para cuyo fin es construida la sucá.

El versículo reza lo siguiente: “En Sucot (cabañas) morarán por siete días, todos los ciudadanos del pueblo de Israel habitarán en Sucot” (Vaikrá 23:42). En este versículo, la palabra en hebreo sucot, el plural de sucá, se escribe sin la letra vav, de forma tal que también puede ser leída como sucat, “la sucá (de)”. Por lo tanto, dicho versículo también nos dice, conforme al sistema exegético de múltiples significados que tiene la Torá, que “todos los ciudadanos del pueblo de Israel habitarán en la sucá”. El Talmud explica que la Torá pretende que infiramos que “es propicio que todo el pueblo de Israel habite una misma sucá”.

Cada una de las festividades es “un espacio en el tiempo” que imparte su cualidad espiritual particular en el ciclo de la vida judía: libertad en Pesaj, sabiduría en Shavuot, y así sucesivamente. La cualidad que nos transmite Sucot es la unión. Nuestra interdependencia y unicidad como pueblo se expresa por medio de las cuatro especies utilizadas en Sucot y por el abrazo que la sucá le proporciona a cada judío, cada clase de judío y a cada individuo, dentro de sus paredes.

Por lo tanto, es fundamental que “todo el pueblo de Israel habite la misma sucá”. La gran sucá, aquella que es lo suficientemente grande como para hospedar a todos los judíos juntos, no puede ser una violación de la definición de “sucá”, ya que de hecho es la expresión más adecuada.

Claro está que nosotros construimos sucot significativamente más pequeñas. Como seres finitos que somos, somos limitados en tiempo, recursos y capacidad. Pero sin importar el tamaño de la sucá que construyamos, debemos asegurarnos de que sea “grande” en esencia, un hogar acogedor para todos nuestros hermanos.

         

REGOCIJO DESPUÉS DEL ARREPENTIMIENTO

Los Hombres de la Magna Asamblea establecieron Sucot como “el tiempo de nuestro regocijo”, y uno debe regocijarse adicionalmente, más que en otras festividades. Ya que aunque las demás son todas de hecho “festividades para regocijarse,” únicamente Sucot es definida como “el tiempo de nuestro regocijo.”

La razón es quizás la siguiente: En Pesaj y en Shavuot, los judíos están al nivel de tzadikim. Pesaj era una preparación para recibir la Torá en Shavuot, y en Sinaí los judíos era como convertidos y por lo tanto fueron considerados niños recién nacidos, totalmente sin culpa o mancha. Sin embargo, en Sucot, que sigue al arrepentimiento y la expiación de Iom Kipur, están al nivel de ba’alei teshuva.

Por lo tanto, hay regocijo adicional en Sucot, ya que regocijo de un ba’al teshuva es superior al de un tzadik. El regocijo de un tzadik es comparado al de un hijo que nunca se ha separado de su padre; sin embargo, el regocijo de un ba’al teshuva es como el poderoso regocijo de un hijo que estuvo separado de su padre una gran distancia y ha vuelto, alguien distante que se acerca.

Sijat Simjat Beit Hasho’eiva 5720

EL ETROG DAÑADO

Por Dov Greenberg

Hay una historia conmovedora sobre la festividad de Sucot, relatada por el laureado novelista Premio Nobel israelí, Shmuel Yosef Agnón.

La ley judía ordena que el judío adquiera un etrog, o citrón, antes de la fiesta de Sucot, y recite una bendición sobre él cada día de la fiesta (excepto en Shabat).

Agnon relata que poco antes de Sucot en su barrio de Talpiot en Jerusalén, se encontró con uno de sus vecinos, un rabino mayor venido de Rusia, en la tienda de venta de etroguim.

El rabino le dijo a Agnon que como la ley judía considera singularmente especial adquirir un etrog muy bonito, y estéticamente perfecto, deseaba gastar una gran suma de dinero para adquirir este objeto ritual, no obstante sus medios limitados.

Agnon se sorprendió un día después, cuando la festividad comenzó y el rabino no sacó su etrog durante el servicio en la Sinagoga. Perplejo, le preguntó al rabino dónde estaba el bonito etrog.

El rabino le contó la siguiente historia: “Me desperté temprano, como es mi hábito, y me preparé para recitar la bendición sobre el etrog en mi Sucá en mi balcón. Como usted sabe, tenemos un vecino con una familia numerosa, y nuestros balcones se unen. Como usted también sabe bien, nuestro vecino, el padre de todos estos niños de la próxima puerta, es desgraciadamente un hombre de poca paciencia.

Muchas veces les grita a los niños. He hablado muchas veces sobre su aspereza pero no ha servido de mucho. Cuando estaba de pie en la Sucá en mi balcón, listo para recitar la bendición sobre el etrog, oí a un niño llorando.

Era una pequeña niña, una de las hijas de nuestro vecino. Fui a averiguar lo que estaba ocurriendo. Me dijo que ella también había despertado temprano y había salido a su balcón para examinar el etrog de su padre cuya apariencia estética y fragancia deleitable la fascinaron.

Contra las instrucciones de su padre, ella quitó el etrog de su caja de protección para mirarlo. Desgraciadamente, se le cayo el etrog al suelo, dañándolo irreparablemente y haciéndolo inaceptable para el uso ritual. Ella sabía que su padre se enfurecería y la castigaría severamente.

Esa era la razón de las lágrimas asustadas y los lamentos de aprensión. La conforté, y tomé mi etrog y lo puse en la caja de su padre, tomando el etrog dañado para mí. Le pedí que dijera a su padre que su vecino insistió en que aceptara el regalo del bonito etrog, y que así me honraría en la Festividad.

Agnon concluye: “El etrog dañado y magullado de mi vecino el rabino, ritualmente inutilizable,  fue el etrog más hermoso que he visto en toda mi vida.” 

LA SUCÁ

Qué: Una sucá en una choza construida para dar sombra. Es por esto que debe estar bajo el cielo, no debajo del techo de un patio o incluso de ramas de un árbol. La paredes se pueden hacer de cualquier material, siempre y cuando estén seguras y no se agiten con el viento. El techo, sin embargo, (llamado scaj) debe ser de materiales no procesados que hayan crecido de la tierra. Palos de Bamboo, tablillas finas de madera y ramas de árboles son opciones comunes. Solo asegúrese de usar suficiente scaj de forma que el interior de la sucá tenga más sombra que luz solar. 

Cómo: Durante 8 días, haga de la sucá su casa oficial. No se alarme: en la medida en que pueda comer allí, esta bien. Pero intente incluir cualquier otra cosa que haría normalmente en su casa, como leer un libro o hablar con un amigo. Nos sentamos en la sucá desde la noche del 14 de Tishrei hasta la noche del 22 de Tishrei.

Es una mitzvá comer todas las comidas en la sucá (una "comida" se define como más de 60 gramos de granos, como pan, torta o pasta). Algunos tienen la costumbre de comer también comidas ligeras en la sucá. Antes de comer en la suca, se recita la siguiente bendición:

Baruj Atá Adonai Eloheinu Melej Aholam asher kideshanu bemitzvotav betzivanu leishev basucá.

Bendito eres Tu, Eterno D-os nuestro, Rey del Universo, que nos santificó con Sus mandamientos y nos ordenó morar en la sucá.

Este bendición se hace cuando la comida o aperitivo incluye una comida basada en granos.

¿Está lloviendo? Si es realmente incómodo, no hay obligación de quedarse allí. Vuelva cuando mejore el tiempo. Sin embargo, muchos jasidim comen en la sucá sin importar el estado del tiempo. Es una mitzvá muy grande como para desperdiciarla...

Es particularmente importante comer por lo menos un kezait (aproximadamente 30 gramos) de pan o jalá en la primer noche de la festividad en la sucá, entre la puesta del sol y la medianoche.

Quién: Esta hermosa mitzvá se cumple tradicionalmente por toda la familia, a pesar de que, como todas las mitzvot que dependen del tiempo, la obligación de comer en la sucá se aplica a los hombres mayores de 13 años.

Por qué: La sucá conmemora las Nubes de Gloria que rodeaban y protegían a nuestros ancestros durante el viaje de 40 años por el desierto que siguió al Éxodo de Egipto. Nuestra disposición de dejar la seguridad de nuestros hogares y pasar 8 días en una choza frágil en el exterior demuestra nuestra fe en D-os y su benevolencia.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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