Elizeth , creadora de El Ätico tiene una historia bien interesante, desde Durazno a Israel, escritora, divulgadora de cultura y este concurso es fantástico, en un Israel dónde se hace dificil conseguir textos en español.
“El oasis literario israelí en español”. Ese es el eslógan de El Ático, una librería en español que funciona , en la ciudad de Ra’anana. Con esa misma idea, la de estimular la literatura en español desde y en ese país, es que se lleva a cabo la 3ª edición del Concurso Nacional e Internacional de Relatos Breves que organiza la propia librería boutique.
Lo que empezó en el rincón de una biblioteca fue tomando cada vez más cuerpo y también autonomía respecto de ese espacio público. “Nos merecemos una linda librería en español”, pensó Schluk en algún momento de todo ese camino, y entonces el proyecto viró hacia allí: Ra’anana, por su ubicación céntrica en el mapa de Israel, se volvió una gran opción por cuestiones sobre todo logísticas.
Y la librería no se quedó en librería sino que fue por más: apareció también el sello editorial El Ático que, claro, edita libros en castellano. A la par de todo ese crecimiento, primero en la biblioteca de Netanya y luego ya en El Ático, se fue desarrollando el concurso de relatos breves.
Se puede participar del certamen desde cualquier rincón del mundo.
En esta tercera edición, que cuenta con el apoyo semanariohebreojai, hay tiempo hasta el 30 de abril para inscribirse. Se trata de un certamen que cuenta entre sus jurados a la escritora argentina Viviana Rivero, el escritor vasco Iñaki Biggi, la filántropa chile Gloria Garafulich, el diplomático israelí Matty Zwaig y la propia Schluk, que es uruguaya pero que reside en Israel junto a su familia desde hace años.
Matty Zwaig es un gran amigo de semanariohebreojai y siempre está presente contando sus historias de vida y su saber como diplomático y como uruguayo en Israel y en sus misiones fuera de allí.
¿Quiénes pueden participar del concurso? Quienes quieran enviar su texto, inédito y de no más de dos carillas -y no menos de una-, siempre que sean mayores de 18 años y que, claro, cumplan la condición de que el texto esté escrito en castellano. “Se suelen presentar más de 200 relatos”, describe Schluk.
“Cuando uno emigra y llega a un país donde el español ya no es la lengua que se habla, uno trata de que su idioma de herencia, su idioma materno, no se pierda. Esto es un espacio para seguir interactuando con esta lengua en Israel, que tiene un escenario de lenguas muy diverso. Se estiman entre 250.000 y 300.000 hispano-hablantes en este país, donde se calcula que el español es la sexta lengua más utilizada detrás del hebreo, el árabe, el inglés, el ruso y el francés”, cuenta Schluk, que hizo aliá hace cinco años junto a su familia.
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