Este mes en el Club de Lectura de B'nai B'rith tratamos "El ultimo chiste del Gran Jacobi" y los invito desde aquí a leerlo y disfrutarlo, tanto como nosotros. Todos los que esten interesados en formar parte del club, me escriben a janet.rudman@gmail.com.
Biografía de Eduardo Goldman
Ha publicado las novelas: Como perro que aúlla en la oscuridad, Ni siquiera nos queda París, El último chiste del Gran Jacobi y Adiós héroe americano; y libros de humor como: Diccionario Sendra-Goldman de psicología cotidiana, Todo lo que usted siempre creyó saber acerca del sexo (y en realidad no sabía ni medio), Cómo ser intendente y no morirse de angustia., Ni loco vuelvo a ser presidente, y otros. Así como dos libros de autoayuda: El hombre superior y El cine: una terapia al alcance de todos.
Su comedia dramática El patio de mi vecino obtuvo el primer premio de la Fundación Banco Caseros.
En el prólogo del libro, Horacio Convertini señala que El último chiste del Gran Jacobi es "un drama brutal. Pero tratándose de Goldman, el corazón de la novela es el humor. La trama: a mediados de los 70, un periodista argentino exiliado en Madrid es convocado para que entreviste a un diplomático de Alemania Federal, Erich von Thaler, quien quiere contar, a modo de expiación, la historia de su mejor amigo, el humorista judío Paul Jacobi, al que ha visto por última vez en el campo de exterminio de Auschwitz”.
¿Por qué leer este libro?
Leí el libro y pensé en mi disfrute al recomendarlo., sonaba tan real, que empecé a buscar información para confirmar que los personajes existieron. Pero es una novela histórica, nos mezcla la historia y la ficción de tal manera que viajé de la manera que la lectura nos lo permite.
Goldman nos lleva a la República de Weimar y nos hace sonreír con una historia dramática por donde se la mire. Es original, tiene intriga, amor y humor.
Argumento
Narra la "apasionada" vida de Paul Jacobi, el comediante judío berlinés que alcanzó la fama con su espectáculo de humor político en el cabaret Barbarroja, durante la República de Weimar; su ocaso por el ascenso del nazismo, su internación en el campo de concentración de Auschwitz y sus años en Buenos Aires durante la dictadura militar, entre 1976 y 1983. El funcionamiento de la Jüdischer Kulturbund, el teatro judío permitido y estimulado por el ministro Goebbels para desmentir las críticas de antisemitismo desde el extranjero.
El humor como salida al drama
Eduardo Goldman retoma la risa como elemento para subrayar el horror y el drama que representó el Holocausto en su novela.
La novela tiene elementos dramáticos y también toques humorísticos, como reconoce Horacio Convertini en el prólogo: «Es un drama brutal. Pero tratándose de Goldman, el corazón de la novela es el humor». Aunque, ¿estaba la situación para chistes? «Victor Frankl –autor de la renombrada obra “El hombre en busca de sentido”–, que estuvo encerrado en un campo de concentración, asegura que el humor era diario porque fue una manera de escapar de aquella realidad, una especie de tabla de salvación. Aunque, obviamente, era un humor muy negro, todos ellos respetaban la situación que estaban viviendo». Y prosigue: «Al principio como crítica, luego como bálsamo y, después, como arma revolucionaria de denuncia, cada situación va colocando el humor en el rol que le corresponde. Así afronta este cómico la situación».
Es llamativo el funcionamiento de la Jüdischer Kulturbund, un teatro judío permitido y estimulado por el mismo Goebbels ¿cómo se explica esto? «Fue al principio con el propósito de demostrar a las potencias occidentales que no había racismo en Alemania, pero todo fue un completo engaño –explica–. En cuanto empezó la guerra, ya no tenía sentido mantener la mascarada y los mandaron a todos a los campos de concentración». Cuando logra escapar se va a Argentina, donde revive la situación con la dictadura militar. La historia se repite, como ha sucedido toda la vida. Genocidios ha habido siempre lamentablemente. Ahora los sirios, pero se ha hecho con los armenios, los tutsis, los camboyanos... La historia es cíclica». Pero todavía queda en el aire una pregunta que se repiten hoy en día muchos historiadores y ciudadanos: ¿cómo es posible que una sociedad tan culta y refinada como la alemana cayera en semejante barbarie, en lo más abyecto?
Nunca se habla de esto
«Porque, aunque se afirma que el ser humano es racional, no es así, es un ser emocional que razona. Al hombre se le maneja por el miedo, la culpa... Cuando la gente reacciona con miedo, no piensa, se adhiere por instinto de conservación a lo menos peligroso». Lo mejor de estas situaciones son las excepciones. El libro destaca la actitud de miembros de las SS que «salvaron muchos prisioneros en Auschwitz», y «el coraje de algunos diplomáticos españoles que arriesgaron sus carreras y sus vidas por rescatar a miles de judíos de las garras del nazismo».
Personajes
Eva
Es una mujer alemana, de izquierda, responsable de las diferencias entre estos dos hombres que se la aman, cada uno a su manera.. Siempre amó a Paul y se sintió culpable por por no hacer más por él.
Paul Jacobi
El comediante judío berlinés que alcanzó la fama con su espectáculo de humor político en el cabaret Barbarroja, un hombre narcisista, buen amigo, mujeriego. Cometió el error de vivir en un mundo propio desconociendo la realidad.
Erich von Thaler
Alemán, miembro de las SS, pero no nazi, un personaje .Toda su vida sintió que no ayudó suficiente a su amigo, aún cuando lo salvó de la cámara de gas.
Frase muy fuerte
"Lo cotidiano lo atrapa a uno de tal manera que se termina pensando más en el grifo que pierde en el baño que en el asesinato de millones.."
¿Qué se puede decir de esta frase? nos ocupamos tanto de lo cotidiano que dejmos de pensar e imaginar el horror que significó el asesinato de millones solo por el hecho de ser judíos, o de ser armenios, etc.
Este libro nos hace reflexionar sobre los grises de la vida siendo una nvela de ficción, tiene claro los temas que le importan al autor, los genocidios. y las fidelidades personales..
Paul Jacobi y sus dichos
“Ahhh… Berlín, Berlín, Berlín… Qué ciudad esta… ¿Existe un lugar más excitante sobre la tierra? Vamos, señoras y señores… siéntanse orgullosos… viven en el sector menos aburrido del
planeta… ¿Acaso no es una aventura apasionante caminar por sus calles repletas de manifestaciones y revueltas populares? ¿Qué safari en África se le puede comparar? (Sonrisas). Berlín está viva… su corazón palpita y fluye un torrente de energía que hace estallar los adoquines de cada una de sus calles… sin que el Ayuntamiento mueva un dedo para repararlas… (Risas). Así y todo… hay gente mala que critica nuestro sistema de vida… Dicen que hay millones de desocupados… ¡Mentiras! Solo buscan desacreditar a nuestra querida República… En Alemania no hay desocupados… solo hay gente de vacaciones… (Risas). ¡Meses de vacaciones! Esto es más socialismo que la Rusia soviética, señoras y señores… También dicen que en Alemania hay hambre… ¡claro que hay hambre! Pero no por la crisis económica… sino porque hay millones que hacen dieta… (Risas).
“¿Ustedes creen que los judíos tenemos problemas en Alemania?
Hay quienes tienen aún más problemas… los dentistas, por ejemplo… No pueden trabajar… ya que no logran que un alemán se anime a abrir la boca… (Risas). No, no… fue una broma… ¿Quién dijo que no hay libertad de expresión en Alemania? De ninguna manera… Yo, por ejemplo, he recibido un permiso especial de la oficina del doctor Goebbels para hacer chistes políticos sin restricciones, la única ínfima condición que se me impone es… no hacer chistes sobre Hitler, Goebbels, Hess, Goering, Ley, Rosenberg, Schacht, von Ribbentrop, las SA, las SS, la Juventud Hitleriana, la Gestapo, el Partido Nazi… (Risas), la Wehrmacht, el Tercer Reich y Rusia… (Risas). Sí, tampoco sobre Rusia… Intrigado, le escribí al doctor Goebbels preguntándole… “¿Por qué no puedo bromear con Rusia? Después de todo, Rusia no es parte del Reich”. Inmediatamente Goebbels me envió una carta respondiendo: “Solo denos tiempo, Jacobi. Solo denos tiempo”.
“He estado en Dachau, luego en Buchenwald y ahora en Auschwitz… Quizás la próxima temporada me manden a veranear a un lugar del que me hablaron, llamado Treblinka… Lo que más me molesta de estos cambios es que uno siempre tarda en cambiar su dirección postal, y es así que mis amigos de Berlín no saben a qué cámara de gas escribirme… Los viajes de por sí son terribles… de ochenta a cien personas por vagón, con tan poco espacio que debemos viajar parados en posición de firmes… ¿Como vacas? No, como nazis… ¿Dónde ha visto una vaca en posición de firme?
...“Yo sé que ustedes vienen de distintos países… de Alemania… Polonia... Checoslovaquia… Rusia… Y sé también que la mayoría me entiende… porque hablan alemán o hablan el yiddish, que es muy parecido… Hay quienes no hablan ni alemán ni yiddish… muchos prisioneros rusos, por ejemplo… Puedo identificar a quienes no entienden lo que digo… ya que son los únicos que ríen de mis chistes…”. “Recuerdo que antes de vivir en los campos de concentración, cuando era un berlinés normal y comía en algún restaurante, solía enfurecerme con el mozo si encontraba una mosca en mi sopa… Ahora, cuando en mi plato de moscas encuentro algo de sopa… envío mis felicitaciones al chef… Antes en Alemania mi vida era complicada… Tenía angustia existencial… temor a ser rechazado… depresión… claustrofobia… y miedo a los camellos… Ahora, gracias a los nazis, mi vida se ha vuelto mucho más simple… solo tengo pánico a la muerte…"
Comentarios finales
1.Es un libro largo, que se lee muy fácil.
2. Amé esta novela que tiene un background histórico, triste como Auschwitz, pero cuenta detalles de la vida en Alemania en los 30 por medio del humor.
3. El autor establece una analogía entre el genocidio militar y la dictadura argentina.
4. El desenlace final es cinematográfico.
5. Aparecen muchos personajes, como los hijos de Paul y de Enrich y Ana, que necesita seguir lo que empezó su papá como una necesidad de sanar el vínculo con un padre ausente.
Este libro es un claro ejemplo que en los momentos duros de la vida debemos apelar al humor porque es lo único que nos puede salvar.