por Gabriel Lakser
Fuente: aishlatino.com
En el Libro de Ester, la Reina Ester logra anular el decreto de Hamán que deseaba aniquilar a los judíos persas, al tener el coraje de pedirle al Rey Ajashverosh por su pueblo. Ella es la heroína de la historia de Purim.
Sin embargo, si analizamos con atención los eventos que llevaron al momento en que Ester presentó su pedido al rey, descubriremos que ella no era tan valiente como hubiéramos podido asumir.
En primer lugar, fue Mordejai y no Ester quien tuvo la idea de que ella se presentara ante el rey. De hecho, en un primer momento Ester pensó que era una idea muy mala. En respuesta a las instrucciones de Mordejai de que fuera de inmediato ante el Rey Ajashverosh, ella declaró:
"Todos los siervos del rey y los habitantes de las provincias del rey, saben que cualquiera, hombre o mujer, que se presente ante el rey en el patio interior sin haber sido convocado, la ley es que debe morir. Sólo se salva si el rey extiende su cetro de oro para que viva, pero yo no he sido llamada para presentarme ante el rey en los últimos treinta días". (Ester 4:10-11)
Ester parece estar más preocupada por su propio bienestar que por el del pueblo. Y Mordejai la reprende por esto al responderle:
"No creas que podrás escapar más que cualquier otro judío sólo por vivir en la casa del rey . Por el contrario, si en este momento callas, la redención llegará a los judíos desde otra parte, pero tú y la casa de tu padre perecerán y quién sabe si no has llegado a este puesto real sólo para enfrentar una crisis como esta".
Mordejai le dejó claro a Ester que es una tontería pensar que su puesto en el palacio puede protegerla del destino de sus hermanos. No sólo eso, sino que le asegura que el resto de los judíos persas se salvarán de alguna manera incluso si ella no actúa, mientras que ella sufrirá la caída y la destrucción.
Sólo después de este duro reproche de Mordejai, Ester acepta arriesgar su vida y presentarse ante el rey. Al obtener una audiencia con el rey, ella aún vacila y se detiene dos veces antes de reunir finalmente el coraje suficiente para presentar su súplica.
Si bien podemos elogiar a Ester por haber tomado finalmente la difícil decisión de arriesgar su vida por su pueblo, de no haber sido por el reproche de Mordejai, Ester nunca hubiese estado a la altura del desafío, anteponiendo los intereses de la nación a los propios. Entonces, ¿no es Mordejai el máximo héroe de la historia de Purim?
La respuesta depende de cómo definamos el heroísmo. Por lo general, consideramos que los héroes son individuos que enfrentan el peligro con valentía y coraje a pesar del riesgo personal o el sacrificio involucrado. Esta es la clase de heroísmo que muchos reconocen en el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien capturó la atención del mundo con su asombrosa valentía y coraje al defender a su nación en una guerra defensiva contra Rusia.
Pero imaginen que nos enteráramos que cuando comenzaron a caer las bombas Zelensky se escondió en un búnker y que uno de los jefes de su ejército tuvo que convencer al presidente petrificado que emergiera del búnker para alentar a sus tropas y al pueblo a defender su tierra. ¿Acaso el estatus de Zelensky se vería disminuido?
El judaísmo tiene otra perspectiva que considera a los héroes en términos más modestos.
La Mishná pregunta: "¿Quién es un héroe? El que conquista su inclinación al mal" (Pirkei Avot 4:a)
El heroísmo se encuentra específicamente cuando uno lucha por superar sus propias tendencias egoístas. No sólo el individuo que enfrenta el peligro con valentía y coraje es el que tipifica al héroe. También es un héroe quien está genuinamente tentado a dar prioridad a sus propias necesidades, pero finalmente decide sacrificar su beneficio personal por un bien mayor.
El hecho de que Ester luchara profundamente con la decisión de dar prioridad a los intereses del pueblo antes que a los propios, y superara sus deseos egoístas, es una indicación de su grandeza, no de debilidad. Ester podía perder todo al presentarse ante el rey. El rey no sabía que ella era judía, porque antes de que partiera hacia el palacio, Mordejai le había instruido ocultar su identidad judía.
A pesar de las funestas predicciones de Mordejai en caso de que ella permaneciera en silencio, la lógica indica que Ester se hubiera salvado del destino de sus hermanos si decidía no presentarse ante el rey. Pero enfrentaba una posibilidad muy grande de ser asesinada si aparecía ante el rey sin haber sido convocada. Ella podía ser egoísta y vivir o dar prioridad a su pueblo y enfrentar la posibilidad de una muerte segura.
El triunfo de Ester sobre el enemigo interior, a diferencia de cualquier amenaza externa, es lo que la convierte en la verdadera heroína del Libro de Ester.
