Así llamó el Presidente de Israel al pueblo a cumplir el cierre
En tiempos difíciles como los que vive el mundo en general por la pandemia, e Israel en particular por el hecho que entra por segunda vez en un cierre a nivel nacional, es importante que la población pueda confiar en el liderazgo para tener el incentivo de hacer lo que debe a fin de aportar a mejorar la situación. Y en este aspecto, nada mejor que el mensaje que transmitió el Presidente del Estado Reuven Rivlin, a pesar de que no es una figura de gobierno.
También él participó en el esfuerzo de exhortar a la población a hacer lo máximo para que el cierre resulte efectivo en términos de reducción de los números de la pandemia, aunque él no tiene responsabilidad de acción práctica como sí lo tiene el Ejecutivo. Pero dado que su figura irradia un peso especial y constituye un símbolo más allá de divisiones políticas, suele darse importancia a sus palabras, como un mensaje que puede llegar a los distintos sectores de la población.
Y esta vez, su mensaje tuvo la grandeza de reconocer los errores del liderazgo –en el cual se incluyó-y su mal efecto en la confianza que en parte se ha perdido. Hizo referencia con ello al hecho que en el primer cierre, se supo que tanto él como el Primer Ministro pasaron el primer Seder de Pesaj con sus hijos, aunque la orden clara a toda la población era festejar solamente con quienes viven en la misma casa.
“Sé que nosotros no hemos hecho lo suficiente, como liderazgo, para ser diignos de vuestra atención. Ustedes confiaron en nosotros y nosotros los hemos decepcionado”, dijo con sinceridad. “Quisiera decir que comprendo los sentimientos de confusión e incertidumbre, la ansiedad que mucha gente siente. Comprendo y por sobre todo, deseo disculparme por ello. A nivel personal, pido vuestro perdón por mi comportamiento aquí en Beit HaNasí durante el cierre en Pesaj”.
Haciendo referencia al hecho que en su momento se explicó que había celebrado la primera noche del Seder con su hija, ya que poco antes había fallecido su esposa Nejama, declaró: “ Me he disculpado por ello en el pasado y lo hago nuevamente ahora. Mi soledad no es más dolorosa que la de muchos de ustedes, que han tenido tanto cuidado para seguir la letra y espíritu de las instrucciones”.
Rivlin agregó: “Les pido a ustedes hoy perdón a nivel nacional. Estamos por comenzar el nuevo año y nos está resultado difícil hacer espacio para la festividad que nos acompaña todos los años en estas fechas. Nos hemos acostumbrado a vivir en un país líder en todos los aspectos de la vida, en una sociedad libre y abierta, y ahora hallamos que nuestros movimientos se ven seriamente restringidos y debemos luchar para mantener la rutina que dábamos por sentado2.
Y continuó:
“Cuando el Coronavirus irrumpió a nuestras vidas, pensamos que sería una batalla dura, pero abrigábamos la esperanza de lograr una victoria rápida, por lo cual aceptamos las restricciones del distanciamiento social con comprensión, a pesar de sus costos.
Ustedes pagaron un alto precio , un precio real que nos ha acompañado por mucho tiempo. Nuestras sinagogas han estado cerradas en Pesaj, nuestras mezquitas han estado cerradas en Ramadan y hasta hoy me duele cuando pienso en las familias de duelo que no pudieron visitar las tumbas de sus seres queridos en Iom Hazikaron, el día de recuerdo de los caídos.
Celebramos con nuestras familias bajo serias restricciones, lloramos a nuestros muertos en una forma indigna de ellos, vivimos nuestras vidas con renuncias creyendo que el país y sus instituciones nos sacarían rápidamente de la crisis”.
El Presidente entró en detalles sobre el precio que la ciudadanía se vio obligada a pagar en términos económicos, de su actividad diaria y de la dinámica de vida normal que se vio alterada a todo nivel.. También destacó la grandeza de todos aquellos que luchan para prestar ayuda en estos tiempos difíciles, los equipos médicos, enfermeras, servicios de rescate, Magen David Adom, soldados, oficiales, científicos, voluntarios y tantos más.
“Me he encontrado con aquellos que se preocupan por ustedes, hermanos israelíes, aquellos que están haciendo todo para ganar esta batalla . Y les pido: confíen en ellos”.
Rivlin agregó un mensaje directo al gobierno de Israel, sus líderes, ministros y asesores, sobre la importancia de que ganen la confianza del pueblo: “Debemos hacer todo para restaurar la confianza personal, médica y económica que necesita la ciudadanía. Esta es una segunda oportunidad y debemos tomar porque temo que no tendremos una tercera”. La referencia era clara: el cierre que acaba de comenzar, es el segundo desde la llegada de la pandemia a Israel.
El Presidente exhortó a no andar repartiendo culpas y señalando si tal o cual sector es responsable del aumento en la cantidad de infectados. “El Estado de Israel ha sido bendecido con su excepcional diversidad humana y yo creo de todo corazón que esta es una enorme ventaja. Cada grupo y comunidad en nuestra sociedad juega un rol crucial en nuestra fortaleza combinada y nuestra habilidad de ganar esta batalla. No saldremos victoriosos apuntando con tóxicas acusaciones a otros. Sólo juntos podremos hacerlo”.
Y visiblemente emocionado, agregó: “Estamos destinados a vivir juntos, a compartir los años buenos y los difíciles, a construir y desarrollar esta tierra. Estamos combatiendo al Coronavirus, estamos juntos-judíos y árabes, seculares, religiosos y ultraortodoxos-en los hospitales, las escuelas y las organizaciones de cariedad. Juntos aprendemos en tiempos como estos lo que es ser socios, lo que significa la mutua responsabilidad, lo que es la esperanza israelí”.
Finalizó su mensaje recordando a la población que “ustedes no pueden derrotar solos al Coronavirus, pero nadie puede derrotarlo sin ustedes”. Se dijo seguro de la capacidad del pueblo por salir adelante y pidió a todos creer en ello. “Este es el momento de seguir las instrucciones, de cuidarse y cuidar a vuestros seres queridos, de unir las manos para ayudar a quienes tenemos alrededor que precisan ayuda. No tenemos otra tierra, no tenemos otro país, no tenemos otro pueblo y no tenemos otra forma de hacerlo. Que sea este un año sano, en cuerpo y espíritu. Que el año viejo y sus maldiciones ya pasen y que el nuevo año y sus bendiciones llegue. Que así sea”.
Lo único que se puede agregar al digno mensaje del Presidente de Israel, es “Amén”.