Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

Hay que proclamar el fin de la guerra para recuperar a todos los secuestrados


Nadie en Israel que esté en su sano juicio piensa que la amenaza de la organización terrorista Hamas ha desaparecido. No tiene la envergadura del 7 de octubre, por lo exitoso del golpe que le asestaron las Fuerzas de Defensa de Israel. Pero aún está allí y más que nada, está allí el odio. Por lo tanto, está clarísimo que Israel aún tendrá mucho que hacer al respecto. Pero ahora, ha llegado el momento de proclamar el fin de la guerra para hacer posible que los secuestrados vuelvan a casa. Demasiado se ha sufrido desde el 7 de octubre del 2023. No se puede dejar que mueran los que quedan en los túneles de la Franja de Gaza .

De los 59 rehenes que están en manos de Hamas, se sabe que en el mejor de los casos habrá 24 con vida o quizás menos. O sea, este es el número de aquellos sobre los que no hay constancia ninguna de que no estén con vida, pero nada se puede garantizar si se toma en cuenta las condiciones en las que son mantenidos en cautiverio. 

De casi una decena y media de ellos se recibieron señales de vida en las últimas semanas, de boca de rehenes que salieron en las distintas fases del alto el fuego, que habían estado con ellos. Y uno ora con sus familias, que viven una pesadilla desde hace más de 520 días, que nada haya cambiado irreversiblemente desde que fueron vistos por última vez.

Son numerosos los testimonios sobre las torturas, el hambre, el ensañamiento. Hay que recuperarlos ya. No tienen tiempo, en absoluto.

No tienen tiempo para las fórmulas que se van publicando a cada rato, liberar a 10 rehenes ahora, otro tanto en varias semanas,a 5 vivos, 9 muertos... ¿Qué es eso? ¿Quién no entiende que no se puede seguir así? ¿Cómo se determinará quién es más urgente? De los cuatro padres de niños pequeños ¿averiguarán quién de los hijos está sufriendo más? De los más  jóvenes ¿tendrán cómo estudiar quién puede morir primero si no sale? ¿Le preguntarán a Silvia Cunio a quién de sus hijos quiere más, a David o a Ariel? Es que ambos están en manos de Hamas.

En la práctica, hace meses que no hay guerra de verdadero combate. Hay tropas en algunos sitios, se cuida el así llamado “perímetro” para que no se acerquen terroristas a la frontera-y eso habrá que seguir haciéndolo- pero no hay realmente guerra contra Hamas. La primera parte del alto el fuego terminó, no se ataca a Hamas pero tampoco se recupera a los secuestrados. ¿Entonces? ¿Qué se está haciendo?

No se puede seguir adelante si se traiciona el principio básico de la solidaridad israelí, devolviendo a todos a casa. Ya mucho se pecó al cometer todos los errores que hicieron posible el 7 de octubre. No se puede ahora hacer posible otra catástrofe.

Si se supiera que es posible salvar a todos en heroicos operativos de rescate, es otra cosa. Pero en casi un año y medio, se pudo rescatar con vida solamente a 8. Está claro hace mucho que la presión militar puede poner en riesgo a los secuestrados.

Claro que Hamas merece mil golpes más. Pero Israel ahora debe garantizar que  los que están con vida vuelvan a abrir una nueva página después de tanto dolor, y los muertos a recibir digna sepultura.

Ya habrá muchas oportunidades más de atacar a Hamas. Podemos confiar en ellos, que darán muchas “excusas” para hacerlo. La lucha contra el terrorismo no ha terminado. Pero si dejamos que otros más de 20 secuestrados mueran en Gaza, Hamas habrá ganado otra batalla. El mejor mensaje que Israel puede dejar en claro hoy es cuánto valor da a la vida de sus hijos. Hay que salvarlos a todos ya.

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(13 de Marzo de 2025)

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