El conflicto entre Israel y los palestinos-que derivó de la guerra árabe contra la creación misma de Israel- no es por tal o cual frontera, por los asentamientos o la identidad y línea política del Primer Ministro en el poder. Estos son elementos que inciden en la dinámica del conflicto, pero no los responsables de su creación.
Ya lo dijo Ernest Bevin, el otrora Secretario de Exteriores del gobierno británico, en 1947: lo que más quieren los judíos, es formar su propio Estado y lo que más quieren los árabes, es que los judíos no tengan ningún Estado. O sea, no luchaban por su propia independencia sino por impedir la de los judíos.
A esto tan de fondo volvimos días atrás al promulgar la Kneset, Parlamento de Israel, dos leyes contra UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, prohibiendo su actividad en territorio israelí y-lo más complejo- prohibiendo todo tipo de contacto y coordinación con sus funcionarios, lo cual incide también en a situación en la Franja de Gaza.
El detonante fue la confirmación que terroristas de Hamas participantes en la masacre del 7 de octubre, eran también funcionarios de UNRWA. Esto, además de múltiples vínculos entre las dos partes, algo especialmente grave.
Pero la verdad es que el problema empezó mucho antes del 7 de octubre. Y en gran medida, quizás hasta podemos decir que lo que ocurrió antes, lo que ocurrió siempre en la actividad de UNRWA, es culpable precisamente de que haya habido terroristas capaces y deseosos de perpetrar esa masacre.
Conversamos hace pocos días con la Dra. Einat Wilf, escritora, casi la llamaríamos filósofa del sionismo moderno, ex diputada del partido laborista, que se abocó a investigar el conflicto israelo árabe y muy especialmente el tema de los refugiados palestinos y la UNRWA. Y lo que compartimos aquí son varias de sus ideas y de nuestra conversación, porque es especialmente relevante para comprender el fondo del problema.
Wilf sostiene que precisamente por ser una persona deseosa de lograr la paz y de llegar a acuerdos con los árabes, la carcomía el hecho que ninguna propuesta israelí en negociaciones durante años, por más osada que fuera, lograba conducir a un arreglo, a un cambio tal que se pueda ver al menos como el comienzo del camino verdadero hacia una auténtica paz.
Investigó a fondo y llegó a la conclusión que el problema central radica en el tema de los refugiados, producto de la guerra árabe contra Israel ya en 1948, y por ende de UNRWA, una entidad creada en 1949 originalmente para asentar a los refugiados de aquella guerra, pero que no hizo nada para ayudarlos.
UNRWA no sólo no asentó a ningún refugiado árabe, que hoy se llaman palestinos, sino que perpetuó el conflicto y la condición de refugiados de todos ellos, pasándola inclusive como herencia a las generaciones siguientes, aunque ya no fueran refugiados. Pero el problema central es que al no asentar a nadie y hacer perdurar en el tiempo la condición de refugiados, UNRWA garantizó que nadie renuncie al deseo de “volver”, presentándolo como algo casi romántico, tragedia personal que debe ser resuelta para hacer justicia, cuando en realidad la razón por la que se creó el problema de los refugiados es que el mundo árabe atacó a Israel para que no nazca el Estado judío. Si hubieran ganado, no habría habido refugiados. Tampco habría habido Israel.
Al mantener viva la ideología del retorno, que es lo que hace UNRWA con su existencia misma y con lo que enseñan en sus escuelas a los niños y jóvenes palestinos, les educan a no transar, a mantener por siempre la noción que les robaron un país-que en realidad nunca tuvieron- y que en algún momento derrotarán a los judíos y volverán.
De esa narrativa, además del Islam fundamentalista, nace Hamas, cuyos terroristas partieron salvajemente el 7 de octubre del año pasado de Gaza hacia territorio soberano del sur de Israel “para liberar Palestina”.
Ese es el caldo en el que se cultiva el terrorismo. Si crecieron en escuelas de la ONU asegurándoles sus docentes, todos ellos palestinos, que en algún momento se hará justicia, que los despojaron los judíos de lo que tenían-aunque nunca tuvieron nada porque nunca aceptaron nada con tal de que tampoco los judíos tengan algo- ¿cómo no va a prosperar el terrorismo?
Einat Wilf nos recordó una entrevista concedida meses a tras, poco después del 7 de octubre, por Musa Abu Marzuk, uno de los jefes de Hamas, a la televisión libanesa. En esa entrevista habla de los túneles de Gaza. Cuando el periodista le pregunta por qué los civiles no se esconden allí, Musa Abu Marzuk dice sin tapujos que los túneles con “para los combatientes”, o sea para los terroristas. Y que de los civiles “se ocupe la ONU”. O sea, UNRWA.
Es una noción espantosa.
El mundo, por ingenuidad, por tendenciosidad anti israelí, por ignorancia, dona a UNRWA para que ayude a los pobres refugiados, desatendiendo las advertencias de Israel sobre el significado de sus acciones, y no entiende o no quiere entender que con eso, libera a las autoridades palestinas de la responsabilidad que deberían tener para con sus ciudadanos. Son ellas las que deberían ocuparse de la comida, la salud y la educación. No UNRWA. No sirve una ecuación en la que el dinero para los palestinos va al terrorismo y el del mundo para la gente.
Tengo una idea revolucionaria para solucionar el problema de UNRWA, nos dijo Einat Wilf sarcásticamente: responsabilidad palestina. Ese puede ser un excelente sustituto a la nefasta actividad de UNRWA en la arena palestina.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(2 de Noviembre de 2024)
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