En otra de sus patéticas presentaciones públicas, esta vez en el programa del periodista británico Piers Morgan, el cantante Roger Waters volvió a destilar odio antisemita y a hacer el ridículo alegando que Israel difundió mentiras “sucias” al decir que niños fueron quemados y mujeres violadas el 7 de octubre. Me pregunto por qué hay que darle tribuna a un ser tan miserable.
Su entrevistador le refutó que esas cosas sí ocurrieron y Water volvía a decir que “no hay pruebas”,acusando al periodista de “bajar el nivel”. Rogers inspiró un sentimiento de vergüenza ajena realmente lamentable, paralelamente a la furia que hacían sentir sus declaraciones.
Aunque fueron sus palabras las que detonaron esta nota, lo central es dedicar el espacio necesario a quien le contestó con los hechos .
La primera reacción llegó del kibutz Beeri, que perdió a más de 100 de sus miembros entre ellos 10 menores de edad, la menor de todas de tan solo diez meses.
“El Kibutz Beeri está consternado por el hecho que Roger Waters haya desmentido que niños y bebés fueron brutalmente asesinados en la masacre del 7 de octubre”, escribió Mijal Paikin, portavoz de Beeri, quien recordó precisamente a los 10 niños asesinados
Dos de ellos eran los mellizos Yanai y Liel Hetzroni de 12 años. Su padre Gavin recalcó: “No sólo mis hijos sino varios niños más fueron asesinados, quemados, torturados. Esto no es una fabricación sino un hecho que ocurrió. Condeno fuertemente lo dicho por Roger Waters con toda la firmeza posible. El mundo todo sabe qué ocurrió aquel día terrible, el 7 de octubre. Todas las familias, todos los amigos, todos saben y no pueden comprender la dimensión de lo ocurrido esa mañana fatídica. Que Roger Waters salga con sus mentiras sin fundamento, es otro insulto absoluto y desagradable a todas las víctimas mortales de la masacre”.
Corto rato después de publicar los comentarios del papá de Yanai y Liel, la portavoz del kibutz Beeri compartió el resumen de otra dura historia: la de la familia de Tal Shoham , que aún está en manos de Hamas en la Franja de Gaza. Sus hijos Navé de 8 años y Yahel de 4 y su esposa Adí lo esperan con angustia, tras haber estado también ellos secuestrados durante 50 días hasta su liberación en noviembre.
También Shoshan, la abuela de los niños, estuvo en cautiverio con ellos. Otros 3 miembros de la familia fueron asesinados. Y otros cuatro más también estuvieron cautivos.
Pocos días atrás habló por la radio pública israelí uno de sus familiares y dijo que nunca había pensado que vería niños que parecen fantasmas , en referencia a los hijos de Tal.
“Hay preguntas que niños supuestamente no deben plantear, pero esta es la realidad a la que Navé y Yahel se despiertan cada mañana”, dijo la vocero de Beeri Mijal en referencia a los terribles planteamientos que según contó Adi, sus hijos le hacen todos los días: si su padre volverá, si está sufriendo, si lo golpean, si va a morir, si los ha olvidado, si quedará por siempre en Gaza, si lo van a volver a vor.
Y ella no puede responder más que con su profundo deseo, sin saber cuál será la verdad.
Es estremecedor pensar en todos los secuestrados de los que nunca , desde el 7 de octubre, se supo nada. En aquellos que aparecieron en videos del terrorismo sicológico de Hamas y no se sabe si después los mataron. En los que fueron vistos en videos del secuestro y luego nunca más . En los enfermos y heridos que no sería lógico que hayan logrado sobrevivir pero que nadie quiere concebir siquiera dar por muertos si no hay constancia de ello.
Es estremecedor pensar en los que fueron liberados en noviembre y dejaron en Gaza a seres queridos, en general niños que tienen allí a su padre.
En los padres que tienen dos hijos secuestrados, como Silvia y José Luis Cunio de Nir Oz que tienen a David y Ariel, como Itzik Horn y su ex esposa que tienen a Yair y Eitán en Gaza, en los padres de los mellizos Gal y Ziv Berman de Kfar Aza. En los padres de Arbel Yehud, la novia de Ariel Cunio, que está en manos de Hamas, sabiendo que su otro hijo Dolev, que hace poco fue identificado en Israel tras pensarse meses que estaba secuestrado , ya no volverá.
Y es estremecedor pensar en los padres de todas las jovencitas secuestradas del festival Nova, de los kibutzim y de la base de Najal OZ, que esperaron 9 meses cuando las concibieron, para que lleguen al mundo rodeadas de amor, y ahora deben tener pavor de los 9 meses que están por cumplirse…Es que como dijo el padre de una de ellas en una comisión parlamentaria “quizás ya tengo un nieto de Hamas”.
Y no hay palabras entonces para expresar lo que todo esto significa.
No hay palabras para condenar a los antisemitas que desmienten. A los que ignorantes que dicen que nada ocurrió el 7 de octubre y a los que salen a manifestar con símbolos de Hamas y otros terroristas, abrazando a los representantes del odio y la muerte.
Mataron, sí, torturaron, hirieron, secuestraron. Pero no lograrán destruir a Israel.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(3 de Julio de 2024)
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