El Estado de Israel está librando una guerra por su propia existencia ya que el problema no es sólo lo que ya hizo Hamas el 7 de octubre, sino lo que planea para el futuro próximo y lejano. Que pueda concretar sus planes, depende no sólo de su motivación e ideología radical, sino de la capacidad de plasmarlas en acciones concretas. Y depende más que nada de Israel impedir que pueda preservarlas. A pesar de ello, es bien sabido con cuántas críticas internacionales lidia Israel.
El mundo le exige lo que nunca se exigió a sí mismo. Cabe recordar que Estados Unidos emprendió una guerra implacable contra Al Qaeda por el asesinato de 3.000 personas en los atentados del 11 de setiembre, una guerra que libró a enorme distancia de su territorio, matando a gran cantidad de civiles mientras combatía a los terroristas, una guerra que duró casi diez años hasta que mataron a Osama bin Laden. Israel, de tan sólo 9 millones de habitantes, que perdió a 1200 de sus ciudadanos el 7 de octubre, emprendió una guerra contra su enemigo ubicado del otro lado de la valla fronteriza, no detrás de lejanas montañas.
Nuestra absoluta defensa de la guerra que libra Israel contra Hamas, no significa que todo lo que está ocurriendo en Gaza me alegra. No me alegra saber de civiles muertos, por más que no tenemos duda que los números publicados por Hamas y repetidos por el mundo automáticamente están absolutamente inflados , dado que así funciona siempre Hamas. Ni me alegran las imágenes de numerosas casas destruidas .
Tampoco me gustan, en absoluto, ciertas declaraciones de algunos políticos israelíes-los ministros Itamar Be Gvir y Betzalel Smotrichs entre ellos- que representan a los dos partidos de la extrema derecha que forman parte de la coalición. El contenido, el estilo, el tono, no representan al Israel que yo amo ni a la enorme mayoría de la ciudadanía israelí.El Primer Ministro Netanyahu es responsable de haber hecho las maniobras políticas con las que logró lo que quería, para tener coalición: introducir al parlamento a elementos a mi criterio ilegítimos, que no aportan nada de dignidad a la lucha de Israel.
Dicho esto, miro también a la otra punta, a quienes pasan analizando los errores de Israel, atribuyendo a falta de sensibilidad, de humanismo y de moral las duras escenas que se ven en. Y no me refiero a los enemigos que odian y consideran que Israel no tiene sentido a defenderse ni a existir y por ende lo demonizan. Me refiero a todos aquellos que por distintas razones- en algunos casos puede ser por sincera preocupación por Israel y su altura moral- insisten en destacar todas las fallas y actitudes reprobables del lado israelí.
Claro que las hay, trátese de declaraciones extremistas de algunos políticos (aunque hayan sido comentarios suyos y no política del gobierno del que son parte) o de actitudes de soldados en el terreno, como los descerebrados que se tomaron fotos impropias en casas particulares vacías de palestinos y las difundieron por las redes sociales creyendo que es broma, sin entender que es vergonzoso. Está mal, aunque no haya muerto nadie.
Pero cuando el énfasis se pone en todo esto y casi se hace perder de vista contra qué combate Israel, es problemático.
No considero que en una guerra justa todo esté permitido. No. Pero Israel no se permite todo. Soldados israelíes corren más peligro de lo esperado, por el cuidado en el avance militar. Claro que ese cuidado no es sólo para tratar de reducir el riesgo a la población civil sino también a los secuestrados que están en manos de Hamas en Gaza. Pero si Israel librara esta guerra sin frenos, la situación sería otra.
La destrucción es enorme, sin duda. Pero ¿qué se podía pretender? ¿Qué se podía esperar de una guerra en la que todos los espacios civiles fueron y son usados para el terrorismo? Cohetes en escuelas y hospitales, no son un invento de la propaganda, aunque siempre habrá quienes lo aleguen. Son la realidad básica, diaria, del comportamiento de Hamas y por ende del desafío con el que lidia Israel.
Es muy difícil librar una guerra contra un enemigo que no tiene límites, que ya ha intentado destruirte, ha dicho que lo intentará una y otra vez, que seguirá asesinando y que da pruebas constantes de que no le importa la vida de su propia gente , como herramienta para lograrlo.¿Cómo se mantiene la total pureza de armas en una situación así? Yo no tengo dudas que Israel, tal cual suele afirmarse , tiene el ejército más moral del mundo..¿Eso significa que se puede combatir a un monstruo sin que mueran inocentes? No, imposible.¿Es posible que no haya seria destrucción, derivada no sólo de los bombardeos sino del hecho que los terroristas han cubierto Gaza con cargas explosivas para matar a los soldados? Imposible.
A mi modo de ver, los ministros Itamar Ben Gvir y Betzalel Smotrich no deberían ser parte del gobierno de Israel, por más que hayan sido electos democráticamente. Varios de los diputados de sus partidos, han aportado a la atmósfera que llevó a Israel a La Haya, por sus declaraciones inoportunas y totalmente nocivas de tono radical, aunque allí el problema central es la tendenciosidad anti israelí , por decirlo delicadamente. Pero no hay que perder de vista que Israel está lidiando con un monstruo que quiere destruirlo y que no piensa detenerse, tal cual han dicho numerosos terroristas a secuestrados que lo contaron al volver en noviembre.
Aunque se llegue finalmente a un acuerdo que determine el fin de la guerra para lograr la recuperación de los secuestrados, eso deberá ser temporario. Israel no puede renunciar, aunque le lleve tiempo reanudarla, a una guerra que termine con Hamas, aunque lleve años. La población del sur debe recuperar su vida y la población del norte que sigue bajo fuego constante de Hezbolá desde Líbano, sabe que lo que mismo puede ocurrir allí si no se asesta golpes de los que los terroristas no puedan recuperarse fácilmente.
Claro que lo ideal sería hablar, llegar a un acuerdo político, lograr la paz y ver a los pajaritos cantando y los niños de ambos lados jugando juntos. Pero esto es Medio Oriente. Esta es una región en la que su pueblo originario, el pueblo indígena de la zona, el pueblo judío, es considerado por sus enemigos como invasor inaceptable, aunque tenían hasta un templo sagrado en Jerusalem cuando el Islam ni siquiera había nacido como religión. Es una región en la que lo que Europa cree es una discusión sobre un estado palestino y tal o cual frontera, es en realidad un rechazo a la existencia misma del único Estado judío del mundo.
Es una lucha por ser o no ser. Quisiéramos que se libre sin que sufran para nada los no involucrados. Pero mientras Hamas los usa, es imposible. El mundo no debe pretender lo que nunca aceptaría para sí mismo si estuviera aunque sea en una situación remotamente similar a la que el terrorismo impone a Israel.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(1 de Junio de 2024)
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