Debo comenzar aclarando que no presencié personalmente los hechos a los que dedico esta nota, pero escribo no sólo por la importancia del tema sino porque antes de hacerlo, constaté a través de diversas fuentes qué es lo que ocurrió. Me nutrí no solamente de lo descripto por diversos medios de comunicación israelíes – casi de más está decir que no todos lo plantean igual – sino también de muy diversos testimonios de protagonistas que han circulado.
Tal como hemos puesto en el título de este editorial, hubo en Tel Aviv algunos incidentes violentos durante la jornada de Iom Kipur, el Día del Perdón. Fueron minoritarios, pero dejaron un sabor muy amargo y fueron un claro reflejo de lo álgido que está el ambiente en algunos aspectos de la discusión pública en la sociedad.
El escenario principal de choques – aunque no el único – fue Kikar Dizengoff, una plaza central de Tel Aviv, en la calle homónima.
Todo comenzó cuando contrariamente a las instrucciones de la Municipalidad y a una decisión de la Suprema Corte de Justicia contra rezo con separación entre hombres y mujeres en un lugar público, la organización “Rosh Iehudí”, organizó una plegaria en dicho sitio con una especie de separación, que si bien no era la típica y notoria “mejitzá” , sí dividía entre hombres y mujeres. Al lugar llegaron algunas personas opuestas a ello y molestas por la desobediencia a la orden judicial y la municipal, y comenzaron a gritar a los presentes y luego también a empujar para que se vayan, incluyendo en algunos casos insultos y hasta malos deseos que mejor no repetir aquí.
La Policía, que no había hecho nada para hacer cumplir la prohibición de la Suprema Corte, sí intervino cuando empezaron los choques y hubo algunos detenidos.
Son varios pues los protagonistas de un lado y de otro, que ya comenzaron a acumular pecados por los que pedir perdón el próximo Iom Kipur.
La organización mencionada, “Rosh Iehudí”, aunque se presenta con términos suaves como marco que intenta ayudar a quien quiere tener una buena vivencia de su identidad judía, es conocida como un grupo que intenta hacer que judíos se conviertan en religiosos , observantes. Claro está que si uno quiere comenzar a observar la práctica religiosa, está perfecto, pero cuando se lo hace a través de un intento de marcar presencia un tanto avasallante en zonas claramente laicas, eso crea oposición. Y sobre su objetivo claro estamos basándonos no en nuestra propia opinión sino en lo que nos dijo el Rabino David Stav, ortodoxo, que encabeza el grupo conocido como Rabanéi Tzóhar, a quien entrevistamos hoy. Publicaremos por separado la entrevista.
Nadie sale limpio de lo ocurrido.
Los organizadores de la plegaria en cuestión, sabiendo que con ello violaban las órdenes judiciales y de la propia intendencia, no fueron allí con buena intención. Claro que es más que probable que quienes participaron, sí querían solamente sentir la vivencia judía en el día más sagrado, pero cuando una organización de línea estricta desde el punto de vista religioso lanza una iniciativa así en un lugar considerado símbolo de la secularidad de Tel Aviv, es problemático. Nadie impide a quien lo desea rezar en forma separada en las numerosas sinagogas que hay también en Tel Aviv. Llegar con separación a la plaza Dizengoff, no se interpretó como buena señal de nada.
Pero por otra parte, lo sucedido dejó en claro que hay extremistas también del lado que se considera liberal. Lo es en muchas cosas, pero cuando en nombre del liberalismo hay intolerancia, hay un problema. Y nada justificaba los empujones y choques violentos que hubo, así como tampoco los insultos terribles que se oyeron allí, según varios testimonios.
De fondo, evidentemente, está la profunda crisis social, no sólo por la reforma judicial sino por los intentos de la coalición de imponer legislación religiosa que provoca el rechazo de muchos. La primera responsabilidad es de los políticos de uno y otro lado, de tratar de frenar esta situación.
El tema quedará más desarrollado en la entrevista con el Rav David Stav.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(26 de Septiembre de 2023)
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