Entre la cordura de Netanyahu y el extremismo en el terreno

 

Una de las reacciones del lado israelí al atentado terrorista de la semana pasada en el que 4 civiles israelíes fueron asesinados y otros 4 resultaron heridos por palestinos en el asentamiento Eli, fue la instalación sin autorización, en distintos puntos de los territorios en disputa de Judea y Samaria , de cinco “puestos no autorizados”, que esperan sean la base de nuevos asentamientos.

Más allá de la discusión sobre la ampliación o instalación de asentamientos- a la que ya nos hemos referido en nuestro editorial anterior- es indudable que los puntos en cuestión fueron erigidos sin permiso oficial ninguno. La gran pregunta es qué se impondrá en el terreno: la línea del Primer Ministro Biniamin Netanyahu que se manifestó en contra o la de uno de sus principales socios de coalición, el Ministro Itamar Ben Gvir, que dio su bendición y exhortó a que el fenómeno se multiplique.

 

El titular de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, jefe del partido Otzmá Yehudit, exhortó a los jóvenes residentes en Judea y Samaria a “correr a las colinas” para tomar control de más territorios. 

El Primer Ministro se refirió al tema en la sesión semanal del gobierno:  “Los llamados a apoderarse ilegalmente de tierras y acciones de destinados a tomar ilegalmente tierras, son inaceptables para mí. Esto socava la ley y el orden en Judea y Samaria y debe detenerse de inmediato”. El Primer Ministro agregó que “no solamente que no apoyaremos esas acciones sino que nuestro gobierno tomará medidas fuertes contra las mismas” . Aclaró que “estos llamados y acciones no fortalecen a los asentamientos sino que por el contrario, los perjudican”, agregando que “esas exhortaciones dañan los interseses vitales del Estado de Israel y deben detenerse de inmediato”.

 

Estimamos que eso es realmente lo que piensa Netanyahu. Pero es ineludible recordar que fue él quien eligió la coalición que encabeza, sabiendo de antemano cuáles eran las posturas  de sus socios, sin duda también del citado Ben Gvir, conocido por su línea de ultraderecha.

 

Y el hecho es que hasta ahora, aunque el ejército quería desalojar los puntos no autorizados en cuestión, no se le permitió hacerlo.

El desafío, porque es lo correcto moralmente y lo inteligente y necesario en términos políticos, es que se imponga la línea del Primer Ministro y no la de sus socios extremistas. Claro que él puede hacerlo, pero por otro lado no querría poner en peligro su coalición. 

 

Netanyahu se rodeó de elementos de posturas muy problemáticas en varios temas y ahora tiene que maniobrar con ellos.

 

Violencia concreta, no sólo discusiones políticas

 

A lo que Netanyahu no se refirió aún en forma muy directa sino que condenó un tanto al pasar, fue a la serie de incidentes violentos protagonizados por israelíes residentes en los territorios en disputa, que atacaron a  civiles palestinos no involucrados en terrorismo. También esas fueron acciones de venganza por el asesinato de 4 civiles palestinos por parte de terroristas palestinos. “Los ciudadanos de Israel están obligados a respetar la ley”, declaró días atrás. “No aceptaremos disturbios ni en los Altos del Golan ni en Judea y Samaria”, recalcó, refiriéndose a protestas de drusos del Golán contra la instalación de turbinas aeólicas y a los ataques anti palestinos.

 

Al respecto, fue especialmente importante el comunicado conjunto publicado el sábado por la noche, apenas terminó el descanso religioso judío de Shabat, por las máximas autoridades de seguridad del país.

El comunicado sin precedentes fue publicado mancomunadamente por el Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel Teniente General Herzi Halevi, el jefe del Servicio de Seguridad Shabak (o Shin Bet) Ronen Bar-marco abocado enteramente a la lucha contra el terrorismo- y el Inspector General de la Policía Yaakov Shabtai. Su texto es terminante y califica de “terrorismo nacionalista” los ataques protagonizados por israelíes a civiles palestinos. Lo principal: se compromete a combatirlos.

Vale la pena leer el comunicado completo.

 

“En días recientes, ataques violentos han sido llevados a cabo por israelíes en Judea y Samaria contra palestinos inocentes. Estos ataques contradicen los valores morales y judíos y constituyen claramente actos de terrorismo nacionalista, y estamos obligados a combatirlos”.

El comunicado agrega que “las fuezas de seguridad de Israel están operando contra los tumultosos, arriesgando la vida de soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel , efectivs de la Policía y personal del Shin Bet”.

Los tres máximos jefes de seguridad analizan también el efecto nocivo de estos ataques. “Esta violencia intensifica el terrorismo palestino y daña al Estado de Israel y la legitimidad internacional de las fuerzas de seguridad en su lucha contra el terrorismo palestino. Tambié desvía a las fuerzas de seguridad de su misión principal contra el terrorismo palestino”.

 

Y de aquí pasaron a los planes de ahora en adelante, asegurando que están “comprometidos a actuar con determinación y utilizando todos los medios a nuestra disposición para mantener la seguridad y la ley en Judea y Samaria”. Evidentemente, con ello se refieren no solamente a la lucha contra el terrorismo palestino sino contra la violencia de los extremistas del lado israelí.

 

Aseguran que las Fuerzas de Defensa de Israel reforzará a sus tropas para impedir incidentes de este tipo en Judea y Samaria y que el Shin Bet hará más arrestos, inclusive arrestos administrativos  (sin juicio), de tumultosos que actúen en forma violenta dentro de localidades palestinas.

 

En el punto final, se refieren al entorno en el que crecen los violentos en cuestión. “Exhortamos a los líderes y educadores en las comunidades a denunciar públicamente estos actos de violencia y a sumarse al esfuerzo para combatirlos”, escriben Halevi, Bar y Shabati.

No tenemos certeza que les corresponda a ellos formular el llamado del último punto, pero está claro que esos elementos deberían sentirse alienados, vomitados por la sociedad en la que viven, y que en ese sentido, los líderes de sus respectivas comunidades y los educadores deberían desempeñar un papel central.