Optamos por partir de la base que los actores y otros personajes públicos chilenos que participaron en el reciente video de condena del “plan de anexión” de Israel, hablaron mal guiados por quienes los llenaron de información falsa, que falta a la verdad. No sería lógico suponer que están dispuestos a desprestigiarse pronunciándose sobre un tema importante, con datos totalmente distorsionados, que no reflejan la verdad.
Es lamentable que repitan un libreto evidentemente dictado por quien tiene interés en distorsionar la realidad, una realidad que está claro que ellos no conocen, y sobre la que hablan tragándose lo que otros les mintieron. Salvo una excepción puntual, estos voceros no conocen la situación en el terreno ni han estado en el escenario de los hechos, lo cual no les impide manifestarse como si dominaran el tema, aunque lejos están de hacerlo.
Por ende, nos permitimos sugerir que no se arriesguen a abrir juicio tan tajante, sino dominar los hechos.
1) El conocido actor Benjamín Vicuña es quien abre el video advirtiendo que el 1° de julio está por cometerse “uno de los abusos más grandes de los últimos tiempos”. ¿Se refiere a otra de tantas matanzas en Siria? ¿En Irak? ¿En Irán? Ah…no…era a la “anexión”. Dicho sea de paso, este 1° de julio no ocurre nada, pero digamos que puede que sea una mera postergación. La fecha exacta no es el punto central.
2)“Israel, desafiando las advertencia de la comunidad internacional, anexará gran parte de lo que se define como territorio palestino”, dicen quienes suceden al actor.
Pues fíjense que no. Ante todo, la supuesta definición de la zona como “territorio palestino” no está basada en el Derecho internacional. Nadie determinó que eso es territorio palestino, salvo los palestinos mismos y quienes les apoyan. Es territorio en disputa, que estuvo durante 500 años gobernado por el imperio Otomano, luego por el Mandato Británico, luego ocupado por Jordania y luego fue conquistado por Israel. De hecho, en la conferencia de San Remo, de la que se cumplieron hace poco 100 años, se determinó que ese territorio sería parte de un Estado judío.
Pero más allá de este trasfondo histórico, eso de “anexará gran parte” no es cierto. Según el plan de Trump, se reconocería soberanía israelí en hasta el 30% del territorio, parte de la zona “C”, que según el acuerdo de Oslo, está bajo control de Israel hasta que un acuerdo definitivo entre las partes determine su estatuto final. Pero también está la opción que Israel, si resuelve dar este paso, declare soberanía sólo en el 6% del territorio de Cisjordania (Judea y Samaria), o sea los bloques de asentamientos, en los que reside la enorme mayoría de los habitantes judíos de la zona, y poquísimos palestinos. De todos modos, lejos se está de tratarse de “la mayor parte”.
3) “Dejando sin hogar a cientos de miles de palestinos”, dice otro de los participantes.
Mentira. Aún si Israel concreta el plan de aplicar su soberanía en los asentamientos, eso no incluye en absoluto la expulsión de los palestinos. Simplemente es falso. En el plan de Trump, en el cual se contempló precisamente el reconocimiento de la soberanía israelí en la zona, dice explícitamente que nadie deberá abandonar su casa, ni israelíes ni palestinos.
Pero además, cabe dar algunos números. El 90% de la población palestina de Cisjordania (que en total parece que es de un poco más de 2 millones y medio de personas, aunque no ha habido un censo claro), está desde enero de 1996 bajo gobierno de la Autoridad Palestina, en las zonas A y B , que también fueron determinadas por el acuerdo de Oslo.
4) “Quitándoles sus tierras y tomando posesión de sus recursos naturales”, agregan. No es cierto. Falso. La aplicación de la soberanía israelí en el terreno, es parte del plan de Trump, que por otro lado planea reconocer a un Estado palestino que cumpla ciertas condiciones, en el 70% del territorio. Sobre los recursos, lamentablemente no hay en esta zona recursos naturales de valor, salvo el agua, que escasea, y que Israel suministra en gran medida a la Autoridad Palestina.
5) “Los palestinos serán desplazados y no formarán parte de ningún estado”, dice otro participante. Los palestinos no serán desplazados a ningún lado, por lo ya dicho antes. Y el tema no es que “no formarán parte de ningún Estado”, sino que nunca formaron parte de un Estado. O sea, no existió en la historia, jamás, un Estado palestino independiente. Es más: la primera vez que pudieron gobernarse en forma autónoma, fue justamente a raíz de los acuerdos de Oslo suscriptos con Israel. Fueron esos acuerdos los que crearon la Autoridad Palestina que los gobierna hoy.
Ah, además…si hubieran aceptado diversas propuestas que les fueron presentadas a lo largo de los años, inclusive antes de la creación de Israel, ya tendrían su Estado independiente. Dicho sea de paso, yo lamento que no lo tengan. Rechazar las propuestas fue nocivo para ellos y por ende, para la opción de paz con Israel. Lamentable.
6) “Quedarán en territorios aislados es decir en un verdadero apartheid…”
La eventual declaración de soberanía israelí en los asentamientos no “aisla” a los palestinos. Tanto localidades palestinas como asentamientos israelíes, tienen en determinadas zonas un problema de continuidad territorial. Este, dicho sea de paso, es mucho más grave para los israelíes, al menos según el mapa de Trump. Unos 15 asentamientos quedarían como enclaves rodeados de territorio gobernado por los palestinos.
¿Y apartheid? La palabra es efectista y demonizadora, pero no tiene nada que ver con la realidad. La enorme mayoría de la población palestina quedaría bajo autogobierno de la Autoridad Palestina y la población judía bajo gobierno israelí. Precisamente hoy entrevisté a un ex General israelí que defiende la opción de soberanía en los asentamientos y me dijo claramente que en su opinión, en el futuro aquellos palestinos que viven en la zona de soberanía israelí, que son la pequeña minoría, deberán recibir ciudadanía israelí. No es un plan oficial aún, pero no fue él el primero en mencionarlo. También el ex ministro de Defensa Bennett había hablado claramente en esos términos. Apartheid, el régimen de segregación racial de Sudáfrica, no tiene nada que ver con esta situación.
7) Y acá viene una de las peores mentiras, porque va acompañada de un simbolismo mal intencionado de quienes nutrieron a estas figuras públicas de información deformada. “Son más de 6 millones de personas viviendo en Palestina”, dice una de las figuras. Es tan fácil inventar números confiando en que nadie revisa ¿no? Hay aproximadamente 2.5 millones de palestinos en Cisjordania y algo menos de 2 millones en la Franja de Gaza (que nada tiene que ver con el plan de soberanía). En mis cuentas, 4.5 millones no son 6.
¿Estarán agregando a los 2 millones de ciudadanos árabes de Israel, cuyo voto al parlamento israelí-al que también pueden ser electos- vale exactamente como el de un ciudadano judío? Qué mala intención…
Pero lo peor no es el mero intento de deformar la realidad, sino eso de 6 millones, exactamente la cantidad de judíos asesinados por los nazis en el Holocausto. ¿Habrá sido un intento de fijar en la percepción de quien mire el video la sensación de que los palestinos son víctimas de un genocidio? O sea, en este video no lo dicen explícitamente, pero como la propaganda palestina ha usado el motivo en repetidas ocasiones, reconocemos que tenemos cierta sensibilidad al respecto.
8) Ya nos hemos extendido en demasía, por lo cual optamos por resumir, sin hacer referencia a cada uno de los puntos. El video exige justicia. Nos parece bien. Yo la quiero, para todos. Por lo tanto, no quiero que la Autoridad Palestina continúe efectuando pagos a terroristas responsables de atentados, y que desde sus páginas oficiales no se elogie a los terroristas ni se incite a la violencia. Eso sería justo para ambas partes, sin envenenar la mente de nadie.
“Más de 70 años de sufrimientos palestinos ha sido suficientes”, afirman casi al final. Más que cierto. Y la primera queja al respecto debe ser a sus líderes, que han rechazado una y otra vez propuestas para llegar a un acuerdo con Israel. Varias de ellas incluían la fórmula de un Estado palestino independiente. Oportunidades desperdiciadas que nada aportaron a los palestinos.
En tono personal, quisiera agregar: estoy a favor de un Estado palestino independiente que viva en paz junto a Israel, y no apoyo la declaración de soberanía. Pero no por ello voy a deformar las cosas ni decir que la historia fue distinta de la que fue. De esa forma, no se defiende dignamente ninguna causa.
La mejor forma de defender a los palestinos no pasa por la demonización de Israel y el invento de mentiras en su contra, sino por la condena al terrorismo y el aliento a volver a negociar.Sería lo mejor, para israelíes y palestinos.
Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(30 de Junio de 2020)
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