Ana Jerozolimski / Directora Semanario Hebreo JAI

Editorial

¿Primer logro del plan de soberanía israelí en los territorios en disputa?


Israel no anunció aún ninguna decisión clara respecto al anunciado plan de imponer su soberanía en partes de Judea y Samaria y el Valle del Jordán, pero quizás algo en la retórica de la última jornada esté indicando que las presiones alrededor de este tema pueden conducir a un avance positivo para israelíes y palestinos. A menos, claro, que sea un mero truco político para confundir a la opinión pública internacional.

Según un informe de la agencia France Presse, citado por medios de comunicación de Israel, la Autoridad Palestina envió al Cuarteto Internacional de Paz (compuesto por la ONU, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea) una “contrapropuesta” al plan presentado en enero último por el Presidente Donald Trump, expresando su disposición a retornar a las negociaciones directas con Israel “del punto en el que fueron interrumpidas en el 2014”.  

El texto en cuestión dice que “estamos dispuestos a tener nuestro Estado con una cantidad limitada de armas y una fuerza policial poderosa para hacer cumplir la ley y mantener el orden” y sugiere “cambios de fronteras menores que sean mutuamente acordados, basados en las fronteras del 4 de junio de 1967”.

La revelación sobre este texto oficial de la Autoridad Palestina tan solo dos días antes de la fecha en la que en principio podría comenzar el proceso de declaración de soberanía israelí en parte de los territorios en disputa, no nos parece  casualidad. A nuestro criterio, se trata de un intento de último momento de los palestinos de frenar lo que ellos llaman “anexión” o de preparar el terreno para que no se les acuse de que Israel da un paso unilateral dramático porque los palestinos rechazaron toda opción negociada.

Si bien el Primer Ministro Biniamin Netanyahu, al defender el tema de la soberanía, destaca más que nada el vínculo histórico del pueblo judío con Judea y Samaria y la importancia del Valle del Jordán para la seguridad de Israel, uno de los argumentos más mencionados por los defensores del plan es que Israel tiene que tomar sus decisiones según su agenda,  y no esperar por los palestinos, que siempre rechazan todas las propuestas. El propio Beni Gantz dijo días atrás que Israel “no esperará más a los palestinos”, que en enero rechazaron el plan de Trump ya antes de verlo, como hicieron en tantas otras oportunidades con otras propuestas.

Para comprenderlo, es clave recordar unos elementos básicos relacionados a ese plan.

1.Allí está el reconocimiento a la eventual soberanía israelí en los territorios en cuestión, concretamente en el 30% de Cisjordania (Judea y Samaria), pero como parte de un plan que también contempla la creación de un Estado palestino independiente en el resto del territorio, unos años más tarde, si se cumplen determinadas condiciones.

2. Es cierto que el plan de Trump concede a Israel elementos que propuestas anteriores no incluían, como el rechazo de Jerusalem oriental como capital de un futuro Estado palestino y la afirmación que no serán desmantelados asentamientos.  Eso crea una distribución territorial muy complicada tanto para  un Estado palestino como  para los propios asentamientos, parte de los cuales quedarían como enclaves rodeados de territorios controlados por la Autoridad Palestina. Pero la contraparte es que propone claramente un Estado palestino independiente en la mayor parte de Cisjordania. 

3. Los palestinos ya antes rechazaron todos los planes que les fueron presentados, cuando el mapa de asentamientos en el terreno no era tan complejo como ahora, cuando no eran 450.000 los israelíes viviendo en ellos sino una cantidad infinitamente menor. 

 

Está claro que el paso del tiempo no mejoró la situación de los palestinos. Quizás les haya dado más instancias de apoyo diplomático, pero en el terreno, la situación no hizo menos  que complicarse. 

El tema de los retoques de frontera en el marco de un acuerdo apareció hace ya muchos años cuando la famosa carta del Presidente George Bush hijo al entonces Primer Ministro Ariel Sharon, reconociendo la idea que Israel acople a su territorio los bloques de asentamientos con la enorme mayoría de la población judía a cambio de una superficie similar dentro del Israel soberano, con la que se compensaría a los palestinos. Pero pasaron muchos años desde entonces, y hace ya más de un lustro que ni siquiera se negocia.

¿Será que realmente los palestinos se asustaron de que Israel “anexe” y decidieron tratar de frenarlo prometiendo negociaciones? ¿Habrán entendido que si siguen perdiendo tiempo, no llegarán nunca a nada?

El tiempo dirá. 

“Nadie tiene tanto interés como los palestinos en lograr un acuerdo de paz y nadie tiene tanto para perder como los palestinos ante la ausencia de la paz”, dice la carta palestina enviada al Cuarteto. Lamentablemente, no lo han demostrado hasta ahora.  Pero no es tarde para cambiar. 

Por su parte Netanyahu exhortó el domingo de noche a los palestinos a “no perder otra oportunidad , a no desperdiciar otro siglo tratando de destruir a Israel”. En un mensaje previamente grabado en video y transmitido en la conferencia Cristianos Unidos por Israel realizada virtualmente por la pandemia, el Primer Ministro de Israel declaró que los palestinos “deberían abrazar la visión de Trump” y “deberían sentarse a negociar en buena fue, dispuestos a negociar un término medio histórico que pueda traer la paz a Israelíes y Palestinos por igual”.

Netanyahu agregó: “Israel está preparado para esas negociaciones. Yo estoy preparado para ello. Y estoy seguro que varios países árabes en nuestra región abrigan la esperanza que iniciemos esas negociaciones con los palestinos”. También su socio Beni Gantz se manifestó en términos similares en el mensaje que él grabó para la ocasión. Llamó a los palestinos a reconsiderar su negativa a negociar y a “no perder otra oportunidad  de un cambio positivo, por paz y prosperidad”.

No olvidemos que aún si realmente se vuelve a negociar, el camino será arduo. En el gobierno israelí hay una clara oposición a la creación de un Estado palestino independiente. Pero el trasfondo es la desconfianza, el terrorismo, la apología en pro de los atentados, la incitación. Si eso cambia, también otras cosas podrán cambiar.

Se precisa dos para el tango. Israel no está solo. Los palestinos tampoco.

Observemos con atención el proceso. ¿Nos deparará el futuro algo mejor? Ojalá. 

Ana Jerozolimski
Directora Semanario Hebreo Jai
(29 de Junio de 2020)

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