Por Rina Fainstein
Mi historia comienza en Uruguay. Como parte de una típica familia judía de inmigrantes. Gracias al trabajo de mi padre –Benito Roitman, reconocido economista en América Latina- para las Naciones Unidas, viví en Chile, Argentina, México y Estados Unidos. De mis padres recibí amor por Uruguay y al mismo tiempo una educación judía que me transmitió la singularidad de Israel como hogar nacional del pueblo judío. A los 18 años tomé la decisión de hacer Aliá, radicarme en Israel, viajé sola y puedo decir que por un lado, Israel sigue siendo el sitio con el que me siento totalmente identificada, pero que al mismo tiempo, nunca olvido a Uruguay ni la cultura y raíces latinas que llevo conmigo.
Mi segundo capítulo, comienza con mis estudios en el Technion, donde nace mi interés por la tecnología. Mi maestría la hice en psicología en investigación, con un real interés por entender el mundo empresarial y el marketing. Más adelante me sumergí en el mundo de los startups y el ecosistema de innovación de Israel. Fundé un startup que finalmente cerró por mal manejo financiero, tecnológico y por sobre todo por mal manejo de las relaciones entre los fundadores. Para mí, a nivel personal, fue una confirmación de los datos generales del país: inclusive en la "Startup Nation", hay fracasos. La cifra conocida es que el 90 % de las startups fracasan.
Esta experiencia me expuso a lo que es “La resiliencia”, una característica intrínseca en la cultura emprendedora israelí, que me permitió aprender de estos fracasos y crear algo nuevo y mejor para mí. La empresa que hoy dirijo , Noga Plus, cumple con mi visión de conectar el mundo tecnológico de Israel con los mercados de América Latina, creando un puente entre ambos mundos.
Gobiernos, centros académicos y empresas de América Latina buscan cómo implementar el modelo de innovación de Israel. Se trata de adaptar la experiencia israelí a la realidad local y buscar soluciones a los desafíos existentes. Lo que yo he hecho es conectar estos desafíos con startups y con empresas y/o expertos de Israel, dictando conferencias y talleres que ayudan a cambiar el mindset. Y si he podido contribuir aunque sea un poco a que esto suceda, fue porque mostré que la profesionalidad, la convicción en cumplir metas y la honestidad en los negocios son fundamentales para conectar culturas distintas.
Al haber celebrado hace pocos días Israel un nuevo aniversario de su independencia, Iom Haatzmaut, , quiero referirme a la innovación en uno de los campos en los que Israel está a la vanguardia y en el que la participación de mujeres es más alta que en otros campos tecnológicos. Además, en este campo yo estoy involucrada y confío en su potencial.
Me refiero a FoodTech, tecnología para la alimentación.

Israel se ha convertido en una potencia en proteínas alternativas (segundo después de Estados Unidos), desarrollo de ingredientes saludables como sustitutos de carne, azúcar, huevo y grasas, nuevas materiales para empaques, soluciones para los desechos orgánicos e inorgánicos, AI (Inteligencia Artificial) en casi todos estos campos y otros más. En esta área el porcentaje de mujeres CEO (Gerentes Generales) de startups es más alto comparado con otras áreas, aunque aún insuficiente.
En este Iom Haatzmaut, celebro a las mujeres Israelíes que están a la vanguardia de estas tecnologías, las que impulsan el network de mujeres en FoodTech (trascendiendo las fronteras de Israel), las que dirigen la academia de mujeres en Foodtech ( con el apoyo del Technion y la Autoridad de Innovación de Israel). Ser panelista en eventos, ser activa en el network, mentora, juez en competencias y conectar las startups con multinacionales latinas es clave en esta área.
Y para cerrar con broche de oro, comparto la iniciativa que junto a mis colegas/amigas, Miriam Berger (directora de la cámara de comercio de Israel América Latina (mexicana) e Ilana Soluducho , socia en el despacho de abogados Pearl Cohen, (uruguaya), hemos fundado el grupo de mujeres latinas en high tech.
Dicho todo esto, me es importante destacar que mi actividad profesional, mis constantes viajes y conexiones con América Latina, nunca pusieron en duda que mi prioridad como mujer siempre ha sido mi familia: mi esposo, mis cuatro hijos y nietos, a quienes siempre transmití mi amor por Israel, mi cultura latina y mi lugar como mujer.

Dada la situación que vive Israel desde el 7 de octubre del 2023, mis hijos/yernos s son miluimnikim (pertenecen a la reserva) y mis hijas/nuera son por ende esposas de miluimnikin, un desafío nada sencillo estos días. Todos viven en Israel y están orgullosos de su país.