Sobre el desafío de la guerra y su reciente viaje a Uruguay
Sin olvidar ni por un momento que en Israel, la calma suele ser el capítulo que precede al futuro estallido, es evidente que hasta el sábado último, durante aproximadamente tres meses y medio, el norte de Israel había vuelto a respirar con mayor tranquilidad por el alto el fuego con la organización terrorista Hezbolá.
Sería prematuro vaticinar que el disparo de cohetes desde Líbano este sábado temprano a la mañana y la consiguiente respuesta de Israel, significan que se ha terminado definitivamente el alto el fuego, pero claro está que lo sucedido agrega tensión.
De todos modos, volviendo hacia atrás, es evidente que desde el 8 de octubre del 2023, cuando Hezbolá comenzó a atacar Israel con un continuo lanzamiento de misiles, el Centro Médico Rambam ubicado en la ciudad de Haifa estuvo en el ojo de la tormenta, siendo el mayor hospital del norte de Israel. Se organizó de antemano para las peores eventualidades, construyendo de hecho instalaciones subterráneas al máximo nivel para lidiar con un ataque masivo. Y al frente, como siempre, estaba el Profesor Mijael (Micky) Halbertal.
Todo eso justificaba conversar con él. Pero como si fuera poco, recientemente visitó Uruguay, lo cual evidentemente, para nosotros, fue un excelente motivo para solicitarle este reportaje. Le agradecemos infinitamente el tiempo compartido.
Especial agradecimiento quisiéramos extender a Mónica Davidovich, Directora del Desk Latinoamericano del Rambam, quien nos ayudó a concertar la entrevista. Ella misma también estuvo en Uruguay.

P: Profesor Halbertal, lo entrevisté junto a otros periodistas hace varios meses en las instalaciones subterránea que fueron preparadas ante la posibilidad de una escalada de la guerra.¿Qué le dejó a usted, como médico, como director del hospital, toda la vivencia de la guerra, haber tenido que atender tantos soldados heridos en combate?
R: Hay algo especial en el hospital Rambam, como ha visto en las instalaciones. Porque el hospital Rambam, de hecho, fue el único hospital en el país que se proyectó pensando en el futuro. Después de 2006, con la Segunda Guerra del Líbano, mientras caían misiles a nuestro alrededor, construimos una instalación que no tiene parangón ni en Israel ni en el mundo; sin duda no en Israel.
Y aquí, el hospital tomó la decisión de construir esta instalación. Es una gran satisfacción ver que brinda una buena respuesta y permite continuar con la actividad plena para la población que reside en el norte del Estado de Israel.

P: Ya lo he visto, está equipada con todo lo necesario.
R: Así es. Logramos trasladar 850 pacientes en 8 horas a las instalaciones subterráneas. No estoy convencido de que era necesario, pero fue la orden y la cumplimos. Así que, en ese sentido, el concepto funcionó plenamente: brinda una respuesta que es realmente impresionante. Eso da un gran sentido de orgullo, y un muy buen sentimiento de que estamos cumpliendo con nuestra misión. En realidad, esta guerra fue la primera vez que utilizamos esta instalación. Así que ahora sabemos que funciona.
P: Me imagino que la decisión misma de cuándo bajar y cuándo volver a subir, no es sencilla. Había advertencia de 4.000 misiles por día a Haifa, pero no se llegó a cumplir tampoco en los peores tiempos de la guerra. Israel logró frustrarlo.
R: Así es. El Frente de comando civil nos indicó bajar el 24 de setiembre. Una semana después yo indiqué que volvemos a subir. Y en cada caso de esta índole, siempre se presentaba la duda que tal vez mi criterio estuvo errado, porque nos queda a todos claro que si un misil impactaba en el Rambam mientras los pacientes estaban arriba, ese era el riesgo que yo asumía. Y por supuesto, en este asunto, constantemente realizamos evaluaciones, discusiones internas. No quería decidir a la ligera quedarnos abajo porque por mejor equipado que esté, está claro que por el simple hecho de estar en un espacio común como lo es la parte subterráneo, hay otros problemas como la falta de privacidad.
P: Pero si cae un misil…
R: Exacto. ¿Cómo comparar el riesgo mientras estás en el hospital subterráneo, frente al riesgo del posible impacto de un misil? Este es el juego.
P: Parte de la dinámica era el contacto con el ejército, concretamente con el frente de defensa civil que daba sus indicaciones, aunque mucho quedaba a vuestro criterio.
R: Así es. Desde el comienzo de la guerra, recibimos la orden de reducir las actividades del hospital, que lo no esencial se postergara. Yo pensé que no era lo correcto. Por supuesto, en la primera semana no me imaginé que la guerra duraría más de un año. Pero dije, nuestra labor es brindar servicios de salud, también a personas que no fueron heridas… me negué a interrumpir las actividades y continuamos a pleno, y todos aquellos que llegaron al hospital, recibieron atención integral. No redujimos la actividad del hospital, a pesar de que teníamos personal enrolado al ejército y demás. A pesar de todos los desafíos, continuamos trabajando con total normalidad. Y en el ministerio de salud también me dijeron: todos los hospitales reducen la actividad y ustedes no. Les respondí: creo que no es lo correcto. Todas esas decisiones son tales que entiendes que estás asumiendo cierta medida de riesgo. Le dediqué a ello mucha reflexión, no fue un simple capricho. No hay otra, no hay decisiones sin asumir riesgos.
La convivencia en la atención, en la vida del hospital
P: En Rambam y otros hospitales se destaca la convivencia entre judíos y árabes. Su equipo está conformado por judíos, árabes musulmanes, cristianos, drusos, brinda atención dedicada, sin ahorrar en adjetivos de elogio, a pacientes, enfermos, heridos, que también vienen de todas las religiones, de todas las comunidades. ¿Cómo lo describiría usted?
R: Aproximadamente el 30% del personal no son judíos.
P: Más que su porcentaje en la población del país….
R: Así es. Claro que las tensiones que reinan en Israel no comenzaron el 7 de octubre del 2023 sino mucho antes. Y no sólo en la cuestión de los árabes y judíos, sino también entre los judíos mismos…todos recordamos las divisiones que ha habido. Pero nunca tuvimos un caso que alguien de cierto sector se haya negado a tratar a quien no lo que fuera. Ya durante la época de las protestas…
P: …por el plan de reforma judicial…
R: Así es…Me dirigí al personal, 6000 médicos increíbles y les dije que nosotros no somos la Policía de pensamientos, que cada uno piensa como quiere. Entre los 6.200 miembros del equipo del Rambam, a distintos niveles, unos piensan de una manera y otros de otra. Es como entre la población. Pero lo que todos hacemos aquí es atender y estar comprometidos con nuestros pacientes. Por lo tanto, llegamos a acuerdos que todo este asunto no entre al campus. Se mantuvo fuera del campus. Claro, no se puede controlar los pensamientos de la gente, incluso en las redes sociales, hemos dicho que publicar algo allí genera divergencias dentro del equipo y puede perjudicar incluso a los pacientes. Y el 99,9% del equipo se abstuvo también de ello.
Llegamos a la guerra en una situación ya de por sí problemática, y básicamente a partir del mismo concepto, fue lo que hicimos.
P: Y claro que el 7 de octubre agudizó todo más aún.
R : Sin duda. En la noche del 7 de octubre, llegaron helicópteros que traían personas heridas del sur. Recordemos que el 7 de octubre era sábado, feriado judío, por lo cual naturalmente el 80% del personal era del sector árabe.
Yo lo filmé: cuando las personas heridas llegaron a la sala de emergencias, y se puede ver el nivel de seriedad de las personas, cómo atendieron a los soldados. Con un compromiso total. Y esto es lo que hemos estado viendo constantemente desde el 7 de octubre en el hospital. No es que no haya habido todo tipo de declaraciones aquí y allá, de ambos lados.
P: Obviamente.
R: De ambos lados. En la primera semana, la gente del sector árabe tenía miedo de venir al hospital. Tenían miedo de lo que pasaría aquí, temían salir de sus casas, trasladarse. Hablé con muchos de ellos y realmente estaban atemorizados. Y vimos que ante cada hecho, la primera semana, el primer miércoles, hubo alarmas, se pensó por error que había sido un ataque contra Haifa. Pero a pesar de las alarmas, y a pesar de todo, y que pensamos que debíamos conducir a la instalación subterránea a todos los pacientes, todos, miles de trabajadores llegaron de inmediato al hospital: árabes, judíos, drusos, vinieron todos porque entendieron que era su compromiso.
Puedo contarle algo más: en cierta ocasión estaba en la sala de urgencias, junto a una de las camas, cuando habían traído a soldados del norte, y uno de los enfermeros, musulmán, lo escuché acercarse a uno de los soldados y le dijo: "Muchas gracias por protegernos". Y resulta que él va a cada herido y es lo que le dice; y se trata de un joven musulmán.
P: Alentador.
R: No me engaño… estoy seguro que en el sector no judío no todos están felices con nosotros….pero puedo decirle que el equipo demostró gran madurez, un gran compromiso y no debimos enfrentar ni siquiera un solo incidente relacionado con los pacientes, los soldados, o todo aquel que llegó al hospital. Esta es una forma de vida que hemos elegido para nosotros mismos, y atendemos a todo aquel que ingresa en el hospital, incluso a terroristas.
P: Ese se ha tornado un tema muy complejo y delicado.
R: Así es. Pero hemos tenido casos de terroristas que el ejército trajo aquí y los atendimos como a cualquier otra persona.
Probablemente nadie recuerde ya, pero desde el 2013 cuando comenzó la guerra civil en Siria, Israel recibió a unos 9.000 ciudadanos sirios que vinieron a atenderse aquí. De ellos, miles vinieron al Rambam y atendimos a todos. Toda persona que entre por las puertas del hospital, recibirá atención.
Pacientes palestinos y médicos en especialización
P: Ustedes también ofrecieron atención a palestinos. Recuerdo casos que cubrí, que iban a hacer diálisis,llegados de Cisjordania y creo que también de Gaza. Supongo que ahora, técnicamente, es más problemático…
R: Por supuesto que siguen viniendo, aunque menos. Tenemos aquí médicos de la Autoridad Palestina que realizan cursos de especialización y que a lo largo de todo este año vinieron a trabajar.También el último año.


El viaje a Uruguay
P: Profesor Halbertal, no quisiera que se nos termine el tiempo sin llegar a hablar de su reciente viaje a Uruguay. Me emocionó mucho verlo a usted durante el encendido de la menorá pública de Jabad,, una tradición de larga data en Janucá, junto con el Profesor Ciechanover del Technion, ambos invitados a encender una vela por el Rabino Mendy Shem Tov, acompañados por cierto por Armando Litvan, que los acompañó a ustedes todo el tiempo. ¿Qué lo llevó a Uruguay?

R: Le diré que tenemos vínculos muy profundos en el mundo occidental: en América del Norte, Europa, e incluso un poco en países de Oriente. Estamos allí porque es importante el apoyo que recibimos de quienes quieren impulsar nuestro trabajo , porque hay vínculos académicos con hospitales e instituciones académicas y también por la investigación conjunta. Creemos, y es parte de nuestra filosofía, que el conocimiento aquí acumulado, por ejemplo sobre sobre cómo hacer frente a tiempos de emergencia, no es propio, sino que lo hemos adquirido para toda la humanidad, por lo que, viajamos por el mundo y lo enseñamos. La verdad es que hasta hace dos años nunca habíamos estado en América Latina. Fue un grave error. Pero ya he podido ir más de 10 veces, hemos estado también en Brasil, México y Chile, afortunadamente ahora en Uruguay. En Argentina todavía no.
P: Estoy segura que el encuentro con las comunidades judías deja un sello indeleble.
R: Eso es indudable. Justamente para mi sorpresa descubrí el aspecto más significativo: las comunidades judías. Hasta el 7 de octubre creo que veíamos más que nada a gente de mi edad vinculada a Israel pero menos a las generaciones más jóvenes. Pero en América Latina descubrimos comunidades muy cálidas, sionistas y muy vinculadas a Israel, no sólo mi generación sino hijos, nietos. La gente fue extraordinaria y como israelí la vivencia fue muy agradable. En Uruguay no estuvimos en hospitales por la época del año en la cual visitamos.
En todas partes, la calidad de la medicina – si bien hablamos de medicina privada- las capacidades, el deseo de impulsar colaboraciones y actuar juntos también en el ámbito profesional, porque creemos que venimos no sólo a tomar sino también a dar. Es tan impresionante. Por ello estamos allí.
Llegar al aeropuerto de Montevideo y ver una janukiá en medio del aeropuerto, es algo que no se ve en otro sitio.
Luego, encontrarnos con gente y escuchar… fue increíble. Estar en la ceremonia con unas mil personas, es impresionante. Estuvimos en Punta del Este y fue muy emocionante, hoy en día casi no se ven eventos de ese tipo.
Estuvimos en la universidad y el ambiente fue muy cálido y acogedor. Impresionante.
P: Tal vez la visita a Uruguay fue un inicio para proyectar una próxima visita en la que puedan enfocarse en el aspecto médico en particular.
R: Estoy seguro. Tuvimos un encuentro en la comunidad, con 120 participantes -presentamos la obra de Rambam- , nos encontramos con Pablo Atchugarry el escultor, fue apasionante escucharlo. Se trata de una comunidad extraordinaria. Sin duda, volveremos a visitar, haremos más cosas. Debíamos encontrar al presidente de la República pero al final, no se dio.
Creo que es un gran placer tener encuentros con esas comunidades tan cálidas. Hoy todos entienden la importancia fundamental del vínculo y el apoyo a Israel.

El mensaje central
P: ¿Qué mensaje quisiera transmitir al mundo en cuanto a la guerra que ha sido impuesta a Israel, en relación a la resiliencia y la resistencia, junto al sufrimiento y dolor descubierto y se reforzó tras el 7 de octubre?
R: El mensaje es que somos un país que desea la paz, aspira a la paz y desea vivir con amor y aceptación de todas las personas que viven a nuestro alrededor. Al mismo tiempo, sabemos defendernos, cuidarnos. No permitiremos que una Shoá se repita, para nosotros y futuras generaciones. Israel debe ser fuerte al tiempo que ser muy humano, con valores que tal vez no vemos en nuestro entorno geográfico, pero nos representan como judíos. Después de todo lo que hemos sufrido, creo que debemos tener valores diferentes, indudablemente al hablar de la medicina, se vincula al hecho que brindaremos servicios de salud a todo aquel que llegue, sin distinción de religión, raza u otro aspecto. Creo yo que todo lo que nos hace a nosotros como pueblo judío, como nación potente.
P: Profesor Halbertal, ha sido un gran honor, mil gracias. Un privilegio.
R: Gracias a ti.