Entrevistas

Con Marcelo Garzón, de la dura espera al duelo irreversible

El israelí promedio se ha visto embargado en los últimos ya casi 15 meses por una tormenta de sentimientos desatados por la catástrofe del 7 de octubre del 2023. Evidentemente, esto fue especialmente notorio entre la población de la zona adyacente a Gaza, especialmente varios kibutzim de los cuales fueron secuestrados numerosos miembros, hombres, mujeres y niños de muy diversas edades. En medio del dolor generalizado por los asesinatos y por tanto sufrimiento, quizás una de las situaciones más complejas-que vivieron varios de los habitantes de la zona-fue pasar de la esperanza en medio de la incertidumbre a la confirmación de lo peor, de la preocupación por el ser querido que se pensaba secuestrado pero que al menos se esperaba que vuelva, a la confirmación que de hecho, en realidad, estaba muerto.

Esto es lo que le pasó a la familia de Dolev Yehud del kibutz Nir Oz, a sus padres-que tienen el agravante  de que su hija Arbel y su novio Ariel Cunio siguen secuestrados – y a Sigal Garzón, la esposa de Dolev, madre de sus cuatro hijos. La menor nació pocos días después del 7 de octubre y ya nunca conocerá a su padre. Durante más de medio año pensaron que Dolev estaba en Gaza pero en mayo último la familia recibió la dura noticia sobre el hallazgo de parte de sus restos en Nir Oz.

 

Dolev Yehud , asesinado, y su hermana Arbel, aún secuestrada. No se ha sabido nada de ella.

 

Conversamos sobre lo que deriva de todo esto, sobre cómo se lidia con un drama de este tipo, con Marcelo Garzón, el padre de Sigal, que quería a su yerno Dolev como a un hijo. Y que lo extraña por todo lo que significaba para su hija, para quien él era el amor de su vida.

Sigal y Dolev en tiempos felices

 

 

P: Marcelo, tu familia ha vivido un gran drama por el ataque a Nir Oz, uno de los peores escenarios de la catástrofe del 7 de octubre del año pasado y por la tragedia personal que terminó en la confirmación del asesinato de tu yerno Dolev, esposo de tu hija Sigal, tras meses de creerse que estaba secuestrados en Gaza. Era el padre de tres hijos y la cuarta nació cuando él ya no estaba. Te pediría ante todo que me cuentes por favor de tus nietos, los hijos de Sigal y Dolev.

R: La mayor, de 8 años, se llama Raz.  Luego está Iotam (7), varón, la tercera Ron (4) y finalmente Dor, que nació poco después del 7 de octubre. Te cuento que el nombre que Sigal eligió para la menor, Dor, tiene mucho significado. Ante todo, en hebreo, quiere decir generación. Mi hija le puso ese nombre porque las dos primeras letras son igual que en Dolev, pero además, con la tercera letra se forma Dor y eso fue para expresar la esperanza  que las nuevas generaciones tengan un futuro mejor. 

Sigal con sus cuatro hijos. La menor ya no conocerá a su padre

 

P: Entiendo que el matrimonio de Sigal y Dolev fue una historia de amor de toda la vida.

R: Así es. Están juntos desde los 12 años. Se conocieron a los 6 en primer grado de escuela. Es un fenómeno muy común en los kibutzim, que los chicos se conocen realmente desde muy temprano porque crecieron juntos. A los 12 años ya eran una parejita.

P: ¿Parejita a los 12 años?

R: Sí, Sigal decía que tiene javér, o sea que tiene novio. Y así siguieron siempre. A los 15 Dolev ya dormía en casa.Yo sentía que iban para adelante, hacia la luz. Estuvieron juntos 24 años. Una vida. Dolev le llevaba sólo dos meses a Sigal. Aprendieron juntos, crecieron juntos, vivieron juntos, formaron familia, aprendieron todos juntos.

P: Me imagino que con todo esto que me contás, no es “solamente” que Sigal perdió a su esposo sino que para ustedes era como un hijo.

R: No hay ninguna duda. Siempre me preguntan qué es lo que más extraño de Dolev. Y tengo claro que lo que más extraño era  verlo cuando  abrazaba a mi hija y le daba un beso en la frente. Porque dicen que cuando besás a una persona en la frente es porque verdaderamente la querés. Y esa es una de las cosas que más faltan.

P: Claro, ver a tu hija amada.

R: Así es. Te cuento que tengo tres hijas, todas casadas, tengo ocho nietos y esperamos la novena para fin de enero. Cuando cumplí 60 años hace ya unos tres años y nos reunimos toda la familia, dije que si  hubiese sabido  que iba a recibir tres yernos como los que tengo, hubiese hecho seis hijas.

P: Hermoso. Y eso acrecienta ahora el dolor por Dolev.

R: Muchísimo. Pero siempre va a estar en mi corazón. 

Marcelo en la Plaza de los Secuestrados , La concientización es parte de la lucha. (Foto: Ariel Jerozolimski)

 

Criar a los niños sin padre pero preservando su presencia

P: Me imagino que el mayor desafío es el de Sigal, no sólo criar a sus hijos sin Dolev sino enseñarle a Dor lo necesario para que crezcan casi sintiendo a su papá, aunque nunca lo conoció.

R: Así es. Sigal es maestra de profesión. Trabajó  muchos años en educación no formal. Pienso que eso le dio herramientas que le ayudan ahora a enfrentarse a esta situación en la que Dolev ya no está para criar junto con ella a los hijos de ambos.

P: ¿Cómo maneja el tema?

R: Habla muy abiertamente, más que todo con los dos más grandes. La chiquita, por supuesto, todavía no. Con la tercera, que está ahí en el medio llevará tiempo  porque a esa edad, temas como la vida y la muerte son difíciles de entender. Pero veo que Sigal sabe cómo llevarlo y contener a los chicos.

No tengo ninguna duda de que Sigal va a saber cómo seguir llevando todo esto y también tener todo el tiempo presente a Dolev con ellos. 

P: Y me imagino que vos y tu esposa querrán que pueda rehacer su vida, es muy joven.

R: Ella decidirá. Pero al margen de si en algún día quiere rehacer su vida con una nueva pareja, que por supuesto sea alguien que reciba a los chicos como si fueran de él, Dolev siempre va a estar ahí. 

 

Entre el horror y la convivencia, una visión pesimista del futuro

 

P: ¿Cómo ves el tema del futuro junto a Gaza? ¿Podrá haber convivencia pacífica? O quizás otra forma de preguntarlo es si acaso se te resquebrajó algo de tu visión respecto a la posibilidad de vivir en paz con los palestinos. 

R: Hay una grieta bastante profunda. No es fácil seguir adelante después de semejante atentado. No cicatriza rápido. Yo creo que el pueblo de Gaza tiene que pasar una transformación impresionante y entender ante todo que la vida sí tiene valor. Cuando entiendan que la lucha debe ser para que sus hijos tengan un futuro mejor de lo que tuvieron hasta ahora, ahí ya vamos a poder empezar a acortar  la distancia que hay entre las mentalidades de ambas partes.

Ahí sí puede ser que también por parte nuestra empiece de nuevo a haber un poco más de confianza. 

Sabemos que la vida sigue adelante y hay que mirar siempre hacia el horizonte. Pero va a llevar tiempo, así como llevó hasta que Israel y Alemania entablaron buenas relaciones. 

P: Hablaste de diferencia de mentalidad …eso es clave. Recordemos que desde que Hamas tomó el poder en Gaza pasaron 17 años o sea que todos los jóvenes de Gaza crecieron en un sistema educativo que determina que a los judíos hay que matarlos. Ese es el problema de fondo.

R: Por supuesto. Si padres permiten que eduquen a sus hijos en el extremismo y antisemitismo, estamos en un serio problema. Lo viven desde los 3 años, en campamentos de verano…no estoy inventando, hay filmaciones de lo que les enseñan, niños pequeños con armas. Fusiles de plástico, claro, pero les inculcaron siempre el odio, una especie de lavado de cerebro enseñándoles que hay que matar a los judíos.

P: Gracias por todo Marcelo. Lo mejor del mundo a Sigal y sus hijos, y a ustedes, en medio del dolor.

R: Muchas gracias.

Ana Jerozolimski
(30 Diciembre 2024 , 19:34)

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