Los familiares, aclara, no deben tocar la parte política
La principal tarjeta de presentación de Dani Miran es “el papá de Omri” secuestrado del kibutz Najal Oz el 7 de octubre, por lo cual esperan su regreso su esposa Lishai y sus dos hijas pequeñas de 1 y 3 años. También es el padre de otros dos varones y una mujer, Boaz, Nadav y Naamá.
Dani nació en Irak y cuando tenía 5 años llegó a Israel, directo a Kiryat Shomná, decidiendo luego mudarse a Yesod Hamaalá , siempre fiel a la Galilea, hoy bajo fuego de Hezbolá desde Líbano.
Conversar con él hoy combina la preocupación por el hijo que no está con las reservas que tiene respecto a la fórmula que se está negociando para liberar a los secuestrados Dani también explica el delicado tema de por qué hay que cuidar de no mezclar la discusión política interna a favor o en contra del gobierno, con la lucha por los secuestrados.
P: Dani, lo que nos convoca a esta entrevista es la espera que lleva ya tanto tiempo que regrese Omri, que regresen todos los secuestrados. Pero recordemos que también usted está fuera de su casa, que se halla en zona de guerra en el norte.
R: Es cierto. Yo vivo en Yesod Hamaalá, que está a 7 kms de la frontera con Líbano. Ha habido aquí muchas alarmas por el disparo de cohetes de Hezbolá, todos los días hay que ir al refugio, que está a unos 80 metros de mi casa porque no tengo pieza blindada dentro de mi casa. Pero ahora estoy hace meses en Tel Aviv y siento que me falta el aire entre edificios. Es otra cosa. Pero estoy aquí para librar la guerra por la liberación de Omrí y de todos los demás secuestrados.
P: Esta seguramente es la más dura de todas las guerras.
R: Sin ninguna duda.
Omrí, el “astronauta” sonriente
P: Cuénteme por favor sobre Omrí, ante todo.
R: Omrí es un niño- es mi hijo, así que siempre será para mí mi niño- de 47años .Es tan hermoso, y es un gran papá. De chico su apodo era astronauta. No pensé que llegaría a ser un padre como es, tan sensible y entregado con toda su alma a sus hijas y su esposa, a su hogar.
Se casó relativamente tarde y comenzaron a construir su casa en el kibutz Najal Oz. Por las tardes se dedicaba a shiatsu y en el kibutz trabajaba en jardinería. El y otros compañeros hicieron todos los jardines del kibutz. Llegó al kibutz siguiendo a unos amigos. Antes vivía en Yesod Hamaalá. Además le encantaba leer, tres o cuatro libros por semana.
P: Conociendo su personalidad y sus fortalezas ¿cómo cree que está pasando estos largos meses de cautiverio?
R: Cuando fue secuestrado, una de las cosas que nos carcomía, aparte por supuesto del que esté en Gaza, era pensar qué sabía de lo que había pasado con su esposa y sus hijas, qué pensamientos le pasarían por la cabeza, si las habrían asesinado, si habrían violado a la esposa, si las habrían herido o dañado a ella o a las niñas de alguna forma. Nos enloquecía ese pensamiento.
P: Entiendo que a ellas, afortunadamente, no les pasó nada.
R: Así es. Estaban todos en el refugio pero en el caso de ellos se llevaron sólo a los hombres.
P: Como sabemos hubo y hay muchas mujeres secuestradas, también niños, y asesinados…
R: Por supuesto. Pero hace unos meses, como recordarás, Hamas difundió un video en el que aparecía Omrí.
P: Así es, en abril. Aparecía Omrí y también Keith Siegel de Kfar Aza.
R: Así es. Y en ese video el saludó a su papá, a sus hermanos, a su esposa y sus hijas, a los que ama. Nosotros lo interpretamos como que sabe que su esposa y sus hijas están con vida. Y para nosotros eso significó un gran alivio.
Te diré además que Omrí prácticamente vivió descalzo hasta los 5 años. Creo que en lo que se refiere a la parte física, se sobrepondrá. En aquel video se lo veía relativamente bien, pálido por supuesto , y amargado…lo cual chocaba mucho sabiendo cuán sonriente siempre es. Todo el tiempo sonríe…y verlo triste, con los ojos tristes, sin brillo, fue muy difícil.
P: Pero habló bien.
R: Sí, es cierto.
Diferencias entre familiares de secuestrados
P: No es secreto que hay diferentes encares de parte de distintas familias acerca de cómo hay que librar la lucha por la liberación de los secuestrados. A favor de la fórmula que está ahora siendo negociada, en contra de la misma, a favor de otra alternativa…¿Qué me puede contar al respecto?
R: Al principio había cerca de 250 secuestrados. Cada uno tiene esposa o compañera, padre, madre, hermanos, hijos, tíos, primos y vecinos…y yo vivo en un lugar al que a todos les importa de todos. En mi pueblo están todos preocupados, y el pueblo de Israel está preocupado por los secuestrados. Había familias religiosas, seculares, de izquierda, de derecha, moderados y extremistas de un lado y del otro y todo lo que hay entre las puntas. De todo. Decidimos que no mezclaríamos el encare político personal de cada uno, las tendencias personales de cada uno, en la central de lucha por los secuestrados, lo que se llama en hebreo “maté hajatufím”.
P: Fue muy sabio.
R: Creo que también era ineludible. Fijamos una línea de acción para todos, sea cual sea la opinión personal de cada uno, para tratar de traer a todos de vuelta a casa. Sin discusiones entre nosotros. Pero ha pasado mucho tiempo y hay gente que pierde esa línea, y lo puedo entender.
P: Se termina perdiendo la cordura en algunos casos quizás, porque lo que están viviendo es indescriptible.
R: Es que el globo de la presión, hay un límite cuánto se puede inflar. Así que hay algunas familias que han perdido esa línea, y creo que no tienen la culpa. No acuso a nadie, pero está el tema de las manifestaciones contra el gobierno en Kaplan. Hay muy pocas familias de los secuestrados que van a esas manifestaciones. Pero después la prensa lo presenta de una forma que parecería que las familias de los secuestrados protestan todas en Kaplan, que es un lugar identificado con las manifestaciones contra el gobierno, y no es así. Filman a la multitud que hay allí y luego dicen que familias de secuestrados bloquearon las carreteras. Nosotros, en principio, estamos en contra de bloquear carreteras. Estamos contra enfrentamientos con la policía. La central de las familias de los secuestrados, el “maté hajatufím”, considera que la Policía hace un gran trabajo, nos acompaña a todos los eventos. Nosotros no hacemos locuras ni provocamos a los policías. Así que la Policía no está contra nosotros sino que nos cuida. También cuando hacemos marchas, ellos bloquean cruces para que podamos pasar, nos cuidan. Yo tengo sólo agradecimiento para con la Policía.
P: Entiendo que el desafío es no mezclar la lucha por la liberación de los secuestrados, con las discusiones con el gobierno. Pero claro que este punto es uno de los más álgidos. Y como ya dijo, hay distintas posturas. Entiendo que también en su familia ha habido diferentes matices por ejemplo respecto a la fórmula de acuerdo propuesta. ¿Es así?
R: En nuestra familia está presente todo el tiempo el tema. Cuando nos sentamos a comer, discutimos sobre política, también podemos reírnos, y cada uno tiene su posición. Pero somos una familia muy unida. Hay gente que se toma en lo personal las diferencias políticas y el odio va creciendo y se ve al que piensa distinto como enemigo y traidor. Eso es inaceptable.
P: ¿Cuáles son las diferencias en su familia respecto al tema del acuerdo con Hamas?
R: Mis hijos dicen que hay que luchar hasta el final, presionar a Hamas para poder así recuperar a los secuestrados. Nadav y Boaz están convencidos de eso. Está claro que todos queremos destruir totalmente a Hamas pero no sé si se puede lograr. Lo seguro es que todos pensamos que hay que traer a todos juntos, no un acuerdo por etapas.
. P: ¿Qué problema ven en ese camino?
R: Que puede dejar a los hombres, los soldados, en Gaza…o aún si funciona la segunda etapa, el resto ya no funcionará, así lo tememos. Y entonces tendremos a secuestrados que se convertirán en Ron Arad, el copiloto que cayó en Líbano y nunca recuperamos. Servirán de protección de Sinwar y sus socios. Y entonces los jóvenes o parte de ellos quedarán allí para siempre. En eso yo pienso igual que mis hijos.
P: El problema es que esperar a lograr ese acuerdo, que hoy parece imposible, significa renunciar a un acuerdo en el que podríamos, si se pacta, quizás en poco tiempo ver la liberación de todos los incluidos en la fase humanitaria.
R: Lo sé, es un serio problema, ya que aún si se libera a uno, para su familia es una felicidad inconmensurable. Y yo también me alegraría por uno que sale. Por cada uno que salga y regrese a su familia.
P: ¿Le parece factible que se llegue a un acuerdo para la recuperación de todos de una vez? No es lo que está sobre la mesa.
R: Por supuesto que sí. Quizás no enseguida, pero si considero que todos tienen que salir juntos. Esa será la victoria del Estado de Israel.
P: ¿Considera que eso depende de la firmeza con la que actúe Israel?
R: Así es.
P: ¿Y paralelamente hay que intensificar la presión militar sobre Hamas? Creo que está bastante claro que esa presión daña a Hamas pero también arriesga a los secuestrados que están en Gaza.
R: Yo no soy estratega ni tengo información de Inteligencia como para decidir cómo es mejor actuar. Confío en los que negocian en nombre de Israel.
P: ¿También en el Primer Ministro? El ex Jefe de Tzahal, Teniente General retirado Gadi Aizenkot, que estuvo en el gabinete de seguridad y se fue, asegura que Netanyahu tomó decisiones en distintos momentos en relación del acuerdo negociado, por consideraciones políticas de coalición. ¿Qué le parece?
R: No quiero tocar la parte política. Gadi es hoy una figura política y yo lo respeto mucho a él, pero es un político y yo no puedo tener certeza acerca de las razones de tales o cuales afirmaciones que hace, cuál puede ser su interés. Yo no tengo otro gobierno. El que hay, es mi gobierno. Es el gobierno que falló, por el cual nuestros hijos fueron secuestrados. Y es el gobierno que debe ahora vencer al enemigo.
P: Muchas gracias Dani. Y que vuelvan pronto todos, Omrí y todos los demás.
R: Que así sea. Muchas gracias.