MiSinai

No. 268

Vaetjanán

Horario de velas de shabat en Montevideo 

Viernes  16 de agosto 17.57

EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS

Por Yossy Goldman

Los tiempos han cambiado. Todos lo sabemos. Pero ¿qué pasa con las personas? ¿Son los humanos hoy diferentes de lo que eran en la antigüedad? ¿La naturaleza humana ha evolucionado a lo largo de los milenios o somos, básicamente, el mismo tipo de personas que siempre fuimos?

Unas cinco semanas antes de su muerte, Moisés comienza una serie de sermones que pueden describirse como su testamento ético. Prevé el futuro y trata de ahorrarle a su rebaño las tragedias que pueden surgir de sus posibles errores de juicio en los años venideros.

Habla de los buenos y los malos tiempos y aborda las posibles respuestas de la gente a las fortunas y desgracias que pueden enfrentar.

“Y sucederá que cuando el Señor tu D-os te haya introducido en la tierra que juró a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que te daría, tendrás ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, casas llenas de toda cosa buena que tú no llenaste, cisternas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste; y comerás y quedarás saciado. Ten cuidado, no sea que te olvides del Señor que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.” (Devarim 6:10)

Moisés comprendía muy bien la naturaleza humana. Cuarenta años de liderazgo le habían enseñado todo lo que cualquiera podría esperar saber sobre la psique humana.

Se dio cuenta de que en tiempos de riqueza y éxito, su pueblo bien podría olvidar al Gran Proveedor de sus bendiciones. Por eso, les advierte que recuerden Quién fue el que les dio la libertad en primer lugar: El Todopoderoso, que los sacó de la esclavitud egipcia y los alimentó con maná del cielo, y también les daría la victoria sobre las naciones cananeas y, finalmente, una tierra propia.

También comprendió que era muy probable que fuera necesario un cambio de fortuna para que recordaran la fuente de sus bendiciones.

“Cuando estéis angustiados, y todas estas cosas os sucedan al final de los días, [sólo] entonces volveréis al Señor vuestro D-os y le obedeceréis.” (Devarim 4:30)

¿Estaba equivocado? ¿Cuándo clamamos a D-os? Cuando estamos angustiados. Cuando tenemos sufrimientos. Cuando los tiempos son difíciles. Es entonces cuando volvemos a Él y a Su forma de vida.

Por eso, pregunto: ¿Ha cambiado realmente la naturaleza humana? ¿Es diferente hoy en día de los días de Moisés?

¿Cuándo corre la gente a la sinagoga, al rabino, a las tumbas de los justos o al Muro Occidental? Cuando tiene problemas. ¿Cuándo el Sidur inspira de repente nuestras expresiones más articuladas y elocuentes de apelación al Todopoderoso? ¿Cuándo clamamos a Él con nuestra más profunda y genuina sinceridad, si no es cuando le pedimos que nos salve de nuestras preocupaciones y aflicciones?

¿Y saben qué? Eso es completamente apropiado. ¿A dónde más deberíamos recurrir? ¿A quién deberíamos dirigir nuestras oraciones y nuestros gritos de ayuda, si no a Él?

Pero lo que Moisés nos está enseñando es a recordar a D-os como la fuente de nuestra buena fortuna también, no sólo en nuestras dificultades.

Podemos ser inteligentes, trabajar con diligencia y esfuerzo, pero aun así, el éxito y el fracaso no están necesariamente en nuestras propias manos. “No hay pan para los sabios”, dijo el rey Salomón, el más sabio de todos los hombres. De hecho, conozco a muchas personas muy inteligentes que nunca “lo lograron” y a algunas personas menos dotadas intelectualmente que tuvieron grandes éxitos. Claramente, hay una mano celestial trabajando aquí.

El mensaje de Moisés es tan relevante para nosotros como para su propia generación hace más de 3000 años. Por lo tanto, de hecho, la naturaleza humana no ha cambiado ni un ápice.

En más de una ocasión, el Rebe se lamentó de tener demasiadas “tsures jasidim”, refiriéndose a aquellos que sólo recurrían a él en tiempos difíciles. Incluso comentó que, a veces, la única forma en que se daba cuenta de que los problemas de las personas se habían resuelto era cuando no volvía a saber de ellas. Y una vez escuché que la Rebetzin comentó lo agradecida que estaba cuando cierta persona de Londres hizo el viaje transatlántico a Nueva York solo para darle un “gracias” personal al Rebe por sus sabios consejos y bendiciones que lo habían ayudado enormemente.

Que todos experimentemos solo buena fortuna y nunca olvidemos de dónde vino.

SUPERAR LOS LÍMITES DE LA CREACIÓN

[Dijo Moshé al pueblo judío que en el monte Sinaí:] “Se les mostró para que supieran que D-os es la única deidad. No hay nada aparte de Él.” (Devarim 4:35)

Al revelar Su esencia, que se encuentra más allá de la Creación, D-os nos permitió también trascender los límites de la naturaleza. Para superar las pruebas y los desafíos de la vida, basta con recordar que “no hay nada aparte de Él”, es decir, que nada representa un obstáculo real para el cumplimiento de nuestras intenciones, dado que en última instancia todo es parte de la esencia de D-os. El recuerdo de esta verdad eleva nuestra conciencia divina al nivel de percibir la esencia de D-os por todas partes, lo que sirve a su vez para acelerar la Redención Mesiánica, momento en que “la Gloria de D-os será revelada y toda carne la verá junta.”

Isaías 40:5; Likutei Sijot, vol. 24, págs. 36-46.

Deuternomio (Devarim) 3:23 – 7:11

La segunda sección del libro Deuteronomio comienza con las palabras de Moshé al recordar cómo imploró (vaetjanan, en hebreo) a D-os para que le permitiera entrar en la Tierra de Israel. Moshé dice al resto del pueblo judío que pronto entrarán a la tierra sin él. A continuación, Moshé continúa la evocación de los cuarenta años vividos por el pueblo en el desierto, concentrados en la entrega de la Torá que les hiciera D-os en el monte Sinaí.

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7 EVENTOS ALEGRES QUE SUCEDIERON EL 15 DE AV

Por Yanki Tauber

1. Las Doncellas Bailaban en Jerusalén. Dijo Rabí Shimon ben Gamliel: No había fiestas más grandes para Israel que el 15 de Av y Yom Kippur. En estos días las hijas de Jerusalén salían... y bailaban en los viñedos. ¿Y qué decían? "Joven, levanta tus ojos y mira cuál escoges para ti..." (Talmud, Taanit 26b)

El Talmud continúa enumerando varios eventos alegres que ocurrieron el día 15 del mes de Av:

2. Cesó la Muerte de la Generación del Éxodo. Varios meses después de que el pueblo de Israel fuera liberado de la esclavitud egipcia, el incidente de los espías demostró su falta de preparación para la tarea de conquistar la tierra de Canaán y desarrollarla como la Tierra Santa. Dios decretó que toda esa generación moriría en el desierto, y que sus hijos entrarían a la tierra en su lugar (como se relata en Números 13 y 14). Después de 40 años de vagar por el desierto, la muerte finalmente terminó, y una nueva generación de judíos estaba lista para entrar en la Tierra Santa. Era el 15 de Av del año 2487 desde la creación (1274 a. C.).

Mientras los miembros de esta generación condenada todavía estaban vivos, Dios no se comunicó con Moisés de manera afectuosa. Tan pronto como murió el último de estos hombres, una vez más Dios se comunicó amorosamente con Moisés.

3. A las Tribus de Israel se les Permitió Casarse Entre Sí. Para asegurar la división ordenada de la Tierra Santa entre las doce tribus de Israel, se habían impuesto restricciones a los matrimonios entre miembros de dos tribus diferentes. A una mujer que había heredado tierras tribales de su padre se le prohibía casarse con alguien que no fuera de su tribu, para que sus hijos —miembros de la tribu de su padre— no causaran la transferencia de tierras de una tribu a otra al heredar sus bienes (como se relata en Números 36). Esta ordenanza era vinculante para la generación que conquistaba y se establecía en la Tierra Santa; cuando se levantó la restricción, el 15 de Av, el evento se consideró motivo de celebración y festividad.

4. Se Permitió a la Tribu de Benjamín Volver a Ingresar a la Comunidad. En esta fecha, la tribu de Benjamín, que había sido excomulgada por su conducta en el incidente de la “concubina de Givah”, fue readmitida en la comunidad de Israel (como se relata en Jueces 19-21). Esto ocurrió durante el mandato de Otniel ben Kenaz, quien dirigió al pueblo de Israel en los años 2533-2573 desde la creación (1228-1188 A.E.C)

5. Oseas ben Ela Abrió los Caminos a Jerusalén. Tras la división de la Tierra Santa en dos reinos tras la muerte del rey Salomón en el año 2964 desde la creación (797 A.E.C), Jeroboam ben Nabat, gobernante del reino separatista del norte de Israel, levantó barricadas para impedir que sus ciudadanos hicieran la peregrinación trienal al Templo Sagrado en Jerusalén, capital del reino del sur de Judá. Estas barricadas fueron finalmente removidas más de 200 años después por Oseas ben Ela, el último rey del reino del norte, el 15 de Av de 3187 (574 A.E.C).

6. Se permitió Enterrar a los Muertos de Betar. La fortaleza de Betar fue el último bastión de la rebelión de Bar Kojba. Cuando Betar cayó, el 9 de Av de 3893 (133 E.C.), Bar Kojba y muchos miles de judíos fueron asesinados. Los romanos masacraron a los supervivientes de la batalla con gran crueldad y ni siquiera permitieron que los judíos enterraran a sus muertos. Cuando los muertos de Betar fueron finalmente llevados al entierro el 15 de Av de 3908 (148 E.C.), se añadió una bendición adicional (“Hatov Vehameitiv”) a la oración después de las comidas en conmemoración.

7. “El Día de la Rotura del Hacha”. Cuando el Santo Templo estaba en Jerusalén, el corte anual de leña para el altar finalizaba el 15 de Av. El evento se celebraba con banquetes y regocijo (como es costumbre al concluir una tarea sagrada), e incluía una ceremonia de rotura de las hachas, que dio nombre al día.

AMAR A D-OS

“Amarás a D-os con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus medios” (Devarim).

Así como el pájaro remonta vuelo con sus dos alas, así también la mitzvá se eleva con las alas del amor y el temor. Además, amar a D-os es una mitzvá, una de las seis que se aplican a cada momento en que la persona está despierta.

El problema es… ¿cómo hacemos para que nos crezcan las alas? Quiero decir, si uno no ama, ¿de qué le sirve tener una mitzvá de amar?

A decir verdad, nacemos con alas, solamente necesitamos un poco de ejercicio para que esas alas se desplieguen y empiecen a aletear. Todos tenemos un amor innato por D-os, pero tal como escribe Maimónides, si uno nunca piensa en D-os, es muy difícil sentir amor por Él.

Entonces, ¿en qué hay que pensar? Aquí tienes una meditación que nos enseñó Rabí Shneur Zalman de Liadi:

1. A la mañana, antes de rezar, contempla la grandeza de D-os. Medita acerca de las maravillas de su creación. Imagínate todo lo que hace falta para poner en marcha un mundo como este empezando de la nada, y después seguir manteniéndolo en cada momento.

2. Después, piensa en tu relativa pequeñez; lo insignificante que eres frente a semejante grandeza.

3. Ahora trata de imaginarte cómo este Creador, cuya grandeza es insondable, deja todo de lado (por así decirlo) para prestarle atención a tus plegarias, para ayudarte a hacer las mitzvot, para estudiar Torá contigo y, en términos generales, para ayudarte a sobrellevar las pruebas de la vida. El amor que Él siente por ti es tan infinito como Él mismo.

4. Repite esto a diario hasta que empieces a sentir amor.

Ahora que tienes alas, envía a volar a algunas mitzvot. Tienes un objetivo en la vida… ¡hazlo por amor! Es muchísimo más agradable que pasar por la vida en forma rutinaria.

Por eso el amor es una mitzvá contagiosa: cuando otros ven a alguien cuya vida está impulsada por el amor a D-os, despliegan sus alas para volar con él.

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