Mundo Judío

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¿El Destino Llama - Pensar en el Arrepentimiento - Yaakov, el Taxista - El Beit Hamikdash 1

 

 

 

 

                                      

 

 

 

 

 

 

 

 

No. 266

Pinjas

Horario de velas de shabat en Montevideo 

Viernes  26 de julio 17.42

                                                                                        

EL DESTINO LLAMA

Por Yossy Goldman

Pinjas, el héroe de la parashá de esta semana, era alguien de quien no se había escuchado. A pesar de que como nieto de Aharón pertenecía a la “familia real”, era un muchacho que no se había visto, y con un solo acto de valentía fue catapultado a la fama.

El Talmud (Sanedrín 82a) cuenta la historia detrás de bambalinas. Zimri, un príncipe de la tribu de Shimon, ostentaba públicamente su relación íntima con una princesa Midianita gentil. Moshé quedó bloqueado momentáneamente. Pinjás le recordó respetuosamente a Moshé que él había enseñado el principio de que alguien que se comporta como Zimri podía ser ejecutado por un celoso. Moshé responde que dado que Pinjás recordó esto, él, Pinjás, debería ser quien lo lleve a cabo. Pinjas hace eso debidamente y la terrible plaga que estaba tomando la vida de miles se detuvo. D-os bendice a Pinjás con Su Pacto de Paz y Pinjas pasa a la historia como el héroe que salvó el día.

¿Por qué Moshé olvidó lo que él mismo había enseñado? Aparentemente, la Providencia Divina vio apropiado que el gran profeta sufriera un lapsus momentáneo de memoria para que el jóven Pinjás asuma la posición a la que estaba destinado.

Pero Pinjas podría haber hecho un cálculo simple. Aquí están Moshé y Aharón, otros ancianos y líderes destacados y todos están en silencio. Ante tal descarada falta de moral estos grandes hombres dan un paso atrás. ¿Quién, entonces, soy yo para dar un paso adelante? ¿Cómo puedo yo, un pequeño muchacho nuevo en el barrio, levantarme y decir lo que creo ante su presencia majestuosa? Seguramente debo quedarme quieto y callarme.

Pero Pinjas no dijo eso. Y gracias a D-os que no lo hizo. Si se hubiera quedado callado, la plaga no se hubiera detenido y Pinjás hubiera permanecido como alguien desconocido.

Esto, dice el Rebe de Lubavitch, sirve como una poderosa lección para todos nosotros. Si usted ve una situación donde siente que puede hacer una diferencia, entonces debe hacerla. Y el hecho de que gente más grande que usted parezca paralizada no necesariamente quiere decir que usted debe quedarse quieto. Quizás esta es su única oportunidad de hacer algo histórico. Quizás está señalado para la grandeza y D-os le está abriendo su ventana de oportunidad. Si se niega a usted mismo en este momento, niega su destino.

A veces el momento es suyo. A veces la gente más importante puede vacilar y la responsabilidad y oportunidad descansa sólo sobre usted. Cada uno de nosotros tiene mucho potencial abierto. Raras y preciadas son aquellas encrucijadas de la vida cuando se presenta la oportunidad de liberar esa llamada interna. Este es su hijo, su momento de gloria, su propia llamada personal y usted no debe desistir de ella.

Ese fue el caso de Pinjas y ese puede ser el escenario en el que nos encontremos cada uno de nosotros algún día.

En la historia de Purim, la Meguilá registra como Mordejai le pide a la Reina Esther que interceda ante el Rey Asuero en favor de su pueblo. Ella explica que teme que eso sea totalmente suicida. Mordejai responde con palabras más bien fuertes, “Ayuda y salvación vendrán para los judíos de algún otro lugar, y tú y la casa de tu padre perecerán”. Lo que Mordejai le estaba diciendo a Esther era que la oportunidad de que ella sola salve a toda una nación no se presenta todos los días. Era un momento único que tenía que ser aprovechado. Si usted no lo hace, otro lo hará; pero esta oportunidad única en la vida usted la perderá para siempre.

Pinjas nos recuerda que cuando la oportunidad golpea debemos abrir la puerta rápidamente. No vacile. El destino lo puede estar llamando.

PENSAR EN EL ARREPENTIMIENTO

"Y los hijos de Kóraj no murieron [en el motín de su padre]." (Bamidbar 26:11)

Los hijos de Kóraj desempeñaron un papel clave en la rebelión de su padre, y por ello fueron devorados por la tierra junto a los demás rebeldes. A pesar de esto, a diferencia de los demás, los hijos de Kóraj se arrepintieron de corazón y fueron salvados de la pena de muerte: D-os les permitió permanecer vivos en una cueva subterránea hasta la muerte del resto de la generación. Una vez ocurrida esta, los hijos de Kóraj abandonaron su escondite y regresaron a sus vidas en la comunidad. Si hubieran actuado desde un primer momento guiados por el arrepentimiento, habrían evitado incluso ese castigo menor. De todas formas, su supervivencia nos muestra el inmenso poder del arrepentimiento, aún cuando no se actúa en base a él en la medida en que corresponde.

Esta idea debería acallar toda duda que pudiéramos abrigar sobre la posibilidad de la redención en nuestros tiempos. En realidad, el solo hecho de pensar en el arrepentimiento basta para aproximar la Redención final, y más aún cuando se suma a los méritos que hemos acumulado en nuestro largo exilio: la Torá que hemos estudiado, los mandamientos que hemos cumplido, y el martirio que hemos sufrido.

Likutei Sijot, vol.33, pág. 170 y ss.

Números (Bamidbar) 25:10 – 30:1

La octava sección del libro Números comienza con el relato del nombramiento que hiciera D-ios de Pinjas, sobrino nieto de Moshé, como sacerdote. Continúa con el último censo en el desierto, las leyes de herencia, la transferencia del liderazgo de Moshé a Iehoshúa y los sacrificios diarios y los relativos a las festividades.

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YAAKOV, EL TAXISTA

Por Eliyahu Touger

Yaakov, propietario de un taxi en Tel Aviv, estaba acostumbrado a conducir a los otros. Ahora, sin embargo, eran sus acreedores quienes estaban conduciéndolo —a la desesperación.

Él pensó que la compra de su propio taxi aumentaría sus ingresos, porque lo libraría de pagar un porcentaje mensual a la compañía. Al contrario, la compra lo sumergió más profundamente en deudas. Agotó los recursos que amigos y familia podían darle, y el interés sobre préstamos bancarios estaba devorando una gran parte de su ingreso. Más aún, estaba comenzando a descubrir que era costoso mantener su propio taxi.

Yaakov necesitaba un préstamo urgente de mil dólares, pero ¿a quién podría dirigirse? Finalmente, pensó en pedir a los otros conductores de su compañía. Era vergonzoso —ellos no estaban en buena posición económica tampoco, pero él no tenía otra alternativa; necesitaba el dinero urgentemente.

Pensó en Amnon, un taxista decente y Shomer Shabat. Amnon era a menudo objeto de burla de los otros conductores: “¡Ridículo!. La mayor parte de nuestro ingreso proviene de los pasajes del Shabat cuando hay servicio de ómnibus limitado.” Ellos se burlaban del taxi estacionado de Amnon, “Alquílalo a alguien para el Shabat Amnon, al menos haz alguna comisión.”

Amnon rehusaba. “¡Nadie va a profanar el Shabat con mi taxi!”, replicaba él con calma determinación.

Yaakov estuvo sorprendido cuando Amnon ofreció prestarle la suma entera. Él no había esperado que estuviera de acuerdo tan rápidamente, y ciertamente no pensó que tendría esa suma disponible. Esperaba no más que una parte de la suma y un consejo de a quien acercarse por el resto del dinero.

Pero Amnon agregó: “Antes de que te de el dinero, quiero que me escuches”.

A pesar de que no estaba con ánimo para una conversación, Iaakov no tuvo alternativa sino escucharlo. “Escucha," comenzó Amnon. “Yo experimenté el mismo apremio por el que tú estás pasando. Cuando comencé, trabajé día y noche y ni así conseguía salir de deudas.”

“Sí,” murmuró Yaakov, “recuerdo.”

Amnon continuó, “Tú podrías recordar también que mi hijo enfermó críticamente. Mi esposa y yo luchamos durante las semanas que él estuvo dentro y fuera del hospital, pero los médicos no podían curarlo. Inclusive probamos varias clases de medicamentos naturales y talismanes curativos, pero nada ayudaba. Un día, un vecino observante con quien yo tenía poco contacto me paró en el hall.”

“‘No le molesta si tengo una palabra con Ud.’” preguntó educadamente. “‘Me gustaría darle algún consejo concerniente a su hijo enfermo."

Yo estaba inclinado a encogerme de hombros pero estaba emocionalmente tan desgastado que lo escuché agotado. ‘Un Rabino en Nueva York ha ayudado a mucha gente en tiempo de necesidad’, dijo él. ‘Permítame darle su dirección. Ud. no tiene nada que perder por pedir su bendición. ’”

“El nombre y la dirección que me dio era del Rebe M.M.Schneerson en “770” Eastern Parkway. En réplica a mi carta, Rabbi Schneerson dió a mi hijo una bendición y me instruyó que incorporara Shabat, Kashrut y Tefilin a mi vida. Fue una transición difícil, pero permíteme contarle, mi hijo se recuperó. Y desde que comenzamos a respetar Shabat, mi ingreso ha sido firme y suficiente. Nos hemos arreglado, incluso, para ahorrar algún dinero.”

Yaakov necesitaba el dinero y estuvo de acuerdo en observar el Shabat. Como resultado, muchas cosas en su vida cambiaron para mejor. En varios meses, devolvió el préstamo.

Yaakov no fue la última persona en la cadena de los adherentes al Shabat que comenzaron con la instrucción del Rebe a Amnon.

EL BEIT HAMIKDASH (1)

El Santo Templo — en hebreo, Beit Hamikdash — es el núcleo del judaísmo, su sitio más sagrado. Estaba situado sobre el monte Moriah en Jerusalén.

El primer Beit Hamikdash fue construido por el Rey Salomón en el año 833 AEC y destruido por el Rey babilónico Nebujadnetzar en el año 423 AEC. El segundo Beit Hamikdash fue terminado en el año 349 AEC por los judíos que retornaron del exilio persa, conducidos por Ezra y Nejemia. En el año 37 EC, el Rey Herodes culminó importantes renovaciones en el dilapidado templo, pero los ejércitos invasores del Imperio Romano lo destruyeron en el año 69 EC, dando comienzo al actual exilio.

Muy pocos datos arquitectónicos sobre el primer Beit Hamikdash han sobrevivido, a diferencia del segundo, sobre el cual hay mucho registrado. Ambos consistieron en un alto, majestuoso, adornado y geométrico salón rodeado de patios y paredes de piedra. Las paredes exteriores formaban un rectángulo, dentro del cual estaban los patios y el salón (heijal) en el centro superior. Sus anchos patios ofrecían suficiente espacio para los millares de peregrinos que atendían a los servicios de fiesta tres veces al año (Pesaj, Shavuot y Sucot), un imponente altar en el cual miles de animales y aves eran traídos como ofrendas, instalaciones de almacenaje y de personal para los centenares de Cohanim (sacerdotes) y Levim (quiénes asistían a los Cohanim) en servicio.

El salón (Heijal) contaba con el pequeño altar de incienso, el estante ceremonial del pan, la Menora, y el Santo de los Santos (Kodesh HaKodashím) — un pequeño cuarto cuadrado en la parte posterior del salón, separado por una cortina de paño de pared a pared. Allí se guardada el Arca del Pacto en el Primer Templo. El Santo de los Santos era un espacio tan etéreo que las leyes de la física no eran aplicadas en sus límites. Solamente el Sumo Sacerdote (Cohen Gadol) entraba ahí, el hombre más santo, en Iom Kipur, el día más santo del año.

La importancia del Templo en la vida judía se refleja en el hecho de que muchas de las mitzvot están relacionados al Templo: ofrendas diarias y semanales, ofrendas de las festividades, ofrendas personales; voluntarias y obligatorias, tributos agrícolas, criterios para aceptar a Cohanim y Levitas en el servicio, rituales del templo; entre positivas y negativas para todo el antedicho son alrededor 180 mitzvot de un total de 613.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
2709 0405 , CP1130, Montevideo.

Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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(Texto y fotos: Lily Dayton, cristiana israelí residente en Haifa)

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