¡Aspira a Más! - El Valor del Trabajo - Confía en Tu Socio - Lag Baomer
No. 258
Bejukotai
Horario de velas de shabat en Montevideo
Viernes 31 de mayol 17.23
¡MÁS ALTO!
Por Yossy Goldman
Una parte de la parashá de esta semana se destaca por sobre las demás. Es conocida como la Tojejá, "El Reproche". Allí leemos una lista completa de desastres que caerán sobre nuestro pueblo si le damos la espalda a D-os y abandonamos Su forma de vida. La tradición es de que el baal koré (lector de la Torá) mismo, sin ser llamado, toma está aliá y cuando llega a la lectura de esta sección, baja su voz para suavizar el golpe de estas terribles maldiciones.
Durante 24 años produje y presenté el único programa de radio judío de Sudáfrica. Una vez, mi invitado en el aire era Rabi Shlomo Riskin de Efrat, Israel. El contó la historia de que cuando era niño, creciendo en el barrio Williamsburg de Brooklyn, un Shabat fue a rezar al Shil del Rebe de Klausenberg, Rabi Iekutiel Iehuda Halberstam (1904-1994). Originario de Rumania, el Rebe de Klausenberg era un gigante espiritual, un hombre que había perdido 11 hijos en el Holocausto y nunca hizo shivá por ellos porque estaba preocupado en salvar tantas vidas como le fuera posible. Después de la guerra, se asentó en América y cultivó muchos seguidores. Posteriormente se trasladó a Israel y, entre otras cosas, estableció el Hospital Laniado de Netanya.
Ese Shabat, contaba Rabí Riskin, se leía "El Reproche". Cuando llegó a la parte de las maldiciones, el lector hizo lo que siempre hacía. Bajó su voz y leyó en un tono más suave. De repente, el Rebe gritó en Idish "¡Héjer!" ("¡Más alto!"). El lector estaba confundido. Simplemente estaba siguiendo la tradición de generaciones. Quizás no estaba escuchando bien, así que continuó leyendo en tono más suave. "¡Héjer! ¡Héjer!" tronó el Rebe de Klausenberg. "¡Que el Todopoderoso escuche lo que se está leyendo! Todas las maldiciones ya se han cumplido. Ahora sólo debe haber bendiciones para nuestro pueblo..."
Muchos de nuestros Sabios han descripto al Holocausto como los "dolores de parto" del Mesías y la última redención. Nunca más se repetirán estas calamidades. Ya hemos padecido más que lo suficiente de exilio, migraciones, pogroms y persecuciones. Las maldiciones se han materializado en toda su imagen trágica y catastrófica. Ahora debe haber solo benevolencia, felicidad, afecto y bendiciones para el pueblo de Israel.
Al final de El Reproche, D-os dice: "Entonces Yo recordaré Mi pacto con Iaacov y recordaré también Mi pacto con Itzjak y Mi pacto con Abraham. Y también recordaré la Tierra..." (Vaikra 26:42).
No solo el Todopoderoso nos recordará a nosotros, el pueblo Judío, también recordará Su Tierra Santa, nuestra Tierra de Israel. Quizás podemos interpretar esto como un mensaje hacia los antisemitas del mundo que se esconden detrás de su antisionismo o delirios anti israelíes. "Recordaré la Tierra", un mensaje también a las naciones del mundo que claman ser nuestros amigos, los astutos manipuladores expertos en traiciones políticas en Washington y Londres. "Recordaré la Tierra", un mensaje a nuestros propios judíos fantasiosos que socavan a sus propios hermanos en su intento desesperado por apaciguar a enemigos mortales. A todos ellos, el D-os de Israel dice: "Recordaré la Tierra". Nunca abandonaré Mi tierra y Mi pueblo.
Y de la misma forma en que Él nos recuerda, recordémoslo nosotros a Él y a nuestro pacto. Que nos preparemos para Shavuot y la Entrega de la Torá con sinceridad y alegría. Que D-os y Su pueblo siempre se recuerden el uno al otro. Amen.
EXPERIMENTANDO LA BONDAD DIVINA
“Si avanzan en Mis estatutos.” (Vaikra 26:3)
Los “estatutos” de D-os son aquellos mandamientos que desafían cualquier explicación racional. La palabra hebrea para “estatuto” (juká) significa en realidad “grabado”. Cuando una letra se graba en algo, la letra se vuelve una parte permanente de eso. (No es así cuando se escribe una letra sobre algo, porque la letra permanece como una entidad separada). De la misma forma, es por medio de cumplir con los “estatutos” de D-os que nos unimos verdaderamente con Él. La razón para esto es que así como las letras se graban en piedra quitando lo que había antes allí, el cumplir con los “estatutos” de D-os requiere que “quitemos”, es decir que neguemos, nuestros egos. Con nuestros egos fuera del camino, podemos conectarnos con D-os de la forma más completa posible.
Es por esto que D-os condiciona Sus bendiciones específicamente a nuestro cumplimiento de este tipo de mandamientos. Cuando nos vaciamos de nuestro ego, podemos ver las recompensas de D-os no como motivaciones para cumplir su voluntad, sino como componentes intrínsecos de nuestra relación con Él. D-os es la bondad absoluta, por lo que cuando nos relacionamos con Él sin la interferencia de nuestros egos, podemos experimentar Su bondad en su forma pura, como una revelación a nosotros de Sí mismo.
Likutei Sijot, vol. 22, págs. 159-165.
Levítico (Vaikrá) 26:3 – 27:34
La décima y última sección del libro de Levítico abre con D-os prometiéndole al pueblo judío que si siguen Sus estatutos (Bejukotai en Hebreo), serán recompensados con riqueza material y bienestar. Lo opuesto también es verdad: al abandonar las leyes de D-os, perderán Sus bendiciones. A continuación, D-os le instruye al pueblo judío con respecto a qué, cómo, y bajo qué circunstancias pueden hacer donaciones al Templo o a los sacerdotes.
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EL PRODIGIO DEBAJO DE LA CAMA
Por Yanki Tauber
El Rabino Hillel de Paritch fue uno de los muchos grandes eruditos de su época que se unió al movimiento jasídico de Jabad. Durante muchos años, fue un devoto discípulo y seguidor del segundo y tercer Rebe de Jabad, el rabino Dov Ber y el rabino Menachem Mendel de Lubavitch.
Cuando era joven, el Rabino Hillel escuchó sobre el fundador del jasidismo de Jabad, el Rabino Schneur Zalman de Liadi, y trató de reunirse con él. Pero la oportunidad parecía eludir siempre al joven prodigio: tan pronto como llegaba a un pueblo que el Rabino Schneur Zalman estaba visitando, le informaban que el Rebe acababa de partir. Finalmente, logró localizar el alojamiento del Rabino Schneur Zalman antes de la llegada del Rebe. Para asegurarse de que, una vez más, no perdería su oportunidad, el Rabino Hillel se deslizó en la habitación designada por el Rabino Schneur Zalman y se escondió debajo de la cama, decidido, por fin, a conocer al gran Rebe.
Anticipándose a su encuentro con el rabino Schneur Zalman, el rabino Hillel se había "armado" con algunos de sus logros en el estudio talmúdico. En ese momento, el joven erudito estaba estudiando el tratado Erejin, o "Evaluaciones", la sección del Talmud que trata de las leyes sobre cómo evaluar el valor de las promesas de caridad. El rabino Hillel tenía una pregunta reveladora sobre el tema que había ensayado diligentemente para discutirla con el Rebe.
Desde su escondite, el Rabino Hillel escuchó al Rebe entrar a la habitación. Pero antes de que pudiera hacer ningún movimiento, escuchó al Rabino Schneur Zalman exclamar: "Si un joven tiene una pregunta sobre las 'Evaluaciones', será mejor que primero se evalúe a sí mismo".
El prodigio debajo de la cama se desmayó en el acto. Cuando volvió en sí, el Rabino Schneur Zalman se había ido...
Dijo el Rebe de Lubavitch de justa memoria: ¿Cómo debemos aplicar esta historia a nuestras vidas?
El tratado de "Evaluaciones" analiza las leyes presentadas en el capítulo 27 de Levítico: si una persona se compromete a dar caridad, pero en lugar de citar una suma dice "Prometo dar el valor de este individuo", debemos seguir un tabla de tarifas fijas establecida por la Torá, en la que a cada grupo de edad y género se le asigna un determinado "valor".
Pero ¿por qué emplear una tarifa fija que agrupa a tantas personas tan diversas? ¿No debería considerarse más valioso a un erudito consumado que a un simple trabajador? La Torá afirma que todos somos iguales ante D-os, "desde vuestros jefes, los líderes de vuestras tribus, vuestros mayores... hasta vuestros leñadores y aguadores". ¿Pero puede una persona realmente ver a su prójimo como su igual cuando es tan obviamente superior a él en talento y logros?
Esta es la esencia del comentario del Rabino Schneur Zalman: si tienes alguna pregunta sobre las "Evaluaciones", si te resulta difícil relacionarte con la evaluación del valor humano que hace la Torá, será mejor que te examines detenidamente. Una evaluación honesta de tu propio carácter y comportamiento mostrará cuánto puedes aprender de cada hombre, cuánto tienes para emular de aquellos que son supuestamente "inferiores" a ti.
LAS FESTIVIDADES
“Y te regocijarás en tus festividades”, nos dice la Torá. “¡Muy simple: ponte contento!”. Pero ¿qué festividades? El calendario judío tiene cuatro festividades bíblicas: Pesaj, Shavuot, Sucot, y Sheminí Atzeret (Simjat Torá), cada una de las cuales posee un mensaje singular y reglas específicas. Sin embargo, todas las festividades tienen en común varias costumbres:
a. Las honramos vistiendo nuestra ropa más fina y preparando la jalá más deliciosa (o matzá, en Pesaj).
b. Disfrutamos de ellas sirviendo grandes banquetes, incluso, más que en Shabat. Se sirven dos comidas al día, una de noche y otra de día, se comienza con el kidush y la jalá y se continúa con carne (si te gusta) y demás exquisiteces.
c. Las celebramos dándoles golosinas a los niños. Asimismo, los maridos les compran ropa fina y joyas a sus esposas (cada uno de acuerdo con sus posibilidades). Y los hombres beben vino, tal como está escrito: “El vino alegra el corazón de los hombres”. También, hacemos todo lo posible por tener invitados y, en especial, invitados pobres o gente que sufre de otra clase de aflicciones.
d. Las mujeres y las niñas encienden velas para darle la bienvenida a la festividad y recitan plegarias especiales.
Restricciones Laborales
Casi todas las actividades que están prohibidas en Shabat también están prohibidas en las festividades: por ejemplo, está prohibido operar artefactos eléctricos, ir al trabajo, conducir, escribir o manipular dinero. Pero hay excepciones. A continuación, algunas de las actividades permitidas:
• La mayoría de las actividades necesarias para la preparación de la comida, como amasar, hornear y cocinar (en una cocina que quedó encendida desde antes del inicio de la festividad).
• Encender un fuego a partir de una llama ya existente.
• Transportar en el dominio público.
Nota:
Todo lo dicho se aplica a los dos primeros y los dos últimos días de Pesaj, ambos días de Shavuot, los primeros dos días de Sucot y los dos días de Sheminí Atzeret y Simjat Torá. Pero en los “días intermedios” de Pesaj y de Sucot se aplican reglas distintas, mucho menos restrictivas.
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