Con Oriá Mevórach, co-autora del libro “Un día de octubre”
Varios libros ya han sido publicados en Israel sobre el horror del 7 de octubre. Compendio de testimonios , análisis de lo ocurrido, intentos de enteder cómo fue posible un salvaje ataque terrorista de Hamas de tal magnitud. Hay un libro muy singular, de la Editorial Maguid, que partiendo del dolor inseparable de ese día, trae mucha luz. Se llama “Ióm ejád beoctóber”, o sea “Un día en octubre”, en el que Oriá Mevórach - la editora principal- y Yair Agmón, cuentan 40 casos de personas que ese 7 de octubre se convirtieron en héroes. En muchos casos, la mayoría, sin armas.
Conversamos con Oriá, quien en dos minutos nos hizo sentir que nos conocíamos de toda la vida, por la calidez humana que irradia.
Le agradecemos por lo interesante de su relato pero más que nada, por lo emotivo. Y porque sabemos que quien la lea, se volverá a convecer que el pueblo de Israel saldrá airoso de esta pesadilla y seguirá siempre adelante.
Este es el segundo libro de Oriá. El primero se titulaba “Amor y Cuerpo”. Enseña judaísmo y filosofía. Tiene 40 años, está casada y tiene dos hijos, una niña de 10 años y un varón de 14. Se dedica a escribir, dar conferencias, editar y además investiga temas como postmodernismo, género, judaísmo y demás.
Este fue nuestro diálogo.
P: Oriá ¿qué te ha dado esta iniciativa de un libro así? Tengo que comenzar diciéndote que me parece una idea extraordinaria haberlo sacado. Ante tanto sufrimiento, dolor, angustia y furia que creo que todos sentimos, cada cual tuvo su experiencia. Incluso quienes no están involucrados en lo personal, intentar encontrar la luz y buscar las cosas alentadoras. Y a raíz del 7 de octubre, o mejor dicho ese mismo día, quedó en evidencia la capacidad de sacrificarse por el bien de la comunidad. Por eso, antes de preguntarte sobre las historias mismas que decidieron incluir en el libro, me pregunto si quizás pensaste que esto te iba a ayudar a hacer frente a lo que tú sentías…como ciudadana.
R: ¡Qué buena pregunta! Diré que más bien fue al contrario. El director de la editorial dijo que estas historias curan, dan cierto consuelo, al tratar de encontrar la luz en esta oscuridad. Pero dado que eso significaba también entrevistar y escribir sobre esa gente que vio y vivió ese infierno… Yo le dije que quería ocuparme lo mínimo del contenido, que sólo me iba a encargar de administrar la redacción. Yo soy de aquellas personas que no quisieron ver las terribles imágenes de lo ocurrido… Me sentía tan frustrada como la gran parte de la población civil de Israel.
P: Te entiendo perfectamente, mucha gente sintió que no podía ni abrir un video de esos que circularon por todos lados. Oriá ¿Como fue el proceso de escritura?
R: Te diré que mi proceso se puede ver a través de las reacciones que recibimos después de la publicación del libro. Estas permiten conocer lo que yo pasé así como Yair, quien tuvo un proceso más fuerte aún.
Muchas personas nos escriben lo siguiente: “No me atreví a leer el libro, no quería abrirlo, temía abrirlo y que tuviera que hacer frente a todo lo que sucedió”. Es gente que no lo compró sino que lo recibió… y el libro los mira desde el estante… y dijeron: no quiero llorar, emocionarme. Pero, de repente, una vez que lo abrieron nos dijeron: “este libro me dio fuerza y me curó”. Pero no es que dicen “no lloré” pero que se sienten tan felices por la oportunidad de llorar y elaborar en cierta manera lo que ocurrió.
Una chica me escribió: las lágrimas que lloré no me vaciaron sino me llenaron…
Algo realmente increíble.
P: Impresionante ese resumen.
R: En cuanto al libro te diré que desde el punto de vista técnico, el libro estaba basado en entrevistas que tuvieron lugar en honor al libro. Todo lo que hicimos fue en coordinación con los entrevistados. En algunos casos, incluso revieron junto a nosotros las entrevistas.
De hecho, cada uno de nosotros entrevistó a 3 o 4 personas y al resto los entrevistaron otras personas extraordinarias.
Tuvimos 4 entrevistadas, chicas que son menores de 16 años. Una de ellas es Emily Hand, que fue secuestrada de Beeri, la otra Hadar Becher, también de Beeri, Gali Elon de Kfar Aza, todas ellas heroínas. Y Polina, otra chica que cuenta sobre su papá. Para entrevistar a los menores, lo hizo una experta en niños.
P: Parece apasionante- ¿cómo eligieron a los héroes?
R: Teníamos a un encargado de recopilar las historias. Teníamos tantas, cientos de historias… no teníamos un criterio fijo ni dijimos a nada que no. Lo que sí dijimos es que queríamos variedad: hombres, mujeres, seculares, árabes, judíos, ultraortodoxos, una trabajadora extranjera – que fuera un libro representativo, también respecto a la variedad de lugares.
No todas las mismas historias- sino distintos tipos de heroísmo .
Uno de los entrevistados, después de haber comenzado ya la entrevista, no pudo continuar por la dificultad que le significaba prestar testimonio.
P: Supongo que algunos te emocionaron en especial. ¿Podrías elegir algún ejemplo?
R: Claro que es difícil elegir. Tengo una historia en torno a Thomas y Emily Had, que es muy singular porque es la única en la que hay dos héroes que hablan uno tras otro. Lo particular- de hecho, fue que a una semana de comenzada la guerra, no sé si recuerdas, habiéndosele dicho a Thomas que Emily estaba muerta , en una entrevista televisiva él hizo como una exclamación no de alegría pero sí de alivio, porque no podía concebir lo que ella podría pasar en manos de los terroristas.
P: Lo recuerdo bien, a la televisión de Irlanda, donde él nació justamente.
R: Así es. A esa entrevista casualmente, estuve a cargo de ponerle los subtítulos para un sitio de Hasbará (esclarecimiento). Cuando me mandaron la grabación de Thomas y tenía que poner los subtítulos y, de hecho, el software de subtítulos se trabó, durante unos tres minutos escuché a Thomas repitiendo: “She is dead”, “She is dead”..ella está muerta, al contar que eso le habían dicho. Lo que después resultó afortunadamente equivocado y Emily volvió viva de Gaza. Pero a lo que voy es que por esa falla técnica, escuché tantas veces el “está muerta” que estallé en llano. Vi la foto de Emily y todos estábamos convencidos que había muerto…
Creo que cada uno de nosotros tuvo esa historia que te hizo estallar en llanto. Esa fue mi historia. Después de haber terminado con esa grabación la borré de mi computadora y dije no quiero más recordarlo de tan terrible que era si murió ya no hay más lo que hacer. Y fue entonces que dijeron que de hecho había constancia de que la habían secuestrado, no matado….y uego la liberaron.
P: Así que después pudiste entrevistarla a ella misma. Muy fuerte.
R: Impresionante. Dos meses después de entrevistar al padre, pude entrevistarla a ella. Más adelante hablé con Thomas para completar algunos detalles que faltaban y le dije tú no sabes lo que significa para mí hablar contigo sobre Emily después de lo que sucedió. Entonces le conté lo que me había pasado con esa grabación. Fue un “punto de inflexión”. De hecho, él no se quedó de brazos cruzados sino que hizo muchos esfuerzos para poder liberar a Emily.
P: Cada historia, un mundo.
R: Sin duda ninguna. Hay otra historia fuerte, la de Daniel Sharabi, la segunda historia que figura en el libro.
P: Hubo dos famliias Sharabi entre las víctimas del 7de octubre.
R: Daniel Sharabi fue uno de los héroes que se escondieron detrás de un carro de combate. Yo estuve en contacto con él para completar detalles y para que el relato fuera más preciso. Es realmente indescriptible porque realmente hablar con esa gente y expresar su voz es como una misión.
P: Ya que mencioné Sharabi, dos historias, recordemos. Dos hermanos Sharabi fueron secuestrados por separado del kibutz Beeri. Uno de ellos no sabemos si fue llevado a Gaza ya sabiendo que su esposa y sus hijos fueron asesinados. El otro, Yosi, él mismo fue asesinado hace ya unos meses, estando en manos de Hamas. Horrible.
R: Indescriptible…
P: ¿Qué otras historias Oriá?
R: En la mitad de las historias, los entrevistados cuentan sobre seres queridos que murieron. Stav Amar contó sobre su papá y aseguró que “siempre me dijeron que mis ojos son muy similares a los de mi papá, ojos azules y cada vez que me miro al espejo, siento que tenemos la misma mirada”. Ahora que él no está, fue asesinado, ella siente que su padre la mira a través de su propia mirada.
P: Y todavía no hemos hablado de heroísmo.
R: Exacto, es lo que te iba justamente a decir ahora. Es que lo esencial de este libro es que habla en primer lugar sobre gente, personas. Primero, conocerlas y luego su historia el 7 de octubre. Eso es lo que lo hace diferente de un archivo histórico o testimonio periodístico.
P: ¿Cómo se determina un acto de heroísmo? Pensé justamente en los criterios, por ejemplo, según los cuales se determinó en su momento quién podía ser reconocido como un “Justo entre las Naciones”por haberse arriesgado a sí mismo o a los suyos sin buscar beneficios personales, para salvar judíos de los nazis. Y en cuanto al 7 de octubre ¿quiénes fueron los héroes para el libro?
R: En este caso, teníamos una definición bastante reducida porque en primer lugar debía ser el 7 de octubre. Todos nuestros entrevistados son del 7 de octubre y también debía hasta implicar riesgo de vida y salvar a otra persona, no sólo a uno mismo. El caso de Emily es un poco excepcional - su papá tenía como objetivo salvarla. De hecho, todo secuestrado es un héroe.
Actuar poniendo en riesgo la vida para poder salvar a otra persona.
P:Hay también historias de equipos de rescate, de fuerzas de seguridad…
R: Así es. No sé en qué medida la gente sabe en Uruguay acerca de lo que hizo la gente de la organización voluntaria Zaka en esta historia.
P: Recordemos es la organización encargada de ocuparse de los cuerpos de las víctimas en cualquier situación de muerte no natural. Llegaron a los escenarios del horror, vieron lo peor.
R: Exacto. Entrevistamos a Yossi Landau de ZAKA que no sólo hizo eso sino que salvó a gente combatiendo con terroristas. Más tarde, él, al igual que otros voluntarios, pagaron precios psicológicos por lo que vivieron. Me dijo: “ si hubiese sabido lo que iba a tener que vivir, hubiese pedido a Dios estar ciego para no ver esas imágenes.”.
P: Estremecedor.
R: Muchos voluntarios tuvieron que pagar precios psicológicos sufriendo de post trauma. muchos de ellos se sacrificaron ,fueron heridos y demás.
P: Más allá de lo que te hizo en cuanto al sentimiento y la emoción que te embargaban ¿dirías que se puede decir “este fue el mayor caso de heroísmo”? ¿Existe algo así?
R: Cada historia en sí es un caso de heroísmo. Cada persona tiene su potencial y sus capacidades. Cuando una persona hizo el recorrido en el Nova para salvar a gente, otros pueden haber ido y venido más veces de acuerdo a sus propias capacidades…pero indudablemente cada uno es un héroe.
A veces sí lo miró de acuerdo a cuántas veces arriesgó su vida, o estuvo ante el dilema pensando que tal vez ahora muera, y cuántas personas salvó.
P: Son 40 historias y cada una es un mundo. ¿Destacarías alguna perla especial entre esos testimonios?
R: Una historia es la de Miki - en una de las citas él dice: “No sólo acepté la muerte sino que la abrace”. Y él comienza su historia diciendo: “nunca pensé que me iba a pasar por la mente ni por un instante la idea de matar a mi esposa y a mi hija”, ante la situación que los terroristas estaban por entrar en la habitación de seguridad. Su esposa entonces le dijo en secreto: “si entran, nos suicidamos y matamos a nuestra hija”. Con señales lo acordaron..
Y hay otra heroína que me tocó particularmente: Or Ben Yehuda - es comandante de batallón. No hay muchas mujeres que alcanzan este puesto. Tiene a su cargo a 540 soldados. Ella es una personalidad. Ella estaba convencida plenamente que iba a morir y te cuenta ese momento: no me cabía duda que no iba a salir en vida. Muchos comprendían eso y estaban convencidos que no saldrán. Or dijo: “en cierto momento estaba segura que iba a morir, levanté mi mirada hacia el cielo y pedí perdón a mis hijos, dije si voy a morir por lo menos que muera como grande y que luche hasta mi última gota de sangre”.
Hay que entender en ambos casos: Miki se encuentra con su arma, instantes antes que entren los terroristas – armados con tienen RPG, armas y demás - y él tiene tan sólo un revólver. Es claro que va a morir pero no murió y al final él mismo te cuenta la historia, que no murió.
En el caso de Or Ben Yehuda- ella te cuenta la situación: se encuentra en un puesto ocupado por cientos de terroristas. Mira hacia adelante, a ochocientos metros de Gaza, ve cientos de terroristas que van en su dirección y ella se encuentra allí con 12 de sus soldados…. Era claro que iba a morir, no cabía duda alguna. El mensaje de Miki es no desesperar. “Nunca desesperen, porque en mi caso çhubiese matado a mi esposa y a mi hija”. vale la pena leer la historia para comprender cómo lograron.
Otro caso, el del entrevistado que estaba en una habitación de seguridad en el kibutz Reim, Eyal Aharon, sabía que sus hijos estaban ahí, había cientos de terroristas en el kibutz y dijo: “Quiero hacer un último selfie antes de morir para que me recuerdan sonriendo”. Y después él mismo me mandó esa foto.
P: Impresionante Oriá. Y esto, para mí, es una mera introducción.Gracias mil.
.R: A ti.