Difícilmente pueda pensarse en algo más contrario a la naturaleza que una situación en la que padres deben sepultar a un hijo. Mirela Ludmir lo ha vivido en carne propia.
Apretando aquí puedes leer la entrevista a Lihi Ingber, la esposa de Daniel
P: ¿Cómo estás viviendo esta situación tan dolorosa?
R: He aprendido a vivir cada día como se presenta. Yo vivo de hoy para mañana, no me puedo proyectar. Hay días que son más difíciles, hay días que un poco menos, pero no hay un segundo que no tenga en mí la presencia de Daniel. No es una presencia física lamentablemente pero sí de todo lo que significó para mi.
P: Me habías comentado ya lo cariñoso que siempre fue, lo cercanos que eran.
R: Así es, muy especial. Entonces, lo único que me resta y que me he propuesto en los días que me quedan es siempre honrar su memoria, de la manera que se pueda, estar lo más cerca que yo pueda. Su muerte es lo peor que me podría haber pasado. Como les dije a mis otros hijos, después de esto, cualquier cosa que puede ocurrir pasa a un segundo plano.
P: Esto da proporciones a la vida.
R: Sin duda. Trato de vivir en paz pero ya no me proyecto. Siento que muchas de mis ilusiones perdieron sentido.
P: ¿Vives siempre en Lima?
R: Así es, con mis otros dos hijos. Jimmy, Jaime, el mayor, que tiene 41 años y Michael de 37, que vivía en Barranquilla, Colombia, y ahora ha vuelto.Daniel era el menor.
P: ¿Cómo te enteraste cuando ocurrió esta tragedia? ¿Cómo se viven momentos así, estando tan lejos físicamente?
R: Yo me había hecho unos estudios médicos por lo que me sentía mal y me levanté a la madrugada de Lima. De repente veo en las noticias que está ocurriendo algo en Israel. Y mencionaron también al kibutz Beerí, asi que le escribí al toque a Daniel, le dije que entendía que las cosas estaban un poco complicadas. Él ya estaba en la clínica . Le dije que se cuide, que Dios lo ilumine, que todo va a salir bien…Me dijo “mami no me llames, cuando yo termine todo esto te voy a volver a llamar”.. Eso era como las 12 del día en Israel. Ya no hablé más con él.
P: Seguir esto de lejos, qué complicado…
R: Así es. Yo estaba pegada al televisor todo el tiempo. Mis amigas venían todo el tiempo a la casa y nos sentábamos a rezar alrededor de la mesa. Una amiga llamó a un doctor para que me vea, porque yo estaba muy mal, estaba desesperada. No saber qué estaba pasando es muy duro. Después vino m prima, que se quedó conmigo todo el domingo. Venía gente a saludar, a acompañar..
P: ¿Y cuándo recibiste la confirmación de lo que había pasado con Daniel?
R: Recién el martes.
P: Imagino que si él no se contactaba, temías que había pasado lo peor.
R: Yo lo sentí. Además, cuando él iba a ir a Beri, le dije, papito, fíjate bien lo que vas a hacer.
P: Te preocupaba la ubicación, cerca de Gaza
R: Por supuesto.
P: Me imagino el estremecimiento en Perú al confirmarse su muerte.
R: Así es. El nació en Perú, llegó a Israel en el 2016. En Lima todos estaban conmocionados en la comunidad.El apoyo de todos fue una gran ayuda.
P: Muchas gracias Mirela. Que no sepas más de dolor.
R: Gracias a ti.