Su madre Ruti Greenglick cuenta su historia
En estos momentos, cuando se habla de Eurovision en Israel, el debate es si acaso la letra de la canción que Eden Golan iba a cantar en la competencia es realmente “política” –lo cual viola las leyes del evento – o que alguien quiere frenar a Israel con mala intención. Al haberse informado que también la segunda opción fue rechazada ,todo parece muy complicado. Pero este año, el concurso israelí para elegir quién representaría al país en el gran evento europeo, tuvo un drama mucho peor. Uno de los postulantes, Shauli Greenglick, que llegó a su audición de uniforme porque ya estaba reclutado a la reserva a raíz de la guerra contra Hamas, decidió finalmente retirarse para ir a combatir…y cayó en Gaza.
“La próxima estrella para Eurovision” es desde hace años el programa en cuyo marco se elige a quien representará al país en dicho evento musical europeo. Cuando Shauli cantó intentando avanzar en la competencia, conquistó a todos de inmediato. Y cuando ya reclutado como reservista entendió que tendría que entrar a Gaza, no pidió que se le excuse para poder participar en el programa. Tuvo claro de inmediato cuál es la prioridad. El 26 de diciembre cayó en Gaza combatiendo a Hamas.
Su muerte causó un enorme impacto y se le honró repetidamente en la pantalla chica. Especialmente emotiva fue la final en la que invitaron a sus hermanos a cantar una de sus canciones, mientras los jueces – todos cantantes muy famosos en Israel – y los presentadores, no intentaban siquiera disimular el llanto.
Conversamos con Ruti Greenglick, la mamá de Shauli, quien desde su duelo y dolor afirma que hay que luchar…y seguir cantando.
P: Vuestra familia irradia algo especial y me pregunto cómo se sigue adelante con una pieza menos, sin Shauli, aunque sigue tan presente en vuestras vidas.
R: En general somos una familia muy alegre, divertida, muy musical, y ahora no podemos digerir esta nueva situación. Pero precisamente por ser una familia con muchas energías, tratamos que a pesar del duelo la casa no se convierta en un cementerio. Pero claro que a veces es ineludible.
P: ¿Cómo manejan este tema en la vida diaria?
R: Les dije a mis hijos que no es que ahora todos vamos a cambiar sino que tenemos que usar las cosas que siempre hicimos juntos para afrontar esta situación. Es difícil. Yo hace 8 años que corro y ayer tuve que obligarme a vestir la ropa deportiva para hacerlo. Emocionalmente no tenía fuerza pero como sabía que me haría bien, al final salí y así fue. Hay altibajos, no siempre se logra, pero se ve que la vida nos prepara para lidiar con desafíos. Y nada peor que éste.
Recordando a Shauli, también con música
P: ¿Me puede contar sobre Shauli, cómo era, y dónde estaba en la escala de vuestros 5 hijos?
R: Te cuento ante todo que cuando nos casamos Tzvika y yo –teniendo él 36 y yo 29, edades bastante avanzadas tomando en cuenta que somos religiosos – muy rápido empezaron a llegar los hijos. En 9 años ya teníamos 5. Shauli era el del medio. La gente me decía que como “niño sandwich” sería difícil, y yo siempre respondí que para nada, que era el chocolate entre los panes.
P: ¿Realmente era así?
R: Sin duda ninguna. Era un niño con el que era un placer estar. Y al mismo tiempo siempre sabía lo que quería,firme en sus posturas y opiniones.Un buen niño, cómico, sumamente travieso. Digamos que muchas veces nos llamaron de la escuela pero los maestros lo querían mucho porque era “mentsh”, una buena persona. Era buen amigo. Pasta de líder. Revoltoso pero bien, nunca con maldad. No pretendo convertirlo en un santo porque era un niño común y corriente . Peleaba con sus hermanos y se olvidaba de bajar la basura. Pero sí es cierto que tenía una gracia y un encanto especiales.
P: ¿Y de dónde viene la musicalidad de la familia?
R: Tanto Tzvika como yo venimos de familias muy musicales. Un tío mío ganó un Grammy por música clásica. A mi mamá siempre le encantó cantar y ahora, aunque está con Alzhaimer y no sabe quién soy, sigue cantando, especialmente junto con mi hija, su nieta. Del lado de Tzvika, su papá era Jazán (cantor litúrgico), tocaba el piano…en resumen, toda la casa siempre vivía con música y jazanut. Uno de mis hijos toca el piano y los otros guitarra al igual que mi yerno así que cada encuentro familiar siempre fue una ocasión para sentarse juntos a tocar y cantar.
P: ¿Y ahora podrán seguir? ¿Quizás más que nunca? O al contrario…¿ahora es mucho más difícil?
R: Cuando volvimos a casa de la ceremonia recordatoria al cumplirse el mes de la muerte de Shauli alguien de la familia amplia que tenemos, que nos da un enorme abrazo lleno de calor, se instaló junto al piano y de a poco los demás se fueron sumando y empezaron a cantar. A mí personalmente me cuesta todavía escucharlos sin Shauli porque su voz era muy especial, muy alta, y daba el tono. Pero con la ayuda de D´s me iré sobreponiendo . Mi hija es cantante y vive intensamente todo el tema de la música , así que queremos que eso vuelva como siempre, pero deberemos ir de a poco porque es difícil.
El día de la masacre
P: ¿Dónde estaban el sábado 7 de octubre cuando quedó empezó a saberse el horror que estaba ocurriendo?
R: Estábamos en lo de mi hermana en Jerusalem. Oímos las alarmas pero no abrimos los teléfonos porque respetamos el Shabat. Así que recién el sábado de noche Shauli llamó muy enojado preguntando dónde estábamos, si acaso no sabemos que hay guerra. Tanto él como los demás chicos estaban con amigos en distintos lados, porque era la víspera de la fiesta de Simjat Tora. Tenían la intención de ir a las hakafot, los bailes tradicionales de Simjat Tora, pero todos volvieron a casa. Y de ahí cada uno salió a su unidad. Uno de nuestros hijos está en el servicio regular y mis dos yernos están en la reserva. Shauli vio de mañana muchos videos de lo que había ocurrido y me pidió por favor que yo no mire. Estaba claro que lo que había visto lo había consternado.
La movilización
P: Entiendo que no fue reclutado enseguida a la reserva ¿verdad?
R: Así es. Por algún tema técnico burocrático no estaba en el registro de reservistas y se volvió loco, se puso el uniforme, recorrió varias oficinas del ejército y no les dio tregua hasta que lo movilizaron . Era capitán en la unidad Nájal.
P: ¿Por qué su insistencia para que lo recluten?
R: Porque sintió que era una guerra para defender al hogar nacional. Escribió claramente en las redes sociales que tenía dos grandes sueños y que uno de ellos tendrá que esperar a que cumpla el otro: proteger a su país. Y así fue, se reclutó junto a su mejor amigo, jefe de un batallón, con quien también cayó, Shai Shamriz.
P: ¿Qué contaba cuando salía a casa?
R: No contaba mucho, pero sí decía que las cosas se hacen bien,que todo estaba bajo control…pero no decía mucho.No quería preocuparnos.Entendía que no debía contar demasiado. Pero confiábamos en él. Estaba feliz de estar participando en los combates aportando a la defensa. Cuando venía a casa parecía que no se hallaba cómodo por no estar en el frente.
La televisión y la guerra
P: ¿Cómo vivió la etapa del programa de canto en la televisión?
R: Lo aceptaron ya antes de la guerra , pero la primera audición fue cuando ya estaba en la reserva. Les dijo que quizás no tiene sentido porque irá a Gaza. Pero a los jueces les gustó muchísimo y decidieron correr el riesgo y tomarle la primera prueba , que es lo que más conoce todo el mundo, cuando cantó de uniforme. Y después tuvo que avisar que se retira porque va a la guerra para proteger al país.
P: ¿No dudó?
R:Ni por un instante.
P: ¿Y cómo vivieron ustedes su actitud?
R: No nos sorprendió para nada porque esos son los valores en los que los criamos a todos nuestros hijos. Estaba muy claro que había tomado la decisión correcta. Y nosotros lo apoyamos.
Entre el apoyo y la preocupación
P: Imagino que aunque pensaran que era lo correcto, seguramente estaban preocupados…
R: Por supuesto. Pero lo alentamos, lo apoyamos, le mandamos tortas al ejército y rezamos.Yo hice un gran esfuerzo por no permitir que los pensamientos nos dominen.
P: No pensar, supongo, en el golpe en la puerta, que aquí todos saben significa que vienen a avisarles…
R: Exacto.Pero dado que siempre entendimos que podemos controlar nuestro corazón, y no lo que ocurre en el terreno, sabíamos que para poder seguir apoyando a nuestros hijos debíamos ser fuertes no dejar que los pensamientos nos dominen. Yo sabía que prefería no saber tanto de lo que ocurría en el día a día de la guerra, porque entendía que me preocuparía y eso no me ayudaría nada. Nada te prepara para algo así…Creo que lo importante era hacer lo correcto y lo alentamos en ese sentido.
P: Le dieron a él la sensación clara que ustedes sabían que estaba haciendo lo corecto.
R: Sin duda.
El aviso de lo peor
P: El momento en que la familia recibe el aviso sobre la caída del hijo, esposo…es indescriptible. ¿Dónde los tomó a ustedes?
R: Yo tengo mi clínica de guía de padres en casa. Estaba en medio de un zoom, con los auriculares puestos, y de repente entra mi hija, abre la puerta…algo que ella sabe que no se hace cuando estoy en medio de una consulta…Me dijo “mamá, cerrá todo ahora”. Un segundo después, el soldado que había venido entró atrás suyo y me dijo . Esa misma mañana habíamos hablado con Shauli que había logrado llamar desde Gaza. Habíamos reído porque él nos había dicho que era más fácil estar en la guerra que en casa pensando en la guerra. Sabemos que sentía eso porque sentía que hacía algo significativo.
P: ¿Recuerda cómo reaccionó cuando le dieron el aviso?
R: Recuerdo cada instante.Me senté en el piso a llorar. Esperé que encuentren a mi esposo lo cual llevó casi una hora. Y había que traer a todos nuestros hijos. Cada uno estaba en otro lado , los varones en Gaza, los yernos. Y cuando los soldados llegaron a avisarnos y hablaron primero con mis hijas, que ya son grandes y están casadas, ellas pidieron que primero digan quién había caído…porque teníamos 4 combatientes en Gaza: Shauli, nuestro hijo menor y nuestros dos yernos.
P: Qué momento…
R: Sí, daba mucho miedo. Yo también pregunté quién.
P: Cada uno, un mundo entero…
R: Sin duda ninguna.
P: Duro papel tienen esos soldados cuya responsabilidad es notificar a padres sobre la caída de sus hijos.
R: Hacen un trabajo sagrado con una empatía impresionante. No hay palabras para describirlo. Es impresionante. Nos acompañaron en todo, hicieron todo lo necesario, nos apoyaron y cuando terminó la shivá, la semana de duelo, al despedirse de nosotros les dijimos que eran maravillosos.
P:Entiendo que después de notificarles, son los soldados que los acompañan y apoyan en muchas cosas.
R: En todo. También en la organización del funeral , en traer los parlantes y el jazán…todas esas cosas técnicas. En la shivá mi hijo estaba enfermo y ellos querían traer un médico . Todo el tiempo se preocupaban por ver qué precisamos, en qué nos pueden ayudar. En la shivá durante la cual mucha gente venía a dar el pésame, ellos se encargaron de la carpa afuera, de las sillas .Entendí que el ejército destina un presupuesto a las necesidades de las familias en la shivá.
P: Indudablemente, Tzahal es un ejército muy especial.
R: Sumamente especial.
Vivir con el duelo
P: A lo largo de los años entrevisté en diversas ocasiones a familiares de víctimas de atentados terroristas. Recuerdo a un oculista originario de Colombia que perdió a su hijita de 5 años en una explosión en Jerusalem, me dijo que hay etapas en el duelo, que llega un momento en el que junto al dolor, uno quiere volver a cantar, bailar, sonreir. Es un poco prematuro preguntártelo quizás pero ¿se ha hecho una idea de cómo vivirán este proceso?
R: Yo creo que las etapas son para los libros. Es muy personal. Cada uno lo vive de otra forma. Al principio me preguntaba cómo puede ser que yo no me haya muerto con él, que no me quede en la cama sin poder moverme y sin poder hablar.También el que esté hablando ahora contigo es producto de una decisión familiar,que hablamos con la prensa porque es importante que esta voz se haga oir y porque quizás puede ayudar a otros. Me dicen que mis palabras dan fuerza a otros, así que estoy dispuesta a hacerlo. Hay altibajos.
P: ¿Les era importante saber en qué circunstancias cayó Shauli?¿El ejército les explicó?
R: No nos era clave saber detalles porque confiamos profundamente en el ejército y creemos que ocurrió lo que tenía que ocurrir.Nos dieron detalles generales. No pedimos saber demasiado. No tenemos ninguna intención de empezar a investigar si hubo fallas de ningún tipo en el modo de actuar del ejército, porque estoy plenamente segura que Shauli estaba donde debía estar, que lo haría de nuevo, que estaba haciendo lo que le parecía más importante hacer.Empezar a escarbar creo que envenena el alma.
P:Aunque en Israel todos los caídos se publican, salen sus fotos, sus historias, el caso de Shauli fue especialmente notorio por el programa de televisión en el que apareció. ¿En qué medida el abrazo general del pueblo, la participación general en el duelo, ayudan a lidiar con el duelo personal?
R: Muchísimo. Pero claro que hay procesos paralelos. Cuando entro de noche a la cama, pienso en mi hijo, en mi hijo personal. Pero no está desconectado de lo que todos vivieron y eso ayuda.
Un mensaje general
P: ¿Qué opinión le merece la situación general en la que se halla Israel? ¿Tendría un mensaje para transmitir al mundo al respecto?
R: Mi opinión no cambió porque Shauli haya caído. Y por otra parte, no creo que el ser una madre en duelo me de derecho a decir cosas que antes no debía. No es que me convertí en una política inteligente. Pero sí tengo unas cosas que decir. Creo que el mundo es muy hipócrita. Si después del ataque que sufrimos el mundo no entiende que tenemos que defendernos, entonces nada lo cambiará. Los que siguen criticándonos se ve que no tienen interés en escuchar.
P: No sé dónde estaba políticamente antes de la guerra pero te preguntaría si acaso la masacre del 7 de octubre y la guerra que Israel lanzó a raíz de la misma cambió algo en sus percepciones sobre la vida en esta región, sobre los vecinos palestinos y el entorno árabe.
R: Todo lo ocurrido me confirmó lo que ya pensabba antes. Te diré que mi padre llegó de Líbano en 1962. Tenía amigos en las altas esferas de Bashir Jumayel. Siempre me decía “soy amigo de ellos pero nunca les daré la espalda porque no confio en ellos”. Se refería a exponer su espalda, a que lo puedan atacar desprevenido. Yo no odio a nadie pero sé mirar a la realidad y entiendo que mi padre tenía razón.