Esta es la segunda y última entrega.
Adi Carmi, alto oficial durante años en las Fuerzas de Defensa de Israel y luego en el Servicio General de Seguridad (Shabak o Shin Bet), conocedor de primera mano de desafío de lidiar con el terrorismo, conversó con nosotros largo y tendido sobre la problemática actual.
Esta es la segunda y última entrega.
P: Creo que está claro que no se puede eliminar la ideología de Hamas pero ¿es posible eliminar las capacidades militares de la organización de modo que no vuelva a ser una amenaza para Israel?
R: En primer lugar, estoy de acuerdo con que la idea es imposible, porque es la ideología de la Hermandad Musulmana, que al fin al cabo aspira a dominar el mundo entero. Las capitales europeas deben comprender que eso llegará también a ellos: la Hermandad Musulmana ya se infiltran en países europeos, miren lo que sucede en Escandinavia: hay sitios donde la gente no puede caminar de noche en las calles por temor a una violación, o temor por la seguridad personal. Por lo tanto, la idea aparentemente no podremos vencerla. En cuanto a destruir al Hamás, indudablemente, llevará aún muchísimo tiempo. Estamos destruyendo sus infraestructuras pero falta mucho. En algunos medios, al menos en Israel, se muestra cómo desmantelamos un pozo de lanzamiento tras otro, un laboratorio de explosivos tras otro, entramos en un jardín de infantes y en la pared pegada detrás del jardín donde se enseña a odiar a judíos, hay morteros y laboratorios para fabricar misiles. Se ve debajo de mezquitas que esconden misiles, en el hospital, las “madrigueras” y cuántas armas, y junto al hospital un sitio desde el cual se lanzan misiles hacia el Estado de Israel. Desde que nos retiramos en el 2005 no operamos en la franja de Gaza con la profunidad con la que lo estamos haciendo ahora. Los habitantes de las comunidades adyacentes a la frontera con Gaza no estarán dispuestos a volver a sus poblaciones para vivir como antes con alarmas, cohetes y refugios.
P: ¿Fue problemático aceptar un alto el fuego por 7 días?
R: Somos un Estado que aspira a la vida y está claro que si podíamos liberar a decenas de secuestrados , había que hacerlo. Tras el gran fracaso del 7 de octubre Israel debe devolver a todos los rehenes, ya sea a través de una negociación o por la fuerza. De todos modos estaba claro que Israel no se detendría en su ofensiva contra Hamas hasta que no lo bajemos del escenario.
Sin la guerra dentro de Gaza, no hubiésemos podido llegar a cierto diálogo sobre la devolución de los rehenes, porque Hamás simplemente nos hubiese enloquecido como lo hizo durante 5 años con Gilad Shalit. Sin guerra, no habríamos logrado que vuelva ni un solo rehén. Por lo tanto, tras una breve pausa seguimos con fuerza hasta que todos los rehenes sean liberados.
Un desafío especial, el papel de Yehia Sinwar, jefe de Hamas
P: ¿Cuál es el problema que se presenta cuando se hace un trato con una organización como el Hamás y un psicópata como su jefe Yehia Sinwar?
R: Ese psicópata, aseguro que saldrá de Gaza, muerto o detenido.
P: ¿Qué preferiría?
R: Ese hombre no merece vivir. Todo aquel que vio cómo asesinaron a mujeres, niños, descuartizaron cuerpos, violaron, pecaron… todo aquel que cruzó el límite, a mi modo de ver, debe morir. Esa es mi opinión, no tienen ningún derecho a la vida, cruzaron un límite que para nosotros era de no beligerancia, no les debemos un solo metro de tierra en esa frontera, tuvieron la opción de tener una vida plena, la posibilidad de transformar a la Franja de Gaza en un tercio de Singapur, podrían haberlo hecho… Sin embargo, ellos prefirieron transformarla en la capital mundial del terrorismo. Por lo tanto, no creo que ningún terrorista allí allí merece vivir, sin duda no ese asesino terrible – que a propósito asesinó también a palestinos sospechosos de colaborar con Israel. El mundo mira y no entiende que enterró a gente viva.
P: ¿Cómo analizaría su personalidad y el problema de negociar con una persona como él?
R: Es un hombre muy cruel que tiene una mente completamente psicópata, porque no identifica el balance de fuerzas frente a su voluntad de asesinar y matar. Cuando piensa que mediante lo que ha hecho logrará tener logros, ahora descubre que todo lo que hizo lo hace volver seriamente hacia atrás. Es un psicópata, el análisis de su personalidad es un hombre completamente patológico e impone una catástrofe para la gente que lo rodea.
¿Y el futuro?
P: ¿Cómo quedará la relación de Israel con los palestinos de Gaza?
R: Eso ya no nos interesa; no estamos dispuestos a tener más compasión. La tuvimos durante decenas de años, hicimos acuerdos, un paso tras otro. Cada vez que renunciamos, obtuvimos algo peor que el anterior. Llegamos a los Acuerdos de Oslo, recibimos terroristas suicidas; fuimos a la desconexión, recibimos misiles, permitimos la entrada de casi 20.000 trabajadores palestinos de Gaza a Israel y la respuesta fue el asesinato de más de 1200 personas. Así que yo aprendí que entienden sólo la fuerza. Todo país europeo debe comprenderlo que entienden solo la fuerza y todo aquel que piensa de otra manera, simplemente no entiende. Tenemos vasta experiencia con esto. En segundo lugar, primero pienso en mi gente, como dice el versículo, “los pobres de tu ciudad tienen preferencia”, lamentablemente, es la situación a la que hemos llegado…
P: Hay indicios muy problemáticos sobre las posturas de los civiles palestinos, el tema no son sólo los terroristas.
R: La gente aquí quiere ver a niños y mujeres volver a casa. Pero veamos cómo reacciona la madre palestina, cuando su hijo la llama para contarle que asesinó a 10 personas sin armas, simples civiles, cómo gritó: “katel, katel” o sea “mátalos”… Además, todos esos asesinos que volvieron fueron recibidos con golosinas y clamores de felicidad.
Esa es nuestra diferencia. Nosotros no estamos felices, estamos doloridos y queremos devolver a todos los rehenes a casa en paz. Aunque haya un precio temporario, por la pausa en la guerra por unos días, hasta que regrese el último de los rehenes y hasta que el último de los terroristas sea aniquilado o detenido, y el Hamás no gobierne más en la Franja de Gaza. No somos gente de venganza, pero sí tenemos que eliminar la amenaza, precisamente porque aspiramos a la vida.
P: ¿Algún mensaje al mundo?
R: A veces veo a las estudiantes que manifiestan en toda serie de universidades, gritando “Free Gaza”, “Free Palestine”; pero no entienden que ellas si estuvieran allí, las violarían… ¿de qué están hablando? no entienden con quién tenemos trato… Pero agrego lo que me decía siempre mi padre, que “tzur Israel lo ieshakér”, o sea la roca de Israel- en sentido de su fuerza y firmeza- no defraudará. Yo hago todo lo que puedo por la seguridad de Israel y su sociedad, aunque el mundo no entienda.
P: Muchas gracias Adi.
R: Gracias por el interés.