Este jueves por la noche, 7 familias israelíes respiraron aliviadas, por la liberación de sus seres queridos que estaban desde el 7 de octubre secuestrados en manos de la organización terrorista Hamas en Gaza. Siete decimos, no 8, porque 2 de los liberados son hermanos que volvieron por supuesto al seno de una misma familia. Y entre ellas, nos toca en especial la familia Goren, cuya hija Shani del kibutz Nir Oz está ahora a salvo. Los padres de Shani llegaron a Israel de jovencitos provenientes de Uruguay.
Dedicamos a Shani una nota especial para que se conozca su singular personalidad, de la que hemos aprendido a través de gente que la quiere no sólo porque es su hija y hermana sino porque conoce su condición de persona de bien.
Shani nació en el kibutz Nir Oz, donde sus padres Tamar y Roni – hoy separados- se instalaron hace 31 años, poco antes del nacimiento de Ami, su primogénito. Los padres de Tamar, que se conocieron en el movimiento juvenil sionista Hanoar Hatzioni en Montevideo, llegaron en barco a Israel,ya casados, en 1953. Un año después nació Shimon, su hijo mayor, el tío de Shani y seis años más tarde nació Tamar. Ambos abuelos ya fallecieron.
Shimon, el tío materno de Shani, cuenta que su padre hablaba siempre con mucho cariño de Uruguay, que hinchaba por la Celeste y se había traído consigo a Uruguay en el corazón.
Sobre su sobrina dice que “es muy chistosa y divertida, le gusta mucho jugar al fútol y trabaja con niños en educación no formal en el kibutz”.
Preguntamos a Shira, su hermana, cómo describiría a Shani.
" Es una niña alegre. Sé que ya tiene 29 años, pero siempre le seguimos diciendo que es una niña. Trabaja con niños, le encanta eso. Es una figura muy significativa en el kibutz. Siempre muy cómica, con humor cínico, rodeada de amigos, divertida, siempre invitando gente a su casa, una casa abierta, querida por la gente de su edad y también por gente mayor. Yo diría que es el corazón latiente del sistema educativo en el kibutz. Cuando gente del kibutz que ahora vive en otros lados llega a visitar, siempre pasa primero por lo de Shani".
Precisamente por esa sociabilidad de Shani y por lo querible que es, la esperanza de Shira cuando Shani estaba secuestrada era que esté con niños por los que se pueda preocupar para no estar ocupada en sí misma. " Espero que no esté sola, que tenga gente a la que puede ayudar porque sé que eso le daría fuerza. Es lo que quiero creer".
Estos días, tras ser liberado Eitan Yahalomi, un niño de 12 años, se confirmó precisamente eso: que había estado parte del tiempo con Shani, que ella lo cuidaba y hasta le compartía parte de su comida, aunque era ínfimo lo que recibían.